Un viejo zorro de la nomenklatura
Pragmático y popular pese a su falta de carisma, Primakov era un rival para Yeltsin.
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MOSCU (AFP).- Yevgueni Primakov, destituido ayer de su cargo de primer ministro, es un viejo zorro de la nomenklatura soviética, que supo restaurar la estabilidad política en el país, pero que pese a frenar la crisis financiera, no logró reanimar a la moribunda economía rusa.
En nueve meses a la cabeza del gobierno, este ex funcionario comunista y ex jefe de los servicios secretos se convirtió, ante la sorpresa de todos, en el hombre político más popular de Rusia. Las encuestas lo ubicaban como un serio candidato a suceder a Yeltsin si decidiera postularse para el 2000.
Esa popularidad no ha permitido mejorar sus relaciones con el presidente ruso, quien regularmente se encuentra enfermo desde que Primakov fue nombrado primer ministro. El presidente, siempre por razones de salud, incluso se ha visto obligado a ceder el primer lugar a Primakov en la escena política internacional.
A Primakov se lo reconoce por su pragmatismo, pero también por su independencia: fue uno de los pocos que se opusieron a la decisión de Yeltsin de comenzar una guerra con la república de Chechenia, en 1994.
Para los analistas, Primakov pasará a la historia como el hombre que hizo todo lo posible para que de nuevo se escuche la voz de Rusia en la escena internacional, ya sea en el caso de Irak como por su oposición a la intervención de la OTAN en Kosovo.
Primakov ganó notoriedad cuando viajó a Bagdad para tratar de evitar una guerra en el golfo Pérsico luego de la invasión iraquí a Kuwait. También lideró la oposición rusa a la ampliación de la OTAN hacia el Este, y al uso de la fuerza por parte de los Estados Unidos para castigar a aquellos países sospechosos de colaboración con el terrorismo.
Ministro de Relaciones Exteriores a partir de enero de 1996, Primakov, de 69 años, fue impuesto a Yeltsin por los comunistas de la Duma (Cámara baja) el 11 de septiembre de 1998.
Además de las conflictos con Yeltsin, la destitución de este "aparatchik" (hombre del sistema) sin carisma, pero con una inteligencia afinada por años de diplomacia, es igualmente motivada por los pocos resultados de su gobierno. En el que por primera vez, tras el derrumbe de la URSS, figuraba un miembro del Partido Comunista.
Ducha fría
La llegada de ese responsable comunista al puesto de canciller, en sustitución de Andrei Kozyrev, fue vivida como una verdadera ducha fría por Occidente. Sin embargo, este reconocido experto en Medio Oriente supo entablar buenas relaciones con sus colegas extranjeros.
Ex miembro del comité central del PCUS e incluso de 1989 a 1990 del Politburó, santuario del Partido Comunista soviético, Primakov inició su carrera en las altas esferas soviéticas en 1956 cuando fue nombrado director adjunto del Comité de Estado para la radio y la televisión, instancia gubernamental encargada de la propaganda.
Después de haber pasado ocho años (de 1962 a 1970) en el diario del PC, Pravda, sobre todo como enviado especial en los países árabes, donde estableció numerosos contactos, Primakov trabaja primero como director adjunto y después como director del Instituto de Economía Mundial y de Relaciones Exteriores. En esas funciones permaneció hasta 1989.
Protegido por Mikhail Gorbachov, Primakov formó parte de su consejo presidencial de 1990 a 1991 y fue uno de los principales consejeros diplomáticos del "padre de la perestroika". Posteriormente ocupó cargos en la KGB y en el servicio de inteligencia exterior.
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