
Brit Marling, la rubia de las preguntas difíciles
La actriz y guionista protagoniza un trío de llamativos thrillers existencialistas como son Orígenes,Otra Tierra y Sound of My Voice, así como una amarga mirada a la vida en Scotland Yard, la serie británica Babylon
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De a poco, muy rápido, casi sin que el público se de cuenta cuándo pasó, algunos rostros y nombres llegan a la(s) pantalla(s) y comienzan a repetirse, haciéndose un lugar en un terreno en el que no es sencillo volverse inolvidable. Brit Marling es, dentro de ese universo, un destello interesante.
I Origins –que podrá verse mañana, a las 20.15, en Fox1, rebautizada como Orígenes–, tiene a esta actriz nacida en Chicago, en 1982, como una de sus protagonistas. Sin revelar demasiado de la trama de este film, centrado en un científico obsesionado con los ojos (Michael Pitt) y lo que ellos descubren acerca de la evolución de la especie, puede decirse que Marling representa aquí al bando de la ciencia, de la praxis y de las pruebas concretas. Un giro inesperado hace que aquellos que sostenían sólidas e inapelables banderas sobre la realidad desde un prolijo laboratorio, busquen desesperadamente la prueba que podría arrojar por la borda todas sus creencias. Los ojos, como un túnel directo a la trascendencia de los seres humanos (sí, eso de ser "las ventanas del alma" cobra un sentido tan técnico como poético aquí), son el elemento sobre el que el director Mike Cahill hace pie para desarmar personajes que pierden toda posibilidad de certezas.
Sin embargo, no fue esa la primera vez que Cahill y Marling trabajan en conjunto. Además de haber dirigido y escrito el documental Boxers and Ballerinas, la dupla es responsable del guión de Another Earth (premiada en el festival de Sundance y disponible en BluRay, vista ya en la TV paga local como Otra Tierra) que, luego, él comandaría tras las cámaras y ella, frente al lente, deslumbraría con otro complejo papel. Como su título lo indica, el film se centra en otro postulado teórico: el descubrimiento de una segunda Tierra, una idéntica a la nuestra.

Para Rhoda (Marling) y John (William Mapother, el villano de Lost) es un episodio que no podría haberlos trastocado de manera más profunda. Una joven brillante festeja su ingreso a la universidad entre copas y, más tarde, maneja fascinada por el cielo y ese nuevo planeta. Él, en otro auto, disfruta de la compañía de su pequeño y su mujer embarazada. La colisión hace destrozos y, años más tarde y flashforward mediante, es claro que ninguno de los dos ha podido superar aquella noche. Dos personas quebradas se vuelven a encontrar en el momento en el que el universo podría llegar a ofrecer una segunda oportunidad a aquellos que ya no tienen ninguna, ¿qué pasaría si un reflejo tuviera algo distinto para ofrecer?
Hasta aquí, queda bastante claro que el tema de las creencias y todas las zonas grises posibles que pueda haber allí son buscados y aprovechados con gracia por esta muchacha de 32 años. Y es ahí donde Sound of My Voice (de Zal Batmanglij, quien también la dirige en el aún inédito western feminista The East) se hace un lugar para armar algo así como un tríptico de la existencia. En esta oportunidad, es –además de guionista– Maggie, una misteriosa mujer que dice venir del futuro a salvar a sus seres queridos. Una pareja se infiltra en su grupo de fieles seguidores para hacer un documental que logre desenmascararla y acusarla de organizar una secta. Para ello se van entregando, sin prisa pero sin pausa, a las tareas y discursos de esta viajera del tiempo. Encuentro tras encuentro, tanto la certeza (y la necesidad de revancha) que tienen los documentalistas como la paz y el encanto de Maggie se van resquebrajando, encontrando inexplicables e, inevitablemente, torciendo el eje y desbaratando dogmas.
Lejos de todos aquellos universos posibles, volvemos a encontrar a Marling en la TV, en medio de policías, Londres, Internet, políticos y charlas TED. Esto se debe a que Danny Boyle (Trainspotting, ¿Quién quiere ser millonario?) eligió un cóctel explosivo para su desembarco en el mundo de las historias en episodios. Babylon es, en un pantallazo general, una serie original de Sundance TV sobre policías. Pero no se trata de cómo resolver crímenes o perseguir malvivientes, sino, más bien, de cómo se muestra y comunica todo ese delicadísimo material (y, claro, el intrincado lobby que lo rodea). Ante la necesidad de un cambio, frente a modos oxidados y con la reputación institucional en juego, entra en acción Liz Garvey, la nueva directora de comunicaciones de Scotland Yard. Mientras estos siete capítulos aguardan algún tipo de estreno aquí, hay algo que queda claro: habrá mucho más de esta multifacética dama.






