Después de su tweet diciendo que los seguidores argentinos de Megadeth ya no eran los más ruidosos, el músico pide que le tengan piedad, habla de su vida en Nashville y de la chance de que debute como actor
En septiembre, un fanático mexicano le consultó a Dave Mustaine vía Twitter sobre quién es la mejor audiencia en la actualidad. El líder de Megadeth opinó: "Solía ser Argentina, pero muchos fans postean cosas como 'ahre, fernet, choripán, etc'. Así que diría que es México. Pero eso puede cambiar". Y así, recibió una catarata de respuestas de los fieles que se hicieron eco de una supuesta traición. Un puñal. Digital, claro está, porque esa es la forma que el colorado encuentra actualmente para volcar su célebre honestidad sin destilación. Ya sea defendiéndose de ataques arbitrarios (aún en 2017 lo siguen hostigando por su pasado en Metallica), recomendando un libro del polémico conservador y ex-host de Fox News, Bill O’Reilly, o bien sirviendo datos útiles de próximas giras, Mustaine continuamente complace -o al menos trata de hacerlo- a sus más de 900.000 seguidores.
“Nunca ofendería a mis fans en Argentina. Es uno de mis lugares favoritos en el mundo”. aclara Mustaine con elegancia para corregir lo que generó ese comentario. Sabe que, desde su primer desembarco en el país hace veintitrés años, su banda juega con una cómoda localía casi a la altura de los Ramones. Tan cómoda, que se da el lujo de volver un año más tarde -este sábado en el Monsters of Rock en Tecnópolis- a reafirmar su nueva formación, con la que logró ese gran disco llamado Dystopia. “Pude haber dicho que ya no son los más ruidosos, pero porque hay distintos lugares donde los fans suenan más fuerte”, explica. “Por ejemplo, sin querer faltarles el respeto a los japoneses, la audiencia ahí no es tan ruidosa, pero cuando alientan, muestran el aprecio a su manera. Ahí te das cuenta de que a pesar de que no canten tus solos de guitarra o 'Megadeth, Aguante Megadeth', no quiere decir que no sean tan fanáticos como los argentinos."
¿Empezaste a ser más cuidadoso en las redes sociales con tus respuestas desde ese tweet acerca de los argentinos?
De muchas de las cosas que digo en Twitter, hay un quiebre en la comunicación porque el español no es mi lengua materna, y bueno, muchos fans dicen cosas y quizás quieren decir cosas lindas y a veces en mi spanglish lo leo de una forma extraña [risas]. ¡Así que ténganme piedad!.
¿Qué cosas te quedan pendientes por descubrir de nuestro país?
Reconozco que hay otras ciudades aparte de Buenos Aires que tienen fans que están tan locos. Descubrimos Neuquén esta última vez, y la vez anterior que fuimos a Córdoba estuvo genial. A veces es triste cuando los estadios o teatros tienen limitaciones y terminás tocando en lugares más chicos u otros más grandes que no sirven para la cantidad de espectadores. En muchas oportunidades, llegás a una ciudad por primera vez, especialmente en un país donde la gente tiene que trabajar mucho para sobrevivir, y ellos necesitan primero ver a esa banda y que está buenísimo y que van a volver, antes de invertir. No digo que así tenga que ser en todas las ciudades en Argentina pero así es como funciona la industria musical ahora y se trata sobre estar un paso adelante. Y si te quedás dormido al volante, no estás prestando atención al potencial problema que viene después de eso. Fines de carrera, por ejemplo.
Estás en Nashville ahora, ¿no?
Si. Estoy ahora en casa, queda un poco más al sur de Nashville.
Entiendo que fue en parte para impulsar la carrera country de tu hija, ¿Cómo viene eso?
Todo viene muy bien por ahora. Estamos disfrutando de nuestra vida acá. Ha sido muy bueno para la familia, para todos. O sea, estar en California fue algo que disfrutamos por donde vivíamos, pero hay otras cosas que Tennessee ofrece mucho más alineado con nuestro estilo de vida actual: tenés árboles, pasto por todos lados, podés cazar, pescar y la gente es muy amable.
¿Nashville te afectó de alguna forma en términos musicales, desde lo personal o mismo hacia Megadeth?
No realmente. Pero sí hay ciertos puntos de conexión históricos con la banda. Cuando vine por primera vez acá, para grabar Cryptic Writings (1997) estábamos atravesando una gran transición. Y, a pesar de que hicimos varios discos acá, Dystopia por ejemplo, también Risk y The System Has Failed, hubo muchos a los que les fue bien, y otros que no y fueron un tanto más cuestionados, sobre todo porque el núcleo de nuestros fans prefieren al Megadeth más agresivo. Creo que hubiésemos sido poco honestos con nosotros mismos de no probar canciones con un enfoque distinto. Colaborar con los otros miembros de la banda fue fundamental, porque no sabés cuando vas a salir con una canción como “Symphony of Destruction”. En Countdown to Extinction, de lo que David Ellefson cuenta -nosotros lo apodamos cariñosamente como El guardián de los hechos, porque se acuerda de todo-, entregamos el disco al sello y nos lo devolvieron. En ese momento no teníamos “Symphony of Destruction” y nos habían pedido que volviéramos al estudio a componer más temas, porque necesitaban una canción para pasar en la radio. Así que desde ese disco y el que le siguió, ya nos habíamos acostumbrado a volver al estudio a hacer más canciones.
Le tomó doce veces a Megadeth tratar de ganar el Grammy, y es interesante que haya ocurrido ahora con la banda a 34 años de su comienzo, teniendo una formación renovada y un álbum como Dystopia, bien recibido por la crítica y los fans. ¿Cómo te sentís?
Bien!
Rompieron la maldición de Kenny G...
Exacto. La maldición de Kenny G [risas]. ¿Vos sabés que mi hijo trabaja para la compañía que maneja a Kenny G? [risas]. Fue genial haberlo ganado y realmente me tomó unos segundos terminar de absorber eso que estaba ocurriendo. De hecho casi no vamos porque habíamos estado tantas veces ahí y sin ganar, que me pareció que no tenía motivos para ir. Pero, ¿sabés qué?, después de eso me integraron a la comisión del Grammy acá en Nashville y ahora soy un miembro. Quizás en estos días me reúna con la congresista de nuestro estado para hablar sobre cambios de leyes y promover nuevas que ayuden a proteger a los músicos locales. Ya estuve anteriormente involucrado en promover una ley en el Senado, así que... ¿quién sabe? Está bueno. Estoy súper ansioso.
¿Cuál es tu misión detrás de todo eso?
Quiero ayudar a músicos en todas partes y creo que esta es la mejor forma que tengo para hacerlo. No hay muchos que tengan todas las herramientas necesarias para hablar en nombre de otros músicos, especialmente con políticos. Pero no quiero que esto quede como “Dave Mustaine se va a reunir a solas con Marsha Blackburn”. Todavía de hecho no voy a hablar con ella. Iré a un seminario que va a dictar y varios de nosotros vamos a participar. Otra de las cosas que vamos a hablar es el famoso “Pagar por tocar”, tener un trato justo para los músicos. Algunas de las grandes compañías de streaming y discográficas no pagan lo que corresponde, así que eso es por lo que estoy peleando y, para todos los músicos que están ahí afuera, espero contar con el apoyo de ellos en lo que vamos a hacer.
Ya hace más de un año editaron Dystopia, en el medio de un cambio de gobierno en Estados Unidos. ¿Donde encontrás la distopía actualmente?
Lo primero que se me viene son los barrios bajos, las favelas y los ghettos en Norteamérica, donde la gente es forzada a vivir allí. Eso es un gran problema en Estados Unidos y en el mundo. Hace poco estuve tratando de hacer memoria de cuando empecé a ver a gente viviendo en la calle, cuando tomé dimensión del problema, y realmente no me acuerdo. Es como que... ocurrió. Y mismo yo tengo recuerdos de ser un homeless, durmiendo en la camioneta de David Ellefson e inclusive eso ni siquiera hizo que yo vea o tomara dimensión del problema de los que no tienen techo. A partir de ahí escribimos aquella canción, “Breadline”, que estaba en Risk. De hecho, un amigo mío está haciendo una película sobre eso, y me ofreció un papel en ella. Tal vez lo haga, tal vez no, no sé.
¿Es un documental o vas a tener que actuar en ella?
No... Él... Bueno... Pará, pará, pará... No vayas corriendo con la noticia de que voy a empezar a actuar. Fue una aseveración lateral, man. ¡Mirá como me estás empujando contra las cuerdas! [risas]. Estuvimos hablando más sobre poner una canción en el film. Hay una escena donde un hombre toca una guitarra acústica, de pie en una plaza. Entonces les dije que iba a grabar una versión de “Breadline” más desnuda, así que... uno nunca sabe. Él me dijo “¿Por qué no lo hacés vos?”, así que... quizás lo haga.
Entonces definitivamente no vas a actuar...
[Piensa] Mmmm... [risas] Sabés que no puedo mentir. El me lo ofreció y dije que lo iba a hacer. Será cuestión de ver si pasa.
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