Padre soltero e inexpresivo

"Padre soltero" ("Jersey Girl", Estados Unidos/2004). Guión y dirección: Kevin Smith. Con Ben Affleck, Liv Tyler, Raquel Castro, George Carlin, Jason Biggs, Jennifer Lopez. Fotografía: Vilmos Zsigmond. Música: James L. Venable. Edición: Scott Mosier y Kevin Smith. Diseño de producción: Robert Holtzman. Producción de Miramax hablada en inglés, con subtítulos y presentada por Buena Vista Internacional. Duración: 102 minutos. Apta para mayores de 13 años.
Nuestra opinión: regular

Con películas como "Cajeros", "La otra cara del amor" y "Dogma", Kevin Smith se convirtió en un referente indiscutido del cine independiente norteamericano de la década del 90. Este director de 33 años nunca se distinguió por su talento narrativo ni por la sofisticación de su estilo, pero su capacidad para escribir diálogos satíricos e irreverentes, plantear situaciones tan provocativas como creíbles y ofrecer una mirada muy poco convencional sobre las relaciones afectivas y la crisis vocacional de los jóvenes lo convirtieron en un multifacético artista de culto (es también actor, guionista, editor, productor y reconocido historietista).

Sin embargo, en sus últimos trabajos -como "Jay y el silencioso Bob"- su punto de vista y su espíritu desenfadados, casi adolescentes, presentaban claros síntomas de agotamiento. Con "Padre soltero", su primera película "adulta", este problema surge en toda su dimensión: Smith ha abandonado las bases de la primera etapa de su cine (la capacidad para el gag, los personajes excéntricos, la ironía y el desenfado), pero al mismo tiempo no ha sabido ganar en profundidad, complejidad, emoción ni sutileza. El resultado es una historia tan convencional como previsible, tan hueca como artificial, y -lo que es aún peor- atada a los más elementales clisés del cine de Hollywood que el director supo "castigar" con sus trabajos previos.

Smith ha declarado públicamente que siente a "Padre soltero" como un largometraje "muy personal", ya que la acción transcurre en su Nueva Jersey natal y él mismo se ha dedicado a cuidar de su hija tras un divorcio. Pero que la historia tenga algún correlato con su propia existencia no significa que el resultado sea tan personal como él se lo propuso, ya que lo que se ve en pantalla es una sucesión de lugares comunes, situaciones forzadas, narración que no fluye y actuaciones sin la más mínima naturalidad.

Ollie Trinke (Ben Affleck, en otro de sus inexpresivos trabajos) es un exitoso ejecutivo del mundo de la publicidad en el show-business de Manhattan, pero su existencia se derrumba por completo cuando su esposa (Jennifer Lopez) muere tras dar a luz a una beba, pierde su empleo y debe instalarse en la casa de su padre en la mucho menos distinguida zona de Nueva Jersey. Tras ese prólogo, la acción salta siete años con Ollie convertido en un sufrido papá que intenta -en vano- recuperar su viejo puesto en el área de relaciones públicas y debe conformarse con trabajar -al igual que su progenitor- como empleado estatal de muy baja calificación. Los reclamos de su hija y la aparición de una atractiva e impulsiva joven que atiende un videoclub (Liv Tyler) provocarán un nuevo cimbronazo en su vida.

El realizador apela a contrastes obvios y subrayados entre la ambición, la inhumana carrera por el éxito que impera en el mundillo del espectáculo de la Gran Manzana y la simplicidad, el culto por la familia y los rasgos de solidaridad que subsisten en los barrios populares de Nueva Jersey. Smith no sólo cae en todo tipo de facilismos y simplificaciones, sino que apela, además, a los mismos recursos que los subproductos de Hollywood (baladas edulcoradas como fondo de secuencias sobreeditadas en la línea de esos spots publicitarios que reivindican el valor de las pequeñas grandes cosas de la vida, apelando a la emoción y a la identificación más elementales y banales). Así, en medio de este contexto desolador, películas con las que guarda ciertas similitudes temáticas, como "Jerry Maguire, amor y desafío" y "Un gran chico", quedan en la comparación elevadas automáticamente a la categoría de obras maestras.

Las canciones del gran Bruce Springsteen (el cantante de Nueva Jersey), la aparición en divertidos cameos de Jason Lee, Matt Damon y Will Smith, y algunas irrupciones de un humor mordaz que recuerdan al viejo Kevin Smith de otras épocas conforman lo (muy) poco de bueno que tiene para ofrecer "Un padre soltero".