La mejor trompeta del jazz latino
Arturo Sandoval no es un hombre con facilidad de palabra. Casi todo lo que tiene que decir lo expresa con verborragia y sensibilidad en la trompeta, el instrumento que eligió a los diez años y que lo proyectó al mundo entero, primero, en los años sesenta, con el grupo Irakere y después como cabeza del boom latino en Estados Unidos con el sello GRP de Dave Grusin. Escuchando su amplia discografía, en la que se asoció a grandes figuras como Dizzy Gillespie -su padre espiritual-, Chick Corea, John Patitucci, Michel Legrand, Kenny Kirkland, Ernie Watts, Dave Weckl o Danilo Pérez, la trompeta de Sandoval brilla con un virtuosismo sobrenatural y un temperamento caribe que azota en cada nota.
"El toque está relacionado a tu vivencia, tu sentimiento, tu forma de expresar. Son muchas cosas y todo va en dependencia con la pieza que interpretas y el espíritu de la canción. No se puede tocar igual todo. Para hacer los temas de Gillespie, hay que estar con las pilas puestas, bien alerta y en absoluto control. Termino agotado, pero es muy bonito porque es una manera profunda de tocar", define Sandoval desde su casa en Los Angeles, antes de su presentación de mañana, en el Gran Rex, junto con un ensamble de jazzeros locales.
"Voy a hacer una recopilación de temas que grabé en varios discos. Va a ser bien interesante este concierto con músicos argentinos", anticipa el músico.
-¿Conoce la escena local de jazz?
-No te voy a engañar, no conozco mucho de jazz argentino, pero sé que hay muy buenos músicos y que la vamos a pasar bien. Nos vamos a divertir, y el público va a salir complacido. Por suerte, nunca tuve que hacer giras presentando un proyecto específico. Yo aparezco y toco lo que tenga deseo de tocar y la gente lo recibe porque lo que quiere es ver lo que hace Arturo Sandoval, siempre ha sido así", cuenta el músico, que recorrerá parte de su repertorio de jazz latino y adelantará piezas de Dizzie Gillespie que está grabando para un futuro disco con su Big Band.
A los 62 años, Sandoval parece concentrado en seguir explorando el bebop, en grabar bandas de sonido para películas, como Rango y Piratas del caribe, y en esquivar las declaraciones altisonantes sobre Fidel Castro. El cubano prefiere recordar a su padre espiritual, el músico americano Dizzie Gillespie. "Fue mi mentor, mi ídolo.... -dice y se queda 30 segundos en silencio-. Siempre fui un admirador de su estilo, pero nunca he tratado de ser una copia. Tengo mi forma de tocar y mis ideas. No inventé la quinta rueda del carro, pero trato de hacer lo mejor posible y estar en buena forma."
Puede que no lo diga él, pero las cosas no fueron lo mismo en el jazz a partir de Irakere, esa alquímica fusión de jazz, clásica, rock y sonidos cubanos, junto con Paquito D'Rivera y Chucho Valdés. Irakere se colocó a la vanguardia del latin jazz cuando tocaron en 1978 en el Festival de Jazz de Newport. Sandoval recorrió un largo camino a partir de su exilio; grabó más de una decena de álbums de jazz emblemáticos, como A Time for Love, y colaboró con artistas pop como Justin Timberlake, Alicia Keys, Celine Dion y Stevie Wonder. "No me interesa el estilo. A mí lo que me gusta es que la gente la pase bien. Cuando se establece esa comunión con el público, es una experiencia única, te das cuenta de que la vida tiene un sentido", filosofa el cubano.
En su vida cotidiana, mantiene algunos ritos que lo conservan en buena forma para ser uno de los trompetistas más importantes del género. "El trompetista lucha contra el tiempo. Hay que estudiar regularmente, no queda otra. Con la trompeta no se trata de aprender cosas nuevas, sino que tienes que practicar para mantener lo que has logrado. La trompeta es cruel. No importa lo que hiciste la semana pasada. Si dejas de practicar varios días, atrasas un año fácil", confiesa.
- ¿Qué le gusta escuchar para estar al día?
-Imaginate que con tantos años tocando, escuchando y admirando es difícil dar nombres, pero te puedo decir que lo que escucho me influye mucho. Me gusta escuchar prestando mucha atención. Hay que concentrarse para tratar de descifrar el mensaje de ese artista porque eso te hace crecer.
-¿Tiene vivo el recuerdo de la primera vez que escuchó jazz?
-Por supuesto, chico. Un periodista me preguntó si conocía la música de jazz y le dije que no. Entonces me tocó un disco de Dizzy y Charlie Parker. ¡Madre mía! Eso fue todo. De ahí en adelante, mi vida ha sido tratar de entender ese mundo, adentrarme en él y expresar las ideas a través del instrumento con el nivel que ellos tenían. En esa misión todavía ando.
PARA AGENDAR
Arturo Sandoval: el trompetista se presenta junto con un seleccionado de músicos argentinos. Mañana, a las 21, en el Gran Rex, Corrientes 857. Entradas, desde $ 40.