Brutal manifiesto sobre la violencia
El término "complejo" quedó por siempre asociado a la única ópera escrita por el compositor alemán Bernd Alois Zimmermann. Su propuesta inicial, que incluía doce escenarios simultáneos que envolvían a la audiencia y sillas que giraban sobre sí mismas, fue rechazada por irrealizable. Hoy, cincuenta años después sigue siendo un título al que la mayoría de los programadores le huyen. No así el Teatro Colón, que no tuvo miedo a los desafíos logísticos y decidió producir lo que será el estreno iberoamericano de Die Soldaten. En contraste con otras, en esta ópera en cuatro actos, con música y libreto en alemán basada en la obra que Jakob Lenz que escribió en 1776, se considera que el rol más demandante lo tiene el director musical. Un reto que Baldur Brönnimann, director de la Orquesta Sinfónica de Porto y próximo director de la Basel Sinfonietta, asumió con entusiasmo cuando surgió la posibilidad de presentar lo que está considerado uno de los trabajos más importantes de la segunda mitad del siglo XX.
"Hace dos años junto a Martin Bauer del Colón Contemporáneo hablamos de montar grandes títulos del siglo pasado y surgió Die Soldaten. Todos tienen claro que es compleja en muchos aspectos, pero pensamos que podría funcionar. El Colón tiene un foso y una boca de escena bastante grande, así que éste era el lugar para hacerla. Además, aquí el público es muy de ópera, la gente conoce en profundidad lo que ve. Seguro traerá debate y es fantástico que lo haya, muchos títulos del repertorio de hoy fueron polémicos en su momento. Es importante que se genere una discusión porque esta obra tampoco es nueva, tiene 50 años y creo que es el momento de presentarla", afirma Brönnimann.
Con experiencias anteriores como director en el Colón, incluyendo la fallida El Gran Macabro de Ligeti en 2011, el director afirma tener un gran respeto por este teatro al estar dispuesto a presentar este tipo de repertorio. "Me consta que aquí se hace ópera desde el corazón, en otros países puede estar todo muy profesionalizado, pero después falta a veces un cierto espíritu que lo encuentras acá."
La trama central es la historia de la degradación de una mujer, Marie, violada por los soldados. Pero, según Brönnimann, el compositor busca mostrar algo más. "Zimmermann quedó fascinado por la teoría del teatro de Lenz, que negó lo de la unidad del tiempo y donde la secuencia no es estricta. Para esto compuso un tipo de música que va más allá de lo que pasa en escena. Hay momentos en los que varios tipos de música se superponen (música de una coral de Bach o jazz); otros en los que expresa lo que dicen los cantantes, y otros en los que la música va por un lado y el texto va por otro. También hay superposiciones de tempo como una idea de que todo confluye, para mostrarle al oyente que la historia de Marie es del siglo XVIII, pero podría ser hoy o pasar en el futuro."
Zimmermann definió su música como pluralista, una afirmación con la cual el director está totalmente de acuerdo. "Hay que entender que él pertenecía a una generación anterior a los vanguardistas y tuvo otra formación. Era parte de la vanguardia, pero su técnica no estaba dentro del núcleo duro que quería inventar una música nueva. No tenía complejos en usar música de jazz, por ejemplo. Su inspiración era el Wozzeck de Berg y en esta dirección construyó la música. Es dodecafónica en el sentido que tiene una serie de doce notas como fundamento, pero después algunos personajes tienen música enfática que va con ellos."
El nombre del director está asociado hoy a los títulos contemporáneos más complejos. "Esto no es un arte muerto, Mozart también fue contemporáneo en su momento. Me parece ridículo no hacer la música clásica de tu propio tiempo. Yo busco el desafío de lo que se está haciendo, así como las cosas del pasado que no se conocen tanto, es algo que enriquece mucho", afirma.
Un montaje monumental
Una de las razones por la cual Die Soldaten se presenta poco es la logística que conlleva su montaje. Sólo la orquesta está compuesta por más de 100 músicos, hay 70 instrumentos de percusión, un ensamble de jazz y bastantes recursos electrónicos. "Está la utopía de Zimmermann de construir un espacio, algo no tan inédito si recordamos Bayreuth y el edificio de Renzo Piano para el Prometeo, de Luigi Nono. Pero han ayudado las experiencias previas, por eso me puse en contacto con Berlín, Zurich y La Scala que ya la han hecho. Además, la mayoría de los cantantes que vienen de fuera la han cantado. Lo que no cambia es su complejidad musical, por eso ha sido fundamental el trabajo de los dos asistentes a la dirección: Henning Kussel, mi asistente de Berlín y Santiago Santero. La orquesta aceptó el desafío y se han esforzado un montón", explica Brönnimann.
La única forma para no perderse entre los dieciséis papeles cantados, diez hablados y las escenas que se superponen unas con otras es, según el director, con mucho estudio. "Eres el apoyo de todos, porque con tantos niveles, los mismos que intervienen no llegan a escucharlo todo. Los grupos de percusión están fuera de la escena, luego está lo que viene por altavoces, también los sonidos electrónicos por otros altavoces; todo esto se le hace muy difícil a los cantantes."
El mundo en Die Soldaten es uno de violencia al extremo, de pérdida de toda moral, y Pablo Maritano es el encargado de mostrarlo. "Lo crudo de la realidad está expresada claramente en la historia y pienso que Pablo muestra la violencia no como algo gratuito, sino para mandar el mensaje de la obra. Me parece fantástico que sea un director argentino el encargado de la puesta, así la gente siente que acá se pueden hacer las cosas como en cualquier lugar del mundo", dice Brönnimann.
Un preludio intenso se encarga de colocar al espectador inmediatamente en máxima tensión. Para Brönnimann es un efecto teatral totalmente operístico. "Hay muchos tipos de música que pasan al mismo tiempo y que llevan un mensaje adentro: aquí va a pasar algo malo."
Die Soldaten
Ópera de Bernd Alois Zimmermann, basada en la pieza homónima de Jakob Lenz
Teatro Colón, Libertad 621
Funciones, hoy, viernes y martes 19, a las 20. Domingo 17, a las 17, y miércoles 20, a las 20.
Desde, $ 115