Coronavirus: tienen 88 años, llevan 65 de casados y vencieron juntos la enfermedad
José Prieto Cerrudo tiene 88 años, y su mujer, Guadalupe Matas Hernández, la misma edad. Se casaron en 1955 y tuvieron siete niñas. Ellas admiran la historia de amor casi perfecta de sus padres y se preocuparon por ellos sobremanera cuando este mes de marzo ambos contrajeron coronavirus.
Pero la historia de este matrimonio frente a la adversidad del Covid-19 tuvo un final feliz: ambos superaron la enfermedad, recibieron el alta y volvieron a vivir juntos, como los 65 años anteriores, en su vivienda del municipio de Villanueva de la Torre, provincia de Guadalajara, ciudad de la región española de Castilla-La Mancha.
La historia de Guadalupe y José es un bálsamo de alegría en el contexto de la pandemia que, en España, afectó a más de 135.000 personas y dejó como saldo -hasta la fecha-, un total de 13.169 muertos.
También es un respiro en mitad de las malas noticias que dan las estadísticas, que señalan que en la franja etaria que comparten los integrantes de este matrimonio el porcentaje de letalidad del Covid-19 es del 22 por ciento. Y, además, José había sufrido un ictus en 2012 que le había dejado secuelas físicas y lo convertían en un especial individuo de riesgo para el temible virus.
Primeros síntomas
Fue el propio José el que empezó a toser y a preocupar a sus hijas el 4 de marzo pasado. Una de sus hijas lo llevó al médico, pero entonces sólo le recetaron antibióticos, según consigna el diario español El País.
El 8 de marzo la familia completa celebró en casa del matrimonio el aniversario número 65 de casados de José y Guadalupe. El acceso de tos del esposo no había sido superado, y continuaba con fiebre y dolores de cabeza. Se dirigió entonces al hospital de Alcalá, donde fue trasladado al hospital de la Cruz Roja de Madrid, el 14 de marzo. El test del coronavirus le había dado positivo.
Guadalupe decidió entonces, para no estar sola y porque no podía acercarse al lugar de internación de su marido, ir a vivir a casa de una de sus hijas, en la capital española. Empezó pronto a tener los mismos síntomas que su esposo. La ingresaron en el mismo hospital que José, cuando la prueba le dio también positiva para el Covid-19.
Estaban en el mismo centro asistencial, pero en diferentes plantas. Pero el amor y las costumbres de este matrimonio hicieron que esta situación cambiara. "Se echaban de menos, no saben estar separados. Mi padre, sobre todo. Mi padre es muy mimoso, la necesita a ella con él", dijo al citado medio Rosi, una de sus hijas.
Juntos en el hospital
José rogó que Guadalupe estuviese en su habitación y su doctor, finalmente, accedió al pedido. "Nuestra política es reunirlos, siempre y cuando su estado de salud, dentro de la enfermedad, no comporte riesgos. En este caso, Guadalupe estaba más activa que José, que estaba más afectado", señaló el doctor Jesús Lacasa, que los atendió a ambos.
La necesidad de Guadalupe de permanecer junto a su esposo para cuidarlo fue tal que, cuando a ella le dijeron que ya le podían dar el alta, decidió quedarse. Tosuda y amorosa a la vez, ella respondió que sólo se iría del hospital con él.
Y así fue como la historia finalizó felizmente cuando, el pasado 30 de marzo, ambos salieron, juntos y repuestos, del hospital de la Cruz Roja de Madrid y regresaron a su casa de Villanueva de la Torre, en Castilla-La Mancha. El matrimonio retornaba, después de vencer a sus propios molinos de viento, a la región española donde tuvo sus aventuras Don Quijote.
Según el director del sector de Geriatría del mencionado hospital madrileño, Javier Gómez Pavón, la gente mayor cuando se recupera de este virus "vuelve con más fuerza y más alegría porque vuelve a su entorno".
"Es una generación muy dura que superó desde una guerra civil hasta el hambre, la miseria, la muerte de hermanos", agregó el médico para reconocer el espíritu resiliente del matrimonio de ancianos y de otros pacientes de la tercera edad que salieron con vida del mismo hospital.
José y Guadalupe, que viven ahora confinados en la planta de arriba de su casa, salieron este domingo a la ventana a posar para el fotógrafo de El País. "También pensamos que las cosas podían no salir bien, sobre todo por mi padre, que ya se encontraba mal. Pero se puede, claro que se puede: la mayoría puede", señaló su hija Rosi.
Más leídas de El Mundo
William Walker. El millonario estadounidense que invadió varios países de América Latina y acabó fusilado
Antisemistismo. Decisiones “bajo fuego”: las universidades de EE.UU. intentan aplacar las protestas con un combo de medidas disuasorias
"Populismo peronista". Tras cinco días de incertidumbre, Sánchez anunció que seguirá en el poder y enfureció a la oposición