El legado: potente relato de quien envejece y no deja de buscar
El legado / Libro: Merceditas Elordi / Dirección: José Toccalino / Intérprete: Merceditas Elordi / Luces: Edgardo Aguilar / Escenografía: Edgardo Aguilar / Vestuario: Silvina Zorzoli Carrasco / Sala: El Ópalo, Junín 380 / Funciones: sábados, a las 22 / Duración: 60 minutos / Nuestra opinión: muy buena
Un perro que queda sin cuidado porque su dueño ha muerto. Una mujer ya muy grande arrastra con esfuerzo una silla de ruedas con su hijo discapacitado, grande también. Hay imágenes que pueden cargar tanto dolor que parece que no entra. ¿A quién acaso se puede legar la tarea más importante y, a la vez, extenuante? ¿Qué hacer frente al calvario de la soledad? ¿En quién apoyarse para pasar ese cuidado fundamental? El legado trata un poco de todas estas cuestiones pero anclando el hecho en un momento histórico preciso y metiéndose en la vida de una mujer en particular que busca a su hija y a su nieta.
Son más de 300 las personas a las que aún la democracia les debe su derecho sobre su identidad. Andan transitando las calles, viviendo sus vidas con una parte de su historia desconocida para ellos. Hay, también, abuelas que buscan, que crecen, suman años y, siempre con esperanza, siguen buscando incansables. Detrás de la historia, están los casos particulares, esos que al conocerlos duelen, por la deuda, porque es un pasado que habla en presente. El legado es de esas obras que pegan fuerte, pero que son necesarias.
Merceditas Elordi encarna a un inmenso personaje, Carmen, que cuenta su búsqueda en diferentes momentos de su vida, con un dolor que se le grabó para siempre. Recuerda a aquella otra que pudo ser cuando conoció la felicidad. Cuando el jardín, se encontraba con la imagen de su hija Adriana cantando con amigos. Pero ella ya no está y en esa ausencia imposible Carmen forjó su nuevo ser: una mujer que busca. Primero con la fuerza de su juventud, con la imposibilidad de creerla muerta. Con ese impulso ella va a buscar a todos los hospitales a su hija y a su nieta. Elordi compone una mujer que envejece. Con la dulzura y el dolor a cuestas invita a su living, ofrece su especialidad: pastafrola, convida un té caliente. Todo cierto. Hay quienes se suman con facilidad a pasar por ese rato de máxima cercanía y la intimidad de El Ópalo que dialoga de maravillas con la propuesta.
Ese hogar abierto, esa cita con nosotros tiene un objetivo que se irá haciendo cada vez más evidente: pasarnos la misión, encontrar a alguien suficientemente comprometido para continuar con su búsqueda. La puesta cuidada, bajo la precisa dirección de Jorge Toccalino, incluye fotos y una valija que simboliza el legado. Allí Carmen con todo el amor del mundo fue guardando esos objetos que quisiera que le lleguen a su nieta. Ropa, un colador con el que jugaba Adriana de chica, un pote de dulce de leche Chimbote porque una compañera de cautiverio de Adriana le contó que fue el deseo que su hija tenía para cuando saliese de ahí. Así que Carmen carga ese pote y lo lega. ¿Alguien está dispuesto?