"Colateral", acierto de los Estados Unidos
"Colateral: lugar y tiempo equivocado" ("Collateral", Estados Unidos/2004). Dirección: Michael Mann. Con Tom Cruise, Jamie Foxx, Jada Pinkett-Smith, Mark Ruffalo, Peter Berg, Bruce McGill, Irma P. Hall, Barry Shabaka Henley, Debi Mazar y Javier Bardem. Guión: Stuart Beattie. Fotografía: Dion Beebe y Paul Cameron. Música: James Newton Howard. Edición: Jim Miller y Paul Rubell. Diseño de producción: David Wasco. Producción de DreamWorks y Paramount, hablada en inglés con subtítulos en castellano y presentada por UIP. Duración: 120 minutos. Para mayores de 13 años con reservas.
Nuestra opinión: muy buena
Ni Tom Cruise haciendo por primera vez el papel de un villano con absoluta convicción y credibilidad tanto en lo físico como en lo psicológico. Ni el cómico negro Jamie Foxx consagrándose con una sorprendente interpretación dramática. Ni Michael Mann, el notable director de "Cazador de hombres", "Fuego contra fuego", "Alí" y "El informante", ratificando una vez más su extraordinaria categoría narrativa y visual. Ni la decisión de rodar casi toda la película con cámaras de video digital de alta definición que alcanzan a traducir en toda su dimensión la soledad, la angustia y la sordidez de una Los Angeles ominosa y nocturna.
En verdad, la mayor audacia de "Colateral" no pasa por ninguno de los aspectos anteriormente señalados (aunque todos ellos combinados sí tienen una fuerte incidencia), sino que reside en la sencilla razón de que Hollywood está volviendo a confiar en el poder sugestivo de los géneros clásicos, en este caso un thriller negro, inteligente e implacable, con personajes bien delineados, una historia sólidamente construida y conflictos humanos que no necesitan de desbordes, que eluden las frases pomposas y que aprovechan de manera genuina todos los recursos dramáticos y estéticos de un arte tan rico y abarcativo como el cinematográfico.
Si bien hay un puñado de ambiciosas y contundentes escenas de acción -como un tiroteo en medio de una atestada discoteca-, "Colateral" es un ejemplo de un cine para el gran público, ascético, casi pudoroso, ya que buena parte de la trama se limita a la relación entre dos personajes opuestos entre sí, a bordo de un taxi, durante una larga noche de furia por las calles de Los Angeles.
Max (Foxx) es un querible y eficiente chofer de taxi que sueña desde hace doce años con crear su propia empresa de limusinas. Los clientes lo aprecian por su alto nivel cultural, su honradez y su particular capacidad para sortear los habituales embotellamientos de la enorme urbe californiana. Pero el previsible universo de este hombre común, siempre servicial, ubicado, sonriente y contenido, se derrumba en cuestión de segundos cuando sube a su auto Vincent (Cruise), un hombre bien vestido, con pinta de ejecutivo, que lo contrata para llevarlo a cinco puntos distintos de Los Angeles. Un absurdo accidente en la primera parada hace que Max descubra la verdadera profesión de su pasajero: un asesino a sueldo que debe despachar a cinco testigos convocados a declarar en un juicio contra un narcotraficante colombiano (Javier Bardem).
"Colateral" es una de esas películas simples y cristalinas, que no esconden trampas o golpes de efecto, no bombardean al espectador con situaciones forzadas, escenas de acción nerviosas y grandilocuentes, personajes insólitos o costosos efectos visuales diseñados para tapar baches narrativos. Pero la transparencia y la nobleza de sus intenciones no significa que en este nuevo largometraje de Michael Mann todo sea banal e intrascendente.
El talentoso director y productor estadounidense construye y enfrenta dos universos, el de un killer frío, escéptico y minucioso (casi un émulo del japonés Takeshi Kitano), acostumbrado a convivir con la lacra del poder, y el de un chofer afable y optimista, que sueña con la posibilidad de un porvenir mucho mejor que su presente, pero que es empujado a extremos inesperados que por momentos lo asemejan al Travis Bickle que Robert De Niro hizo en "Taxi Driver". Lejos de la macchietta y los estereotipos, Mann dota a cada una de sus dos criaturas -unidas por el azar y el destino- de una lógica, de una moral, de una serie de obsesiones y visiones del mundo que las hace profundamente creíbles.
Si a la carnadura humana de los personajes y a la ingeniosa construcción del suspenso se le suma el habitual despliegue estético y formal de un estilista, un preciosista de la puesta en escena y dueño de una excelencia técnica como Michael Mann (aquí acompañado por dos fotógrafos de lujo, el australiano Dion Beebe y el canadiense Paul Cameron), estamos en presencia de un espectáculo redondo. Con un gran director, dos buenos actores (Cruise ratifica que, a esta altura, es mucho más que una cara bonita), una impresionante utilización de los exteriores de una ciudad marcada por los contrastes y las contradicciones arquitectónicas, socioeconómicas y étnicas (es muy fuerte la presencia de la comunidad asiática y, especialmente, de la latina) y una propuesta visual llena de hallazgos, con sofisticación pero sin excesos, "Colateral" resulta uno de esos trabajos que permiten seguir creyendo que no todo en Hollywood está perdido.
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