
Diez obras de un gran director japonés
Comienza hoy, en la sala Lugones, un ciclo dedicado a la filmografía del realizador Kon Ichikawa
Uno de los acontecimientos cinéfilos de 2001 fue la retrospectiva dedicada a Kenji Mizoguchi. Este año, el Teatro Municipal General San Martín y la Fundación Cinemateca Argentina, siempre con el auspicio del Centro Cultural e Informativo de la Embajada del Japón, vuelven a la carga con un ciclo de diez largometrajes -la mayoría de ellos inéditos en la Argentina- de otro de los cuatro grandes directores del cine nipón, Kon Ichikawa, que completa la nómina de los indiscutidos junto con Akira Kurosawa y Yasujiro Ozu. La muestra se realizará desde hoy y hasta el domingo 14 del actual.
Ichikawa, de 86 años, se mantiene activo y acumula una filmografía de 87 películas que abarca desde el melodrama de neto sentido humanista hasta la impiadosa comedia negra, pasando por controvertidos documentales, extravagantes historias de época y transposiciones de novelas de grandes autores japoneses, como Yukio Mishima, Junichiro Tanizaki, Toson Shimazak y Soseki Natsume.
Definido como "el maestro de la paradoja" por su capacidad para analizar a través de comedias satíricas los aspectos más dolorosos de la sociedad japonesa, Ichikawa lleva casi seis décadas de intensa labor. Comenzó de muy joven en el cine de animación y, a pesar de su pasión por las películas de Walt Disney, su opera prima (una historia con títeres llamada "La chica del templo Dojo") fue prohibida por las autoridades norteamericanas de ocupación y su negativo, quemado.
Con influencias tan diversas como las de Jean Renoir y Jean Cocteau, Charles Chaplin y Buster Keaton, René Clair, Frank Capra y Howard Hawks, se destacó por su capacidad para mixturar temáticas, estilos, tonos y miradas, mientras alcanzó también un enorme grado de sofisticación visual, especialmente a partir del excelente uso del espacio en la pantalla ancha del CinemaScope y del notable manejo de la cámara.
Con poderosas odas antibélicas, como "El arpa birmana" (ganadora del León de Oro del Festival de Venecia) y "Fuego en la llanura", y provocativos clásicos como "Conflagración", film inspirado en la novela de Mishima, alcanzó su período de mayor esplendor entre mediados de los años 50 y comienzos de los 60.
Precisamente, fue Mishima uno de sus grandes defensores y quien quizá mejor lo definió: "Nadie más tiene el talento de Ichikawa para eludir el tipo de sentimentalismo que ha infectado al cine japonés en el pasado. Su naturaleza tiende a la sequedad, sin ninguna traza de dulzura, y su obra está imbuida invariablemente de una sensibilidad mordaz y perversa".
Considerado el nexo entre la Generación de Oro y la Nueva Ola del cine japonés, Ichikawa construyó relatos muchas veces apocalípticos sobre la depresión, la locura, la soledad y la obsesión del japonés medio alienado por condicionamientos familiares y sociales en un país de rica tradición pero traumado por la guerra y por la irrupción de un capitalismo muy salvaje. Impredecible, sorprendente, contradictorio, Ichikawa es un realizador para (re)descubrir.
El programa
El ciclo sobre Kon Ichikawa se realizará en la sala Leopoldo Lugones (Corrientes 1530), en copias en fílmico y con subtitulado electrónico. El programa completo de la retrospectiva, siempre con entradas a tres pesos y funciones a las 14.30, 18 y 21, es el siguiente:
- "El arpa birmana" (1956). En los últimos días de la guerra del Pacífico, un soldado japonés, único sobreviviente de su pelotón, se hace pasar por un monje budista. Espantado por las pilas de cadáveres que encuentra a su paso, se niega a volver a Japón y se queda en Birmania a cuidar de los heridos y a enterrar a los muertos, como un acto de expiación (hoy).
- "La llave" (1959). Inspirado en la polémica novela de Junichiro Tanizaki, Ichikawa concibió una comedia negra que deriva hacia la tragedia. Un hombre mayor involucra a toda su familia en su desesperado intento por restaurar su virilidad, urdiendo encuentros entre sus distintos miembros, para poder observarlos. Simultáneamente, le pide a su cuñado que revele unos films pornográficos que él mismo registró con su esposa (mañana).
- "El cuarto de los castigos" (1956). En el momento de su estreno, este film provocó todo tipo de escándalos por su planteo frontal de la violencia entre la juventud del "milagro económico" de posguerra y su rebelión nihilista contra la generación precedente (pasado mañana).
- "Nihonbashi" (1956). La encarnizada batalla entre dos geishas, que luchan por el control de Nihonbashi, un barrio del viejo Tokio, está en el centro de este melodrama con el que Ichikawa incursiona por primera vez en el color (sábado).
- "El tren está lleno" (1957). Una sátira social, que hace del stress urbano una metáfora del capitalismo japonés de posguerra. Un joven graduado universitario ingresa en una corporación, pero su único trabajo consiste en parecer siempre muy ocupado. Se trata de uno de los films visualmente más imaginativos de Ichikawa, inspirado en la estética del manga (historieta), mientras que varios críticos lo asociaron con el cine de Jacques Tati por su cuestionamiento del orden absurdo de la vida moderna (domingo).
- "Conflagración" (1958). Esta versión de la novela "El templo del pabellón dorado", la más famosa de Yukio Mishima, se convirtió no sólo en la película predilecta del propio Ichikawa, sino también en "uno de los más bellos films japoneses", según el especialista James Quandt. Inspirado en un hecho real, Ichikawa (que prefirió utilizar los apuntes que tomó Mishima del caso antes que el texto definitivo de su novela) narra la parábola de un joven estudiante que ingresa en un venerado templo de Kyoto para escapar de la influencia de su madre, a quien considera sexualmente promiscua (miércoles).
- "Fuego en la llanura" (1959). El frente de la guerra del Pacífico visto a la manera de un infierno, en el que los hombres sucumben a la locura y al canibalismo, en su necesidad de sobrevivir. Como en "El arpa birmana", aquí también un soldado intenta preservar algo de su humanidad (jueves 11).
- "El hijo" (1960). Sátira sobre el matriarcado, que -a diferencia del sistema patriarcal que domina en el resto del Japón- es una tradición muy arraigada en la cultura de Osaka. El heredero de una próspera empresa debe soportar no sólo los dictados de su madre y de su abuela, sino también los de sus múltiples amantes (viernes 12).
- "Diez mujeres oscuras" (1961). Recientemente reestrenada en Japón con gran éxito, se trata de una comedia negra sobre diez mujeres que son o han sido amantes de un mismo hombre -un displicente productor de televisión- que toman la decisión de matarlo y se lo hacen saber (sábado 13).
- "La venganza de un actor" (1963). Celebrado como uno de los films más fascinantes y embriagadores de su filmografía, es también para muchos críticos -desde Susan Sontag hasta Jonathan Rosenbaum- una obra maestra excéntrica. Un oyama (el actor que en el teatro Kabuki interpreta papeles de mujer) se venga de todos aquellos que fueron responsables del suicidio de su madre (domingo 14).