A Roma le cuesta más llegar a los cines que una posible nominación al Oscar

Roma está llamada a ser una de las grandes protagonistas de la temporada de premios que está ya en pleno desarrollo y culminará a fines de febrero con la entrega del Oscar . Pero al mismo tiempo, la película de Alfonso Cuarón está en el centro de un debate inédito a partir de sus características especiales de producción y exhibición, tema del que se habla con la misma intensidad con que se comentan sus grandes méritos artísticos, porque puede convertirse en la primera producción original surgida del mundo del streaming con aspiraciones a ganar alguno de los galardones más importantes de la industria del entretenimiento.

Gestada y producida por Netflix , Roma estará disponible para los abonados al gigante del streaming en todo el mundo, incluida la Argentina, a partir del 14 de este mes. Esto quiere decir que con toda seguridad será la película más vista de todas las que participan en la actual temporada de premios. Pero al mismo tiempo, los requisitos de la Academia de Hollywood para toda película que aspira al Oscar exigen que Roma pueda verse en salas de cine. Y el propio Cuarón no hace más que alentar desde las redes sociales desde mediados de noviembre esa posibilidad. Quiere que la mayor cantidad posible de público acceda a Roma de esa manera y disfrutar de la imponente puesta visual y sonora de esta historia que Cuarón situó en el espacio de su Ciudad de México natal y concibió en clave casi autobiográfica. El propio director se encargó de la dirección de fotografía, en un deslumbrante blanco y negro.

Después de exhibirse en pantalla grande en la jornada de cierre del Festival de Mar del Plata, se confirmó en las últimas horas que el Malba proyectará Roma en su auditorio de la avenida Figueroa Alcorta al 3400 durante ocho jornadas (14, 15, 16, 20, 21, 22, 23 y 27 de diciembre) y de manera gratuita, a las 22. Este puñado de exhibiciones aparece como la única (y tal vez la última) alternativa local para verla en pantalla grande, en forma simultánea al lanzamiento en Netflix. Resta definir por parte del Malba el mecanismo de reparto de las entradas.

Lo que ocurre con Roma es toda una curiosidad. Es la primera vez que una película con tantas posibilidades de obtener una buena cantidad de nominaciones al Oscar en las categorías más relevantes se exhibe públicamente en la Argentina con estas características: funciones muy limitadas, gratuitas y en un escenario que no forma parte del circuito comercial. La explicación pasa por las condiciones muy especiales de producción y exhibición de Roma, la primera película de la historia pensada para el streaming como primera pantalla que podría ganar un Oscar.

Esta atípica situación abrió debates, controversias, focos de conflicto y todo tipo de recelos y suspicacias en varios mercados estratégicos para la consolidación de Roma como uno de los títulos más relevantes del cine actual. En México, Netflix puso a disposición de los exhibidores la película desde mediados de noviembre, pero las principales cadenas de cines de ese país (Cinemex y Cinépolis) se negaron a hacerlo argumentando el respeto a los tiempos de "ventana" tradicional de exhibición que rige allí: 90 días desde el estreno en cines al lanzamiento en streaming o Video On Demand (VOD). La poderosa Cinépolis (la cadena de cines más grande de América Latina y la cuarta en magnitud a nivel mundial) llegó a pedirle a Netflix posponer el lanzamiento en streaming del 14 de diciembre a febrero para poder exhibir la película en 75 ciudades mexicanas, y a la vez ofreció donar el 50 por ciento de la recaudación a organizaciones sociales que ayudan a las víctimas de abusos en el trabajo doméstico.

Sin embargo, el gigante del streaming mantuvo la fecha original a partir de un criterio que su responsable máximo de programación, Ted Sarandos, expresó hace pocas horas: "En un punto importante, las ventanas de exhibición son responsables de desconectar a la gente de la experiencia cinematográfica. No creo que sea muy amigable para las personas que viven lejos de los lugares en donde hay cines tener que esperar seis u ocho meses para ver una película", dijo durante una conferencia realizada en Nueva York.

En consecuencia, Roma se viene exhibiendo en circuitos independientes o salas de arte en distintas ciudades de México. Al influjo del propio Cuarón y de una campaña que el realizador viene realizando casi en forma personal desde las redes sociales, el número de salas en las que se exhibe la película sigue en aumento.

En España, algunos medios hablaron directamente de una suerte de boicot a Roma por parte de las principales cadenas de cines, también a partir del argumento del respeto al sistema de ventanas vigente. Por ahora, puede verse allí solamente en cinco salas de tres ciudades.

Las funciones del film en los cines estadounidenses y canadienses se pusieron en marcha el 21 de noviembre y comenzaron a extenderse desde Nueva York y Los Angeles a otras ciudades de los dos países. En la actualidad, unas 50 tienen disponible la película en pantalla grande, pero por decisión de Netflix no es posible conocer los números de taquilla. Según el sitio especializado Deadline, durante el fin de semana de Acción de Gracias, Roma recaudó alrededor de 200.000 dólares, con funciones a sala llena en cines de circuitos independientes de Nueva York y San Francisco. También logró una difusión importante para su estreno en pantalla grande en países como Inglaterra, Polonia y Corea del Sur.

Este crecimiento va de la mano con el sostenido éxito de la película en los primeros tramos de la temporada alta de premios de la industria. Después de llevarse la semana pasada el reconocimiento al mejor film de 2018 por parte de la asociación de críticos de Nueva York, la película de Cuarón acaba de recibir un premio especial del American Film Institute, que ya difundió su tradicional lista con los mejores títulos del año. Como Roma está afuera de los requisitos que exige esta reconocida institución para integrar esa nómina, sus autoridades decidieron otorgarle ese reconocimiento.