Duelo de supervivencia
"El triunfo del espíritu: Antwone Fisher" ("Antwone Fisher", EE.UU./2002). Dirección: Denzel Washington. Con Derek Luke, Denzel Washington, Joy Bryant, Salli Richardson y otros. Guión: Antwone Fisher, inspirado en su vida. Fotografía: Philippe Rousselot. Música: Mychael Danna. Presentada por 20th. Century Fox. Duración: 118 minutos. Calificación: sólo apta para mayores de 13 años, con reservas.
Nuestra opinión: buena
Luego de once años de servicio en la marina de los Estados Unidos y tres como oficial de una penitenciaría federal, Antwone Fisher se convirtió en guardia de seguridad de los estudios Sony Pictures, de Los Angeles.
Solo y desarraigado de sus padres, Antwone comenzó a pensar en su turbulenta infancia y decidió hallar a sus padres biológicos para recomponer su triste y torturada existencia. El productor Todd Black se enteró de la existencia del hombre gracias a un compañero de universidad, comenzó a frecuentarlo, le interesó su historia y lo tuvo un tiempo como alumno de sus clases de guión.
Sin duda Antwone Fisher poseía una rica trama de vivencias y penurias que, ya convertidas por él en libreto cinematográfico, fueron trasladadas a la pantalla por Denzel Washington en su debut como director.
La trama de este personaje extraído de la realidad representó para el propio Antwone un desafío tan catártico como purificador. La narración arranca de su infancia desamparada, de su residencia dentro de una familia sustituta que veía en él una molestia constante y esa falta de cariño inserto en brutales golpes y en vejámenes traumáticos.
Ya adolescente, Antwone decidió ingresar a la marina, pero su carácter violento hizo que sus superiores lo derivasen a un psicólogo que, con enorme paciencia, irá deshilvanando la vida de ese joven envuelto en las turbulencias de aquellos años pasados entre la angustia y la mortificación.
Como obra cinematográfica, el relato necesitaba adecuarse a las exigencias y a las convenciones de la pantalla grande, y por eso el guión no se ciñe puntualmente a la vida de su protagonista, sino que omite detalles y trastoca situaciones, pero el mensaje de ese hombre angustiado se rescata entre la liberación de su pasado y la responsabilidad de su presente para dejar atrás una vergüenza enfermiza.
Tortura y esperanza
Escribir sobre sí mismo un guión tan torturado habrá representado, sin duda, un reto difícil de sobrellevar para Antwone Fisher, pero lo que quedó visualizado en la película es un entramado que, lentamente, se va recargado de gran hondura emotiva. El film, sin embargo, adolece por momentos de una pátina de melodramatismo y recurre a situaciones reiteradas que alargan el metraje fílmico hasta tornarlo de cierto barniz de monotonía.
Pero el entramado de esta existencia se basa fundamentalmente en un increíble duelo de supervivencia y de tenacidad, y estas bases surgen nítidas de una narración que, más allá de esas deficiencias, interesa por su textura cálida y por su canto a la esperanza y a la felicidad. Muchas de las virtudes de "El triunfo del espíritu" se deben a la prolija dirección de Denzel Washington, que logró un clima entre opresivo y poético en este recorrido que deja, como saldo, la vivisección de un protagonista en busca de su meta, que se asocia entre el optimismo y el miedo al fracaso.
Otro de los aciertos del film se dan en la muy buena actuación de Derek Luke, que pone a disposición de su Antwone Fisher toda la angustia y la emotividad que pedía su papel, y en la exacta composición de Denzel Washington como el psicólogo dispuesto a rescatar de su angustia a tan traumatizado personaje.
La impecable fotografía y la banda musical son otros valiosos aportes de este relato que, con el particular sello de los dramas hollywoodenses, rescata con ternura, a veces edulcorada, una vida de decisión y de valor.
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