El cantante Robin Thicke, envuelto en un escándalo familiar

A casi dos años de su separación, la actriz Paula Patton logró que un juez estadounidense emitiera una orden que impide que Robin Thicke se acerque a ella o al hijo de ambos, de sólo seis años, tras acusaciones de maltrato y violencia.

La demanda incluye la acusación de que el cantante sufre de una severa adicción a la cocaína y que la golpeó en varias oportunidades, a veces incluso en presencia de su hijo Julian, nacido en 2010. Según narró en una audiencia que tuvo lugar ayer por la tenencia del menor, que terminó con la orden de restricción, el cantante golpeó a su mujer durante la edición 2013 del Festival de Cannes y la arrastró por el piso. En su último encuentro, cuando ella tardó en responder a la puerta, su ex comenzó a patear la puerta de su casa hasta derribarla.

No sólo eso, sino que el artista también habría maltratado al niño, aunque en su defensa su abogado aclaró que sólo le dio “pequeñas nalgadas”, algo que está dentro de las atribuciones que permite la ley californiana.

De acuerdo a la información a la que accedieron varios medios estadounidenses, la acusación a Thicke incluye el relato de una celebración por su separación, que incluyó la visita de seis mujeres desnudas en la casa que aún compartían ambos.

A pesar de esta supuesta liberación tras la ruptura, el cantante habría intentado en varias ocasiones retomar el vínculo con tácticas que la mujer consideró amenazantes. Patton habría accedido a un divorcio en términos amistosos porque su ex le prometió que no se drogaría frente al niño, algo que luego no cumplió.

Según el abogado del intérprete de Blurred Lines, el Departamento de Servicios para la Infancia y la Familia del condado de Los Ángeles pronto emitirá un comunicado en el que deja en claro que las acusaciones son infundadas. Mientras tanto, deberá deberá permanecer alejado 90 metros de su ex pareja, de su hijo y de la abuela materna, Joyce.