Canticuénticos con estreno doble
El grupo santafesino de música para niños Canticuénticos, que lleva aumuladas 245 millones de visitas en YouTube, cierra el año con un doble estreno: por un lado presenta su quinto álbum, A cocochito, y por el otro lanza bajo el mismo título el octavo libro de la colección Canticuénticos en papel.
"A cocochito remite a un gesto de cariño, de ponerse a la altura del chico bajando a su escala pequeña, para estirarlo hacia el mundo, a un lugar más alto desde donde va a ver cosas que no ve desde ahí abajo", explica Ruth Hillar, autora de los temas de Canticuénticos, la idea que llevó al vallenato que lleva ese nombre como tema de apertura de la nueva producción del grupo.
Canticuénticos sostiene con este disco la línea de anclar su música en géneros del folclore argentino y latinoamericano, incorporando timbres propios de cada uno de ellos, como gaitas colombianas o el cuatro venezolano. "En cuanto a los textos, buscamos temáticas que tengan que ver con la sociedad actual que viven los niños y las niñas junto a los adultos, con una mirada puesta a futuro", dice Hillar. Cita como ejemplo "A plantar", un tema referido a la deforestación.
"Es una temática que nos importa mucho a los adultos, pero a los niños todavía más, porque es el mundo que les vamos a dejar. Son ellos los que nos van a tener que enseñar a nosotros cosas que no aprendimos de pequeños, las nuevas generaciones las pueden aprender más rápido y así tal vez motivarnos más a los adultos a cambiar esta mirada sobre el mundo, para cuidarlo como nuestra casa", destaca la integrante de Canticuénticos.
Hillar subraya el poder de la música, y más aún de la canción, con la letra aportando a una construcción poética, para comunicar de una manera directa, en profundidad: "La canción puede transmitir algo de manera más fuerte y efectiva, porque establece una conexión muy profunda, tambi´pen a nivel corporal y emocional."
Canticuénticos no hizo recitales por streaming durante la pandemia. "Nos pareció que iba a ser muy difícil llegar a la fuerte vivencia comunitaria que tenemos en los conciertos. Preferimos entonces hacer otras cosas, como terminar el disco y adelantar desde principios de año algunos temas como simples, una manera de estar presentes compartiendo el trabajo que veníamos haciendo. Por otro lado lanzamos la colección de videos Cantiteca, una idea que antes nunca teníamos tiempo para materializarla", resume Hillar una temporada atípica, en la que abundaron también las grabaciones de breves saludos musicales y narrados para el amplio público que sigue a Canticuénticos en las redes. "Hemos estado muy activos, pero de otra manera, sentimos que pudimos por suerte estar cerca del público, pero de una manera muy diferente a otros años."
El grupo musical logró lo que pocos dentro de la música infantil local: instalarse tanto en las redes sociales como en los recitales, proyectando su repertorio desde Santa Fe no solo hacia Buenos Aires y otras provincias, sino también en giras a Uruguay, Chile, Colombia y Brasil. Si la pandemia lo permite, se agregarán en 2021 Ecuador y México.
"Nuestro proyecto surgió prácticamente al mismo tiempo que las redes empezaron a ser lo que son hoy, comenzaba el auge de Facebook y YouTube y nosotros lo vimos como una forma de estar presentes", explica Hillar cómo se dio la interacción fructífera de Canticuénticos con las redes, que los llevó a que su hit más conocido, "La cumbia del monstruo de la laguna", ya sume casi 62 millones de visualizaciones en YouTube. "Desde el primer momento pusimos todas nuestras canciones en YouTube, cuando ningún grupo de musica para chicos lo hacía, más allá de alguna canción suelta, porque se suponía que iba a competir con el disco, que la gente que la escuchara por YouTube no ioba a comprar el disco. Y nosotros creíamos que no iba a ser así. Además siempre el objetivo de Canticuénticos fue que la música llegue a la mayor cantidad de chicos posible. Muchos chicos que no podían comprar el disco, escuchaban las canciones habiendo internet en la escuela. Mucho de esta viralización que hubo la hicieron los propios docentes."
Más recientemente, las plataformas de suscripción como Spotify redujeron aun más la competencia entre la circulación libre y la paga. A esa altura Canticuénticos ya era referencia indiscutible de la música para chicos no comercial difundida a nivel masivo. Aún así, apuestan también ahora a la vez a la edición de su nuevo disco en soporte físico: "A cocochito, además de que esté en todas las plataformas para descarga y escucha, vamos a sacarlo el formato físico, va a salir en los primeros meses del año que viene como un libro, con las ilustraciones de Estrellita Caracol, en el que se puedan leer las letras de las canciones, y con código QR para poder descargar toda la música en dispositivos. Nos da mucha lástima cómo aparece la información de la música en Spotify, no se sabe quién toca qué instrumento. A nosotros nos gusta mucho mostrar quién hace el trabajo, qué instrumentos se están tocando, para los chicos es hermoso saber cómo se llaman los instrumentos, cómo son, leer las letras."
Más allá de YouTube, Spotify o el disco físico, Hillar resalta el valor que le asignan al camino que recorren las canciones en las voces de los mismos chicos. "Me encanta cuando escuchamos las canciones en las voces de las nenas y los nenes, de las mamás, los papás y los docentes. Que la canción sea cantada por mucha gente, que no sean meros consumidores de cosas grabadas, sino intérpretes con versiones propias, con la propia voz y el propio cuerpo. Nos gusta que miren nuestros videos, pero mucho más nos gusta cuando apagan la televisión, el celular, la computadora o lo que sea, agarran una guitarra y salen al patio o a la terraza a hacer una ronda y se ponen a cantar y bailar. Esto nos parece el mayor logro, un logro real, no la cantidad de visiones en YouTube."
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