La Academia de Hollywood y una "actitud patotera"

Lucrecia Martel está enojada con la Academia de Hollywood desde que su nombre apareció a fines de junio de 2016 en una lista de 683 figuras invitadas a sumarse a la entidad que organiza el Oscar y elige a sus ganadores, con la idea de promover una diversidad por entonces muy cuestionada. "Nunca tuve una comunicación formal de la Academia, alguien que me preguntara si quería ser parte de eso. Simplemente anunciaron una lista en la que yo estaba. Ahora viajo a Nueva York y espero que alguien de la Academia se acerque para aclararme bien el tema", explica.

Para Martel, si el propósito de la Academia era "incorporar gente para que el debate sobre el cine no esté como ahora restringido a gente de la industria norteamericana, el primer acto que tenés que cumplir es de humildad y preguntarle a cada uno si realmente quiere sumarse, antes de publicar que hay 600 hombres, mujeres, blancos, negros, amarillos, homosexuales, islámicos, de distintos ámbitos y expresiones de pensamiento que van a entrar allí".

La directora se pregunta: "¿Cuántos aceptaron? Ellos publicaron la lista de las personas que iban a invitar, no la de quiénes aceptaron. Ese acto marca su patrón de conducta. ¿Qué aguja va a mover un voto como el mío si ni siquiera fui respetada como directora? Yo no acepté. ¿Y quién lo sabe? La gente cree que yo también voto en el Oscar. Entonces resulta que cuando gane otra película de Kathryn Bigelow van a pensar que yo voté. ¿Y cuántos de esos 600 nuevos aceptaron? Es una actitud patotera de la Academia, que no me gustó, y no quiero ser parte de eso".

En aquella lista aparecieron otros argentinos: la directora Lucía Puenzo, la actriz Cecilia Roth, los directores de fotografía Félix Monti y Natasha Braier, y el director de casting Walter Rippel.