Tras romper el bipartidismo, al presidente electo de El Salvador le esperan complejos desafíos
Nayib Bukele deberá combatir a las pandillas, fortalecer la economía y lograr consensos
SAN SALVADOR.- El presidente electo de El Salvador, Nayib Bukele, que logró acabar con la alternancia en el poder de los dos partidos que gobernaron el país en los últimos 30 años, asumirá el poder en junio con el desafío de tender puentes con el Legislativo para romper con el lastre del bipartidismo, fortalecer la economía y combatir a las violentas pandillas.
"El Salvador pasó la página de la posguerra y ahora podemos empezar a ver hacia el futuro", dijo Bukele la noche del domingo tras conocer su victoria, en referencia al período posterior al fin de la guerra civil en 1992, durante el que se turnaron el poder los mismos grupos de derecha e izquierda que se enfrentaron en armas por 12 años.
"Nos toca a todos empezar a construir el país que queremos", dijo el carismático presidente electo, de 37 años, que venció en primera vuelta al frente del pequeño partido conservador Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA).
Pero tras la euforia del triunfo, Bukele deberá buscar un "franco diálogo" con otros partidos y formar un gabinete que marque diferencia con "la desgastada" gestión de gobiernos pasados, opinó el analista y profesor universitario Juan Ramón Medrano.
Bukele alcanzó 53,3% de los votos y venció a la coalición derechista encabezada por la tradicional Alianza Republicana Nacionalista (Arena), que obtuvo 31,7% de los sufragios.
También se impuso a la izquierda gobernante del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), que sumó 14,4% de los votos con el excanciller Hugo Martínez, y al minoritario partido Vamos (0,78%).
El presidente Salvador Sánchez Cerén anunció que nombró una comisión de transición, encabezada por el vicepresidente Óscar Ortiz, que en unas semanas comenzará a revisar detalles para el traspaso de poder.
Nacido en una familia de origen palestino, Bukele protagonizó una campaña con estilo propio que lo hizo ser considerado como la alternativa para una población cansada de los partidos tradicionales.
El presidente electo salvadoreño comenzó a estudiar Derecho, aunque no terminó la carrera y se puso al frente de la empresa de publicidad de su padre.
Quienes lo conocen destacan su inteligencia, innovación y conocimiento de la problemática de El Salvador, especialmente tras sus años como alcalde del pequeño Nuevo Cuscatlán y posteriormente de la capital, San Salvador.
Para Medrano, Bukele deberá hablar con la oposición que domina el Congreso para mantener la gobernabilidad, luego de que en los últimos años el FMLN y Arena "se neutralizaron mutuamente", bloqueando avances legislativos.
El resultado del domingo es una señal de que el electorado "castigó fuerte y claro" a Arena y al FMLN, que se han repartido el poder, agregó Medrano.
Al finalizar la guerra civil de 12 años en 1992, mediante la firma de acuerdos de paz, Arena y el FMLN "continuaron la guerra en el ámbito político en vez de negociar y de buscar proyectos para el bien del país. La gente no es tonta, por eso rechazó a uno y al otro", consideró el sacerdote Rodolfo Cardenal, de la jesuita Universidad Centroamericana (UCA).
"Los resultados de las elecciones son un rechazo a todo el sistema político, a toda la institucionalidad. Por esa pérdida de credibilidad, la gente no votó por los partidos tradicionales", subrayó Cardenal.
Frenar la violencia de las pandillas, hacer crecer la estancada economía y mantener los subsidios en servicios públicos para los más pobres, exigirá a Bukele un acuerdo con sus opositores.
"Se necesita un pacto fiscal [con el Legislativo], el cual pasa por un pacto social" para obtener los recursos necesarios para gobernar, advierte también el analista y profesor de la Escuela Superior de Economía y Negocios, Carlos Carcach.
A su juicio, Bukele debe llegar a acuerdos para elevar la recaudación tributaria, que según el Banco Central de Reserva (BCR) es de 17,8% del PBI, una de las más bajas de América Latina, que tiene un promedio de 22,3%.
Otros de los males que aquejan a El Salvador son la extorsiones de las pandillas, que atacan sobre todo pequeños y grandes comercios.
Se espera que Bukele atienda el problema con métodos diferentes ya que la política de mano dura no dio los resultados esperados. "Me gustaría que Bukele hiciera planes de reinserción para las pandillas. Siento que no es que ellos quieran hacerse pandilleros, es porque no tienen empleo o por la falta de oportunidad en el país", dijo Henry Menjívar, que vive en la capital.
Cada año miles de salvadoreños emigran por la violencia, principalmente causada por las pandillas.
Agencias AFP y AP