Sharon Stone, la seducción que nace de la inteligencia
MILAN (Corriere della Sera).- Desde hace nueve días, en un hospital de San Francisco, libra una batalla contra una peligrosa hemorragia en su cerebro la mujer que justamente hizo del cerebro el alma de la belleza moderna y de la inteligencia el alimento del erotismo femenino y del glamour contemporáneo.
"El glamour -dijo una vez- no es sólo un collar de diamantes o un vestido de seda. Yo puedo crear glamour con la energía, con el cerebro. Todas las mujeres pueden ser hermosas. Es sólo una cuestión de energía, de cerebro." Quizá por esta razón la enfermedad haya afectado precisamente ese cerebro. Para golpear directamente a la belleza.
Acerca del cerebro de Sharon Stone, lo que más subrayan los biógrafos es su altísimo coeficiente de inteligencia: 154, veinte puntos por encima del promedio masculino. Su padre Jo, un obrero de ideas vagamente socialistas, la inscribió en la escuela con un año de anticipación y directamente en segundo grado. Ella misma dijo que se sentía orgullosa de un coeficiente mental que la coloca "entre Mozart y Napoleón".
Varios picantísimos libros-escándalo fueron dedicados a la inteligencia que puso al servicio de su propio erotismo. Ella misma admitió haber tenido "más amantes que Catalina de Rusia" y le fueron atribuidas relaciones con los productores de Hollywood y las figuras más poderosas de los Estados Unidos, comenzando por Bill Clinton. "Hice todo lo que mi trabajo me exige hacer", dijo alguna vez. "No hay hombre que no quiera entrar en ella. Pero se sabe muy bien que es dificilísimo salir", confesó Michael Douglas.
Sin duda, ese cerebro que supo valerse de la belleza y el erotismo para expresarse, ha sabido transformar en un acto de inteligencia cada uno de los concursos de belleza que invariablemente Sharon Stone ganó desde los 17 años, hasta arribar a esa obra de finísimo talento que fue el cruce de piernas en el film "Bajos instintos". Y si se convirtió en el cruce de piernas más famoso de la historia fue precisamente porque la ola de provocaciones, emociones y calor que transmitió fue el resultado de un trabajo cerebral, de mente y pensamiento. Y porque el disfrute físico que vive quien la observa es juicio, lógica y razón.
Tal vez sea este punto el que temen aquellos fundamentalistas de cualquier tipo que obligan a las mujeres a esconderse detrás de los velos o de un chador. No soportan que la inteligencia femenina pueda transformarse en seducción sexual y atracción total, como ocurre en el caso de Sharon Stone. Si ellos impiden que sobre todo se vea el rostro de una mujer es porque la belleza femenina se expresa a partir de la mirada y de la sonrisa.
La mirada es siempre el protagonista del eros. Y ahora nosotros, gracias a Sharon Stone, sabemos que no hay ocultamiento ni escamoteo capaz de evitar que la inteligencia se ponga al servicio de la belleza. Ella dijo una vez que su voz tiene un timbre masculino que al principio la desesperaba. "Pero ahora aprendí a darle belleza hasta a la ambigüedad", confesó.
Ha dicho Stone: "El día en que vi a un desconocido entrar en el baño de mi casa comprendí realmente que me había convertido en una estrella. Cada día recibo miles de cartas de gente con la mente alterada". En julio último, un italiano de 37 años, un hombre de apariencia normal, la siguió obsesivamente a lo largo de un mes. Detenido y enviado por orden policial a un hospital psiquiátrico, se descubrió que su locura era momentánea y que estaba en una suerte de estado de trance.
Por eso, más que atraer a los locos, Sharon Stone enloquece a los más cuerdos. Y ella, que siempre supo controlarse, ahora teme el desequilibrio al pensar en su hijo Roan, de 16 meses, que hizo bendecir por el Dalai Lama y al que llama "mi pequeño Buda". Hijo que adoptó porque, en un cuerpo que biológicamente le negaba la posibilidad de ser madre, tenía la predisposición psíquica para superar ese obstáculo. Siempre el cerebro es el que logra dominar y vencer. Ese mismo cerebro hoy está amenazado por el aneurisma, una de esas "dulces" palabras en las que, según Pirandello, siempre anida la muerte.
La esperanza de todos es que Sharon Stone pueda volver muy pronto a su casa. Pero, vaya donde vaya, su belleza ya se ha convertido en uno de los símbolos de la civilización occidental, que merece ser defendida como la bandera de una nación.
Antes de que se afirmara el "modelo Sharon Stone", muchas intelectuales occidentales, laicas o ateas, se mortificaban a sí mismas porque aspiraban a convertirse en pura razón. No toleraban que la belleza fuera una expansión natural de la inteligencia y se convirtiera en el lenguaje de la carne. Como en el caso de Sharon Stone, la sensatez y los sentimientos finalmente convertidos en una sola cosa.
Su salud pasa por un momento crítico
El accidente vascular podría ser mortal
NUEVA YORK (Corriere della Sera).- La segunda angiografía a la que fue sometida Stone por parte de los neurocirujanos del Moffitt-Long Hospital de San Francisco, el viernes último, confirmó el diagnóstico inicial: hemorragia subaracnoide, un cuadro potencialmente mortal. "Nada puede ser tomado a la ligera", dijo al semanario People el doctor George Teitelbaum, docente de neurocirugía. En estos 14 días, Stone puede enfrentar complicaciones que van "desde la pérdida de movilidad hasta la del gusto, la vista, la palabra y aun la memoria". A juicio del especialista, todo depende de la gravedad de la hemorragia y del lugar del cerebro en el cual fue localizada. Si en la hipótesis más pesimista Stone corre riesgo de muerte, en la más optimista podría volver muy pronto a los rodajes y a reencontrarse con Roan, su hijo de 17 meses. "Si supera estas dos semanas sin complicaciones, aumentan las perspectivas de una cura definitiva", explica el corresponsal de People. La tercera hipótesis, tal vez la más difícil, es el vía crucis que deben atravesar los que sobreviven a un cuadro de hemorragia cerebral: extenuantes sesiones diarias de fisioterapia, intervenciones quirúrgicas, medicamentos de efectos colaterales.
Temas
Más leídas de Espectáculos
En fotos. De la divertida escapada de Pink y su familia al paseo de compras de Oriana Sabatini por Milán
"Amo lo que hago". Victoria Vannucci: su vida en Utah, el pacto con su ex y su experiencia como chef con los soldados en Tel Aviv
"Debo aprender a vivir con la enfermedad”. Celine Dion se refirió a su salud y al duro proceso que debe atravesar día a día