Crónica de una muerte anunciada
Extranjera, de Inés de Oliveira Cézar, está basada en Ifigenia en Aulide, de Eurípides
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Ifigenia en Aulide es el título de una tragedia de Eurípides cuya fecha de escritura se calcula en el año 409 a.C. y su primera representación en el 406 a.C., con posterioridad a la muerte de su autor; Extranjera , es el de la segunda película de Inés de Oliveira Cézar (aplaudida en 2005 con Cómo pasan las horas ) que abreva en esa pieza del teatro griego, film que pasado mañana estrenará Morocha Films en el Gaumont y en el Malba. Un dato curioso: es la primera vez que el cine nacional recurre a un clásico con estas características.
Según Edgardo Cozarinsky, se trata de una película que "se atreve a recorrer el camino inverso a tantas adaptaciones de clásicos que ilustran con ropaje actual una trama mítica". Esa verdad surge en la primera mirada que se tiene de la versión para nada ortodoxa de la pieza cinematográfica, cuyo estreno mundial tuvo lugar en el Forum del Festival de Berlín del año último.
Para los papeles principales, la cineasta eligió a Carlos Portaluppi como Agamenón; a Agustina Muñoz como su hija Ifigenia; a Eva Bianco como Clitemnestra, así como a Aymará Rovera (a quien ya se vio en Nordeste ), al niño Agustín Ponce y a Maciej Robakiewicz en los papeles centrales. La fotografía es de Gerardo Silvatici; el montaje, de Ana Poliak, y la música, de Martín Pavlovsky.
Esta versión libre, escrita por Oliveira Cézar con Lamberto Arévalo y guionada con Sergio Wolf (actual director del Bafici), toma a una joven que en un mismo día descubrirá verdades clave y terminará siendo ejecutada por decisión de su padre. Claro: así parece simple y, sin embargo, se han escrito cientos de relatos y ensayos que tratan de salir en busca de más y más interpretaciones. "Tenía presente la versión de Medea que hizo el danés Lars von Trier, la que me parece su mejor película, con un planteo muy interesante", asegura la cineasta en diálogo con LA NACION.
Los griegos en Traslasierra
"Empecé a trabajar en la adaptación como si Eurípides viviera en la otra cuadra de mi casa. Mi identificación con la obra no fue del tipo «¡oh: una tragedia griega!». Era un material que me suscitaba una cantidad de sensaciones, que articulaba muy bien incluso con situaciones que vivo en este momento. No lo entiendo como un mito que no tiene nada que ver con lo que vivimos. Todo lo contrario", dice.
"Hay quienes le dan a la tragedia una solemnidad que nunca tuvo", explica. Para ella, "la tragedia es mucho menos solemne que el drama, es oracular, y en consecuencia no tiene solemnidad. La cosas suceden y suceden, y están sucediendo todas a la vez. El drama es gradual, tiene más explicaciones psicológicas, parámetros de cierto realismo, y lo que se busca es cierta armonía en el relato... De todas maneras, el drama nace de la tragedia".
El lugar de rodaje en Traslasierra implicó una cuidadosa búsqueda. La cineasta requirió la colaboración de un joven de la zona que primero la llevó a parajes con ranchos en medio de la desolación. Cuando le explicó que lo que buscaba eran cavernas, cambió el panorama. Así, el baqueano la llevó hasta un paraje que le había llamado la atención volando en parapente. De esa forma consiguió la escenografía exacta para poner en escena una historia fuera del tiempo. "Es un efecto buscado desde la puesta en escena, en el trabajo con el tiempo y con la imagen. En ese sentido propongo una hipótesis: al final de la proyección aparece un texto que dice: «Vivimos en el presente sólo por una cuestión de hábito»... Es algo que trato de desarrollar a partir de la puesta en escena y a través del trabajo de lo sonoro y lo visual. No es casual: es algo que forma parte del contenido mismo de la película", asegura.
"Es un mito que podés proyectar hacia el futuro, ver reflejado en el pasado, pero también se puede ensanchar hacia los costados", explica. "Siento que es algo que está muy vivo, que es un mito que forma parte de nuestra vida, ¿por qué debería limitar la puesta dándole una interpretación histórica, cuando lo que a mí me interesa del mito es lo que no deja de repetirse", concluye.



