Alex Kapranos, de Franz Ferdinand: "Escuchar a los Beatles en los 80 era una forma de rebelarse"
Siempre en ascenso. Así se siente Alex Kapranos al frente de Franz Ferdinand , la banda escocesa que allá por los primeros años del milenio se sumó a una nueva camada de grupos de guitarras que llegó para renovar la escena, con un gran álbum debut y un hit que hizo bailar al mundo en su versión remixada, desde las bandejas del mismísimo Fatboy Slim. Pasaron catorce años desde entonces, pero los Franz Ferdinand apuestan por otra refrescada más con su útlimo disco, Always Ascending, con el que volverán a visitar el país el próximo 7 de octubre, en Museum.
"Es gracioso, porque cuando elegimos el nombre de la banda lo hicimos por lo que significaba, porque después del asesinato de Franz Ferdinand el mundo ya no fue el mismo y todo cambió. Comenzó un nuevo siglo y ya nada fue lo mismo. Nosotros queríamos que algo así sucediera con nuestra banda también. Y ahora, cuando tuvimos que decidir el título de este álbum, queríamos capturar un sentimiento similar. Creo que nada será igual para nosotros a partir de este momento y estar siempre en ascenso es algo que uno, como músico, como artista, como banda, siempre quiere lograr. Empezar de nuevo todo el tiempo, empujarse a uno mismo a más y sentir que siempre vas hacia arriba".
Así resume Kapranos, del otro lado de la línea y mientras pasea por las calles de Londres, el concepto detrás de Always ascending, el quinto álbum de estudio de FF y el primero luego del alejamiento de su guitarrista fundador y amigo, Nick McCarthy. Un disco que propone devolver a FF a la pista de baile, con los teclados y los sintetizadores al frente, cierto espíritu ochentoso y la producción de Philippe Zdar, fundador del dúo francés de música dance Cassius.
"Zdar tiene una gran personalidad", sostiene Kapranos. "Cuando vas a un estudio a grabar, una de las cosas más difíciles es tocar con actitud, tocar las canciones como si las tocaras para el público, porque luego cuando tocás esas canciones en vivo suelen sonar totalmente diferente. Eso se debe a la energía que te da la audiencia, mezclada con la tuya, por supuesto. Cuando grabo un disco yo extraño esa conexión con el público. Soy un performer y es lo que me gusta hacer. Pero al tener en el estudio a alguien como Zdar, con gran personalidad y muy sensible, fue como tener a una gran audiencia concentrada en un solo y extremo y exhuberante ser humano con un gusto excelente".
–Hace poco dijiste que, tras la partida de McCarthy, para este disco probaste varias cosas nuevas. ¿Fue una forma de reinventarse?
–No creo que nos hayamos reinventado, porque para mí el secreto está en mantener tu identidad y eso está en la banda tocando, juntos, ese es nuestro adn. Yo quiero que cualquiera ponga cualquier canción de cualquier álbum de Franz Ferdinand y sepa que somos nosotros. Pero al mismo tiempo quiero sentir que todavía hacemos algo nuevo. Uno tiene que empujarse a uno mismo a explorar nuevas aventuras, pero sin olvidar quién sos y sin perder tu identidad. En realidad, puedo hablar horas sobre lo que tratamos de hacer, pero todo se resume a una cuestión de química, una combinación de todos nosotros tocando juntos, usando diferentes llaves, utilizando distintas progresiones.
Kapranos ya tenía 32 años cuando FF irrumpió en la escena con esa suerte de himno del nuevo milenio, "Take Me Out", con el que refrescaron el rock británico de la época. Ahora, a los 46, el músico parece mantener intacto su espíritu juvenil, más allá de que su aspecto siempre elegante se parezca más al del Bryan Ferry maduro que al estilo "reviente" del Julian Casablancas de The Strokes, banda contemporánea de FF.
"No puedo quejarme... ¡mi vida es increíble! De hecho, en unas semanas estaré volando hacia América Latina. Iré a Buenos Aires, a Santiago de Chile, a varias ciudades de Brasil. Estoy muy agradecido de que gente joven encuentre aún excitante nuestra música. Hace catorce años salió nuestro primer disco y el público todavía disfruta de nuestras canciones. Somos muy afortunados", asegura este músico con ascendencia griega, nacido en una pequeña localidad del sur de Inglaterra, pero criado en Glasgow, Escocia.
–Cuando te iniciaste en la música, ¿quiénes eran tu héroes?
–Empecé a hacer música con unos compañeros de la escuela, éramos chicos y a mediados de los 80, me acuerdo de que estábamos obsesionados con los Beatles. Podría ser algo ordinario, pero lo cierto es que en esos años, después del punk, los Beatles no eran populares en Escocia. A nadie le parecía cool la música de los Beatles. Pero para nosotros era también una forma de rebelarnos contra lo que se consideraba cool. Ahí comenzamos a escribir nuestras propias canciones y a tocar música. Luego sí, escuchamos a The Smiths, a The Dead Kennedys y tantas otras cosas.
–¿Qué recordás del impacto que significó el punk en Gran Bretaña?
–Tenía 4 años en 1976, pero aún recuerdo la irrupción del punk porque afectó a todo. Su influencia la podías ver en todas partes, la actitud de los chicos cambió. Recuerdo ver a los Buzzcocks en Top of the Pops (histórico programa e la televisión británica) y amarlos. De todas formas, el mayor impacto yo lo sentí entre 1979 y 1980, en la era del 2 Tone. Me agarró entre los 7 y los 10 años y por ese entonces quería vestirme como ellos, me encantaba la música de esa escena. Si existe una banda que hizo que yo quisiera armar un grupo, esa fue The Specials.
Durante la entrevista, aparecen también los hombres de The Selecter y Madness, por supuesto, pero el recuerdo del movimiento punk lo devuelve al presente o al menos al pasado más cercano. "La era digital que vivimos es aún más revolucionaria de lo que fue el punk. En su inicio fue algo muy radical y cambió no solo la forma de distribuir y consumir música, sino también la forma de ser un artista. En un punto son tiempos excitantes, porque la gente es libre de escoger los términos de su inspiración, pero también signfica que los músicos deben autosustentarse y es difícil para las bandas más jóvenes pagar el alquiler de su casa. No sé cómo es en la Argentina, pero por aquí no es tan sencillo para los artistas ser puramente artistas".
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