Draco Rosa, el fabricante de hits de Ricky Martin, en Buenos Aires

Hace unas semanas, el cantante Fernando Ruiz Díaz incluyó en de su repertorio de canciones de Spinetta, Sumo y Catupecu Machu, un tema del compositor puertorriqueño Robi Draco Rosa. La canción "Más y más", hit que popularizó Ricky Martin, no hizo más que confirmar que la obra del artista y compositor boricua penetró no solo en las capas populares, sino también en diferentes sectores musicales. Y es que Draco Rosa, niño mimado por la industria musical a partir de su participación en Menudo, se transformó en una suerte de solista outsider.

Robi Draco Rosa aparece como un músico inclasificable del pop latino. Tiene ademanes de peleador callejero y una actitud de chico rebelde. Es un fervoroso lector de poetas malditos como Baudelaire. Admira a Spinetta y a Julio Iglesias. Pero, más que nada, tiene la necesidad casi animal de los antiguos beatniks. Escribir y viajar sin rumbo fijo, mezclándose con gente en el camino, a la manera de Kerouac. "Yo voy por mi vida a mi aire. No defiendo los géneros. Donde la música aterriza, yo aterrizo y comparto con esa música. Me mezclo con gente de todos tamaños, colores, sabores, disfrutando mi momento criollo y rocanrolero. Porque soy esa persona".

Amigo de Ricky Martin desde los tiempos de Menudo, líder de Vagabundo –una banda fundamental de Puerto Rico en los años 90–, autor de hits como "Livin' la vida loca" o "La copa de la vida", encarna ese bilingüismo cultural de Puerto Rico y Los Angeles. El ecléctico mapa musical de Robi Rosa puede viajar por el hip-hop, la guajira electrónica, la sensualidad soul, la balada pop latina, los sonidos del cavaquinho y las guitarras punk.

En 2013, después de una larga batalla contra un cáncer de abdomen Draco Rosa lanzó Vida, una suerte de legado musical, interpretando sus canciones compuestas entre 1993 y 2010 en dúo con artistas como Rubén Blades, Juan Luis Guerra, Calle 13, Andrés Calamaro, Tego Calderón, Ricky Martin, Alejandro Sanz, Enrique Bunbury, Maná y Shakira. Ese seleccionado muestra el arco de admiradores, pero también de sectores musicales que lo siguen. Draco es una rara avis, un fabricante de hits y canciones medulares que se alimentan del rock indie, la estética del dark ochentoso y el sonido guajiro. En vivo, Draco no es lo que parece. Sorprende con ese halo enigmático de su figura y una obra que arrastra una pena negra y una melancolía que refleja ese estilo de vida en fuga.

Draco Rosa. Presenta lo sagrado y lo maldito en Martes Indiegentes. Niceto Club, Niceto Vega 5510. Martes, a las 21. Desde:$ 600.