Una buena noticia para Donald Trump: el Senado aprobó su reforma fiscal
Tras intensas negociaciones, el presidente de Estados Unidos logró el apoyo de todos los republicanos excepto uno en la Cámara alta
WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump , logró esta madrugada, al cierre de frenéticas negociaciones, su primera victoria legislativa con la aprobación por el Senado de su ambiciosa reforma fiscal.
El texto, aprobado por un estrecho margen de 51 votos a favor y 49 en contra, debe ser armonizado ahora con la versión adoptada por la Cámara de Representantes el 16 de noviembre y votado de nuevo.
Si se concreta, será la primera gran reforma del mandato del 45 presidente de Estados Unidos, que no logró cumplir su promesa de derogar la ley sobre el sistema de salud de su predecesor, Barack Obama.
El vicepresidente Mike Pence anunció poco antes de las 2 (4 en la Argentina) el resultado de la votación, que fue recibido con aplausos y felicitaciones entre la mayoría republicana.
"Por primera vez desde 1986, la Cámara y el Senado adoptaron una gran reforma fiscal", se congratuló el presidente republicano de la Cámara, Paul Ryan. "Una oportunidad como ésta solo se presenta una vez por generación, debemos aprovecharla".
Ansioso por reivindicar una victoria en uno de los mejores días de su mandato hasta ahora, Trump tuiteó: "Estamos un paso más cerca de dar recortes tributarios ENORMES a las familias trabajadoras en todo Estados Unidos". "¡Esperamos firmar una ley final antes de Navidad!", agregó.
We are one step closer to delivering MASSIVE tax cuts for working families across America. Special thanks to @SenateMajLdr Mitch McConnell and Chairman @SenOrrinHatch for shepherding our bill through the Senate. Look forward to signing a final bill before Christmas! pic.twitter.com/gmWTny3SfS&— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) December 2, 2017
Todos los senadores republicanos, con una excepción, votaron a favor de la reforma, a la que se opusieron los 48 representantes demócratas. Previamente se habían adoptado dos enmiendas, una demócrata y una republicana, durante una larga serie de votaciones.
La excepción fue el senador republicano de Tennessee Bob Corker, quien finalmente se opuso a su partido porque, según él, esta ley aumentaría de manera excesiva el déficit público.
La mayoría republicana convocará el lunes una comisión bicameral encargada de forjar un texto consensuado entre las dos cámaras, que deberán volver a votar el texto antes de fin de año.
La reforma
Trump insiste en que los republicanos no tienen derecho al error, tras el humillante fracaso de su reforma del Obamacare. El magnate hizo de la reducción de impuestos el caballo de batalla de su política económica, con el objetivo de dar más poder adquisitivo a la clase media y estimular el crecimiento de la economía y el empleo.
El texto, la mayor reforma del sistema tributario estadounidense desde 1986, asigna la mayor parte de sus exenciones fiscales a empresas y personas de altos ingresos y ofrece un alivio fiscal más modesto a otros.
Los republicanos defendieron el paquete como algo que beneficiará a gente en toda la gama de ingresos y que reactivará la economía. Ni siquiera una estimación oficial de un déficit presupuestario adicional de un billón de dólares en 10 años pudo disuadir a los senadores republicanos de apoyar la norma.
Los demócratas describieron la propuesta como un regalo del Partido Republicano a sus empresas y personas aliadas a costa de las personas con menos ingresos. Compararon la reducción permanente en los impuestos a las empresas, del 35 al 20%, con rebajas fiscales más pequeñas para los particulares que terminarían en 2026.
De paso, la ley deroga la obligación de contratar un seguro médico instaurada por el Obamacare, una medida que podría desestabilizar el sistema de salud. Y abre tierras protegidas de Alaska a las perforaciones petroleras.
La Oficina de Presupuesto del Congreso de Estados Unidos, un ente técnico apartidario que se dedica a analizar las consecuencias fiscales y económicas de los proyectos de ley, advirtió que la reforma impositiva perjudicará a los más pobres y beneficiará a los que ganan más de 100.000 dólares anuales.
En un informe difundido esta semana, la oficina concluyó que para 2019 los estadounidenses que ganan menos de 30.000 dólares anuales perderán ingresos, mientras que, dos años después, los que ganan más de 40.000 por año también se verán afectados por esta reforma; en 2027, se sumarán los que tienen ingresos de hasta 75.000 dólares.
Por el contrario, resumió la oficina, los que ganan entre 100.000 y 500.000 dólares por año y los millonarios serán los grandes ganadores con esta reforma en el corto, mediano y largo plazo, según reprodujo el diario The Washington Post.
Agencias AP y AFP
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