Live at Leeds, Alive II, Live Killers, Paris y Still Life permiten redescubrir (y quizás en algún caso descubrir), respectivamente, a The Who, Kiss, Queen, Supertramp y The Rolling Stones desde una perspectiva diferente.
Ya sea para registrar el paso por algún teatro, estadio o festival importante; dejar constancia para la posteridad de su poderío e impronta frente al público; extender el período de descanso hasta regresar una vez más al estudio con ideas frescas ante la inminencia de una nueva grabación; documentar el final de una gira o bien como despedida de los escenarios, los motivos por los cuales una banda decide grabar un álbum en vivo son múltiples y muy variados. Como también varía el resultado final de sus discos "en directo".
La mayoría de las veces logran su cometido de reflejar fielmente el espíritu de lo que se vivió durante varias escalas a lo largo de un tour o de una única y especial velada. Aunque en otras oportunidades, y por causas muy disímiles, ese objetivo lamentablemente no termina de colmar las expectativas. Y allí es cuando se apela entonces al recurso (totalmente lícito y válido por cierto) de las sobregrabaciones posteriores en el estudio que, por lo general, limpian las tomas, corrigen y disimulan errores pero, utilizadas en exceso, quitan frescura y espontaneidad, conspirando así contra su idea inicial.
Cuestiones técnicas al margen, los discos en vivo suelen ser recibidos con beneplácito por los fans, como piezas codiciadas por coleccionistas y melómanos e incluso como inmejorables cursos introductorios para novatos, curiosos e inquietos oyentes, más allá de las recopilaciones de grandes éxitos.
Los cinco álbumes que se citan a continuación constituyen apenas una ínfima muestra dentro del vasto universo de los notables registros en directo. Sin embargo, y aún tratándose de grupos consagrados con características y señas particulares bien distintas y personales, el punto de contacto en relación a estas producciones discográficas grabadas en vivo reside en que, más allá de las épocas, todas y cada una de ellas consiguieron plasmar y captar a sus protagonistas en un gran momento de sus respectivas carreras profesionales, convirtiéndose además en ejemplares y destacados capítulos de sus celebradas discografías.
Live at Leeds, The Who (1970)
Considerado uno de los mejores álbumes en vivo de todos los tiempos, Live at Leeds permite disfrutar de The Who en su estado más salvaje y desmesurado. Tras culminar la extensa y exitosa gira presentación del disco Tommy, el grupo regresó a Inglaterra a fines de 1969 con la intención de lanzar un trabajo en vivo que reflejara no sólo todo lo vivido en dicho tour sino que además documentara su momento de mayor esplendor y vitalidad. Sin embargo, al no estar del todo conformes con las ochenta horas de grabación destinadas a seleccionar lo mejor para el disco, Pete Townshend, Roger Daltrey, John Entwistle y Keith Moon optaron por grabar dos nuevos conciertos de mediados de febrero de 1970, uno en la Universidad de Leeds y otro en Hull. Inconvenientes de orden técnico en este último show obligaron finalmente a lanzar el álbum en vivo con la inolvidable presentación en Leeds. Aclamado de manera unánime por la prensa especializada, y extendiendo aún más el suceso estelar de Tommy, la edición original de Live at Leeds desgranaba seis tracks: tres versiones de clásicos como "Young Man Blues", "Summertime Blues" y "Shakin’ all Over", y tres impactos de cosecha propia: "Substitute", "Magic Bus" y el hit "My Generation". Por su parte, el arte simulaba un diseño similar al de los discos piratas de la época, presentando una portada de cartón con el título del álbum y el nombre de la banda sobreimpresos en color azul. Sin dudas, una bomba incandescente de rock cuyas esquirlas llegan hasta nuestros días.
Alive II, Kiss (1977)
"Si bien Kiss posee varios álbumes oficiales en vivo, seguramente Alive II sea el predilecto de sus fans. En primer lugar, porque fue editado a fines de 1977, cuando el grupo ya era un número uno en Estados Unidos y sus shows eran incomparables. Y en segundo término, por sus detalles de edición. Se trataba de un set de dos vinilos con cubierta plegable. Cuando uno desplegaba esa portada se encontraba con cuatro superhéroes al estilo Marvel elevándose en plataformas entre fuegos artificiales, humo, lenguas de fuego y luces.
Lo que también convirtió a ese disco en una anhelada pieza de colección fueron otros ítems especiales como calcomanías, sobres internos con imágenes, un libro de fotos que hoy en día se cotiza a precios exorbitantes en eBay, una lista de mercadería oficial del grupo así como la oportunidad de alistarse en la Kiss Army. El hecho de si el álbum fue muy retocado o no posteriormente o si todos los miembros del grupo participaron en las canciones de estudio son detalles que la mayoría de sus seguidores no toman muy en cuenta. "La importancia de ese álbum radica en que prolongó el éxito de la banda y que con el paso del tiempo se convirtió en uno de los registros en vivo por excelencia de la música de los setenta", explica Ariel Torres, periodista y asiduo testigo de Kiss en vivo a lo largo de varias giras por el mundo.
Tal como su predecesor, Alive (1975), este segundo álbum en vivo constituyó un enorme suceso comercial para el cuarteto y cimentó su tremendo potencial sobre los escenarios. Certificado con las distinciones de Oro y doble Platino por sus excelentes ventas, la mayoría de su material fue registrado durante la gira presentación del álbum Love Gun en el Forum de Los Ángeles, el teatro Budokan (Japón), el Capital Theatre de Nueva Jersey y en los estudios Electric Lady de Nueva York, donde se grabaron cinco temas nuevos: "All American Man", "Rockin' In The USA", "Larger Than Life", "Any Way You Want It" y "Rocket Ride". De todos modos, Alive II sobresale por las versiones en vivo de éxitos tales como "Detroit Rock City", "Love Gun", "Calling Dr Love", "Hard Luck Woman", "Beth", "God of Thunder" y "Shout it Out Loud".
Live Killers, Queen (1979)
Así como se tomó un largo tiempo para pulir detalles en la sala de ensayo antes de debutar discográficamente y de salir a tocar en público por primera vez, Queen decidió grabar su primer álbum en vivo recién después de su séptimo disco de estudio, aprovechando además el hecho de contar con un repertorio sumamente amplio que le permitiera luego seleccionar las mejores tomas.
Lanzado el 26 de junio de 1979, producido por la propia banda junto a Roy Thomas Baker y mezclado luego en los Mountain Studios de su propiedad, ubicados en Mountreux (Suiza), Live Killers fue grabado entre enero y marzo de ese mismo año durante la gira europea de presentación del álbum Jazz (1978). Si bien en un primer momento los integrantes del grupo no quedaron del todo satisfechos con el resultado final y la crítica (como solía ocurrir frecuentemente con Queen) tampoco demostró demasiado entusiasmo, este trabajo en formato doble alcanzó el puesto número 3 en el ranking de álbumes del Reino Unido y el 16° en el Billboard 200 de Estados Unidos, donde obtuvo la certificación de doble Platino. Sin embargo, con el transcurrir de los años, Live Killers obtuvo su merecida reivindicación por parte del público en diferentes países al poder constatar el irreprochable status de gran banda de estadios y su poderío escénico, presentando además una lista de temas demoledora.
Aquí figuran, entre otras, la contagiosa versión acelerada de "We Will Rock You", "Love of my Life" en emocionante plano acústico, las contundentes "Death on Two Legs", "Now I’m Here", "Brighton Rock" y "Tie Your Mother Down"; clásicos infaltables como "Bohemian Rhapsody", "We are the Champions", "Killer Queen" y "Don’t Stop me Now", y perlitas varias como "39", "Dreamer’s Ball" y "Spread Your Wings".
Paris, Supertramp (1980)
Con el deseo de dar a conocer ante el gran público de Estados Unidos los temas anteriores al exitoso álbum Breakfast in America (1979), pero también como una manera de ganar tiempo ante las presiones de la compañía discográfica por registrar un nuevo trabajo de estudio e intentar salir de la rutina, Supertramp lanzó su primer disco doble en vivo en septiembre de 1980. Paris, tal su título, fue grabado en The Pavillion de la capital francesa el 29 de noviembre de 1979, incluyó impecables interpretaciones en directo de los más grandes éxitos de su discografía y mostró al grupo británico con su formación clásica liderada por Roger Hodgson y Rick Davies.
El lanzamiento de dicho álbum extendió el período de mayor gloria y reconocimiento de Supertramp y de sus exquisitas creaciones a nivel mundial, alcanzando en paralelo un gran éxito comercial y un Disco de Oro por sus excelentes ventas. "School", "The Logical Song", "Breakfast in America", "Dreamer", "A Soapbox Opera", "Take the Long Way Home" y "Crime of the Century", entre otros, conforman los pasajes más destacados de una obra histórica.
Still Life, The Rolling Stones (1982)
Con la colorida y atractiva obra del artista japonés Kazuhide Yamazaki ilustrando su portada, Still Life asoma como el cuarto álbum en vivo de los Rolling Stones. Lanzado en 1982, y grabado durante su gira por Estados Unidos del año anterior, el disco obtuvo un gran éxito comercial tanto en Estados Unidos como en el Reino Unido. Sin embargo, en un principio, la recepción de la crítica especializada no fue muy positiva, situación que se revirtió con el paso del tiempo logrando así un merecido reconocimiento en diferentes rincones del mundo, entre ellos la Argentina.
"Still Life es un álbum que se reparte entre temas históricos como ‘Under my thumb’, ‘Let’s Spend the Night Together’ y ‘(I Can’t Get No) Satisfaction’; versiones de ‘Time is on my Side’, ‘Twenty Flight Rock’ y ‘Going to a Go Go’ y canciones propias más de la época como ‘Shattered’, ‘Let Me Go’ y "Start Me Up’. En algún punto, con este disco los Stones se reinventaron a partir de la década del ochenta, algo que tuvo su espaldarazo y efecto definitivo al año siguiente con el estreno de la película Let’s Spend the Night Together que, en realidad, es el registro de un concierto en vivo. También hay que tener en cuenta que hacía dos años que el grupo no salía de gira, algo no muy común tratándose de los Stones. Eso hizo de Still Life un trabajo en vivo muy esperado porque el anterior, Love You Live, era de 1977, transformándose así en el único registro de ese tipo de la banda durante la década del ochenta", señala al respecto Diego Perri, periodista y autor del libro República Stone (Music Brokers, 2013), quien concluye con una referencia a nivel local: "Para el fan argentino es un álbum muy querido y con el que los Stones dejan atrás el exclusivo nicho de los rockeros para comenzar a ser una banda realmente popular en nuestro país".
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