Platea infantil: concluye un festival muy necesario
A pocos pasos del cierre de Soy Festival! (hoy) puede pensarse en las semillas que quedan. Los hacedores se acercaron a ver las producciones de sus colegas, y el intercambio enriquece y expande las fronteras de lo pensable y de lo posible. La compañía Le Carrousel no trajo su escenografía, sino que se la hicieron en Buenos Aires. Y aquí quedó con la esperanza, tal vez, de una coproducción entre la compañía canadiense y otra vernácula. Sería hermoso ver Gretel y Hansel con un elenco local. Pero también sucedieron otras cosas, como que quienes trabajan en el predio en tareas que no tienen que ver con lo artístico se entusiasmaron con las funciones y disfrutaron las propuestas. Además quedan, todavía, hermosas puestas para disfrutar.
El intrépido viaje de un hombre y un pez, el trabajo de la compañía Onírica Mecánica, de Murcia (España), es una propuesta difícil de traducir en palabras, probablemente porque su constitución, incluso material, parece ser del orden de los sueños, como una de las puertas por las que atraviesa el protagonista para hacer su viaje. Sombras, objetos, narraciones, incluso un pez en su pecera, todo se articula para construir un relato que los espectadores atraviesan mientras la escena se puebla de los recursos más diversos y el tiempo, en las manos del narrador, se convierte en una pausa del mundo cotidiano.
Tengo una muñeca en el ropero es una tierna y divertida historia del reconocimiento de la identidad sexual y, sobre todo, del acto de compartirlo con los seres queridos. Con la experiencia y la pericia de la dupla María Inés Falconi y Carlos de Urquiza, la metáfora "salir del closet" se convierte en un gesto profundamente inteligente. Julián Sierra construye sus múltiples personajes con la ductilidad y el talento que lo caracterizan. Para adolescentes como destinatarios privilegiados, la obra, sin embargo, puede disfrutarla cualquiera que quiera poner un granito de arena para un mundo con mayor igualdad. Todavía quedan muchas cosas por hacer.
Malas palabras es una obra emblemática de Perla Szuchmacher que pone en el tapete escénico el tema de la adopción. Y lo hace del modo más bello que se puede hacer. Héctor Presa elige el desdoblamiento, el juego con personajes parciales, el subrayado de enojos, mohines y ternuras varias para hacer de esta bella propuesta dramatúrgica, una potente y sensible puesta teatral.
Sobre la cuerda floja es una producción de la Compañía chilena Teatro y su Doble. Todos los años una niña va a visitar a sus abuelos antes de "que las hojas se pongan castañas", el motivo recurrente es que algunas cosas permanecen y otras se transforman. Esta vez, sin embargo, hubo un punto de inflexión en las transformaciones, la muerte de la abuela. El trabajo se sostiene en dos lenguajes: el stop motion y el de los objetos de manipulación directa que se entrelazan, de manera sutil, se superponen, se fusionan, dejan paso uno a otro. Tanto los textos como los títeres son profundamente poéticos. Un viaje al país de la belleza.
En resumen, un festival destacable que, por su nivel, hubiera merecido mucha más difusión oficial. Seguramente será el primero de muchas otras ediciones.
Soy Festival!
En Tecnópolis
Malas palabras, hoy, a las 18.
Sobre la cuerda floja, hoy, a las 18.30 y a las 21.
Tengo una muñeca en el ropero, hoy, a las 19.
El intrépido viaje de un hombre y un pez, hoy, a las 19.30.
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