Toy Story 4 ya es un éxito colosal y también una profecía autocumplida
Inmediato y colosal, el desembarco de Toy Story 4 en los cines argentinos también es una profecía autocumplida. Lo adelantamos desde el título de esta misma columna el 26 de mayo pasado. Allí decíamos que en la taquilla Disney solo puede competir con Disney.
El arranque millonario en números y en convocatoria de la cuarta aventura animada de Woody, Buzz Lightyear y sus amigos (viejos y nuevos) se produjo apenas unos días después de que Aladdin (otro producto marca Disney) se convirtiera en la quinta película de 2019 en alcanzar en el mercado doméstico el millón de entradas vendidas. Las otras cuatro también surgieron de allí: WiFi Ralph, Capitana Marvel, Dumbo y Avengers: Endgame.
Ni siquiera le hará falta un fin de semana completo a Toy Story 4 para sumarse a esta lista. La fortuna adicional de contar en la Argentina con su estreno en un día feriado aceleró lo inevitable. En dos tercios del planeta está ocurriendo lo mismo, aunque los números globales tal vez queden algo relativizados por el contexto cuando se analicen. Eso ocurrirá a partir de mañana, tras el primer fin de semana, que es siempre crucial y decisivo para las estrategias de los poderosos de Hollywood.
Si se cumplen las proyecciones más bien conservadoras que Disney hizo antes del estreno de Toy Story 4 es posible que quede, por ejemplo, detrás de los siderales números de Los increíbles 2. Pero la comparación es lo de menos frente a lo más trascendente: el corolario más importante que debe analizar Disney es que las secuelas de sus producciones animadas más importantes suelen mostrar números siempre más altos que sus predecesoras.
Así ocurrió con Buscando a Dory, ubicada en el puesto 34 entre los títulos más taquilleros de la historia frente a Buscando a Nemo (puesto 49). Más extraordinario todavía es lo que ocurrió con Los increíbles 2, ubicada en el puesto 6 mientras la película original ocupa el 135. Y Toy Story 3 está ubicada en el puesto 28, muy por delante de Toy Story 2, que aparece en el 206. Todo indica que Toy Story 4 repetirá la historia.
Esta tendencia nos entrega una primera conclusión elemental: que el público de todo el mundo querría más y más de lo mismo. Los números parecen decir a gritos que hay que pensar en nuevas aventuras con los mismos protagonistas. Si es posible, aventuras de Toy Story hasta el infinito y más allá. Varias secuelas de Los increíbles hasta que la pareja protagónica esté en condiciones de jubilarse. Un océano de búsquedas de nuevos pececitos en las profundidades en compañía de Nemo y Dory.
Las nuevas versiones de los clásicos animados de Disney con personajes de carne y hueso van claramente en esa dirección. ¿Será tan fuerte como para que en algunos años Woody, Buzz y compañía dejen de ser meros juguetes para adquirir otra fisonomía más cercana a nosotros? La pregunta es una apelación a la inteligencia de los ejecutivos y mentes creativas de Disney y sobre todo de Pixar, artífices de los nuevos y grandes clásicos animados de este tiempo. No parece casual que Pixar se haya anticipado a este debate y desde allí se proclame de viva voz que Toy Story es la última secuela del estudio. De aquí en más, solo historias originales.
La pregunta reaparecerá dentro de un mes, cuando hablemos del inmediato y colosal desembarco de El rey león en versión live action. Otra profecía autocumplida.
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