Lee Ranaldo puede hacerlo todo. El músico estadounidense emergió a principios de los 80 como parte de la escena ruidosa del Downtown Manhattan. En apenas unos años, alcanzó la prominencia como miembro fundador de Sonic Youth, aquella unidad gestáltica que durante tres décadas desmanteló formas en la búsqueda de un vernáculo propio y libre de constricciones tradicionalistas. Los elementos con los que la banda radicalizó sus composiciones - afinaciones inusuales, atonalidad y un noise que espejaba la disonancia auditiva y social de la Nueva York de Ed Koch - estaban al servicio de un paisaje sonoro por lo demás melódico, con el énfasis puesto en estructuras y en lo textural. Semejante dualidad logró encandecer a toda una generación, incluyendo a un tal Kurt Cobain: la portada de Goo tiene que estar entre las más vestidas (luego de las señales radiotelescópicas de Joy Division) en lo que a remeras de banda respecta. Además, le aseguró al mismo Ranaldo el puesto 33º en ranking de mejores guitarristas de la historia publicado por Rolling Stone en 2004
Esa fuente inagotable de creatividad que lo caracteriza como instrumentista no se limita a la música. A mediados de mes pasó por Mar del Plata para ser jurado de la competencia internacional en la 34° edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, estar en representación del documental Sonic Youth: NYC and Beyond de Aaron Mullan, exhibido bajo la sección Banda Sonora Original, y presentar Contre Jeur, una performance en colaboración con su esposa, la artista visual Leah Singer. A lo largo de cincuenta minutos, la leyenda experimental exploró la interacción entre sonido y visuales, sirviéndose de no más que acoples, una pedalera, un arco de violín y una Jazzmaster que colgaba del techo.
Como si fuera poco, aprovechó su estadía en la ciudad balnearia para estrenar el corte promocional de su nuevo álbum, Names of North End Women, un disco a dúo con el productor español Raül Refree que se editará el próximo 21 de febrero vía Mute, y según promete el single homónimo, va a tender más hacia la musique concrète y los poemas tonales de Ryuichi Sakamoto que al post-punk de guitarras por el que es conocido.
Escuché "Names of North End Women" y noté que estás abandonando las guitarras.
Hasta cierto punto. Mi colaborador Raül Refree y yo queríamos experimentar más en diferentes áreas. Cuando hicimos Electric Trim, construimos todo a partir de demos de guitarra. Aunque esta vuelta conservamos ciertos aspectos, sabíamos desde el inicio que queríamos expandir nuestra paleta de instrumentos e integrar más componentes electrónicos. Apuntamos a la convivencia de sonidos recortados y recontextualizados con otras cosas grabadas acústicamente, como marimbas, percusión e instrumentos de Gamelán. Todos estos pueden escucharse en el primer single. Quisimos cambiar un poco las cosas y usar la guitarra, pero solo de una manera específica.
¿A qué alude el título del disco? ¿Hay un nexo temático que lo recorra?
Un poco en el sentido de que algunas canciones en el disco referencian a Winnipeg, Manitoba en Canadá, que es donde mi esposa Leah creció. Pasamos mucho tiempo ahí y hay una sección al norte de la ciudad donde todas las calles portan nombres de mujeres, pero que no tienen apellido: Kate Street, Lydia Street, Harriet Street. Me resultó extraño que cuando se trataba de un gran hombre, figuraba el nombre completo. Estas no eran mujeres particulares. Por el contrario, se les adjudicó una identidad tan anónima como universal. No lo analicé en su momento, solo empecé a anotarlas mientras caminaba por ahí porque parecía un poema. De ahí nació la idea de basar las letras del disco alrededor de gente. Gente que hayas conocido en la vida real, en un sueño o en un película. Quería tener un elenco de personas en la canción.
¿Siempre funciona así tu proceso creativo?
Líricamente, no suele ser así de organizado. Por lo general, mis letras son escritas a lo largo de un período de tiempo y cada una lidia con su propio mundo privado. A veces me cuesta titularlas, pese a que muchos cantautores te digan que la canción es fácil de escribir ni bien aparece el título. Por suerte, en este caso teníamos el nombre del disco desde el comienzo y eso enmarcó mis discusiones con Jonathan Lethem, el escritor que fue co-letrista en North End Women y en Electric Trim. Yo quería tener una cantidad de nombres en las canciones, ya sea en referencia a personas en tus propias relaciones o simplemente en general. La gente entra y sale de tu vida: algunas duran por períodos muy largos y otras son muy significativas pero están por un tiempo más breve y después no se conocen más. Fue un proceso más libre.
Fuiste jurado en la competencia internacional del festival. ¿Cuál es tu relación al mundo del cine?
Mi trasfondo en el cine se retrotrae al cine experimental americano, el avant-garde de Stan Brakhage, Jonas Mekas y todo el mundo a su alrededor. Ken Jacobs fue instructor mío en la universidad, Hollis Frampton, Marie Menken, Maya Deren. Ese fue mi comienzo en cine, pero a los doce años ya estaba usando la filmadora de 8 Mm de mi papá y haciendo películas cortas. Todavía hago muchas, la mayoría de ellas están en Instagram y duran un minuto.
¿Cómo surgió tu cameo en Daddy Longlegs?
Los hermanos Safdie son amigos nuestros cuyas películas adoramos. Mis hijos fueron las estrellas de esa película, y ellos los descubrieron haciendo casting callejero. Leah estaba caminando con nuestros chicos cuando tenían siete y nueve, y Josh Safdie se le acercó para rogarle que aparecieran en el filme. Daddy Longlegs es la historia de un padre y una madre separándose, y los Safdies buscaban niños con la misma diferencia de edad. Le dejaron su tarjeta a Leah, a la semana nos reunimos en el MoMA y al parecer iban en serio, así que los chicos protagonizaron la película y a partir de ahí nos volvimos cercanos.
¿El material que proyectaron en Contre Jeur fue recolectado a lo largo del tiempo?
Sí, fue recolectado por todo el mundo y restaurado con los años. No sería acertado reconocerle un carácter de diario personal, pero es material de nuestros viajes en familia y en pareja. Quizás lo que filmamos acá en Argentina sea integrado en otra versión de la película dentro de seis meses. Lo mismo sucede con la pista de fondo: esta es actualizada constantemente con nuevas grabaciones que hacemos en el camino o en el estudio. Es un proyecto continuado y siempre distinto, al punto de llevar un título nuevo cada vez. Ahora es Contre Jeur, que significa "contra la luz". Alude a los juegos con mi sombra en la pantalla, de un modo que podría decirse que evoca los comienzos del cine, cuando este era sombras en una pantalla.
Noté que muchos de tus movimientos en Contre Jeur estaban en perfecta sincronía con las notas que tocabas y los cortes de las proyecciones, generando otro impacto. ¿Leah estaba disparando las imágenes desde algún lado?
La película está fijada, y es mayormente improvisación alrededor de una idea. Ambos sabemos el orden de la película, que empieza y termina de forma muy específica. Hay ciertos momentos que sí están marcados, como las llamas y las barras negras, pero si viste una conexión entre lenguaje corporal y el filme probablemente haya sido una yuxtaposición azarosa que funcionó. Lo único que intento emular a consciencia es la sección donde Trisha Brown baila en una de las pantallas. Trisha es una coreógrafa postmoderna, y a veces encuentro mi propia sombra en la otra pantalla y trato de copiarle un poquito.
Una de las destrezas de Sonic Youth fue su capacidad de curaduría: de localizar y visibilizar talento e incorporar influencias, no solo musicales, a su propio arte. Ahora que la década llega a su fin y todo el mundo está en humor retrospectivo, ¿cuál fue el artista definitivo de los 2010?
Dios mío, qué difícil. Podría decirte con facilidad lo que me acompañó en los últimos dos años, pero si estás hablando de un período de diez... Me da un poco de vergüenza decirlo. No es alguien cuya música haya escuchado personalmente durante todo ese lapso, pero que sí fue realizada durante la última década. Kanye West. Mis hijos lo aman y hace un par de años me propuse escuchar toda su discografía desde el comienzo. Es una obra impresionante. No quiero singularizar a alguien que ya es una súper estrella cuando hay más artistas que podrían beneficiarse de esta clase de promoción, pero realmente me parece una historia y una obra increíble. En ocasiones escribo artículos en profundidad para un podcast llamado Talkhouse. Escribí uno acerca de Cat Power recientemente. Hay otra chica de Chicago que de hecho aparece en nuestro disco nuevo como vocalista invitada. Su nombre es Haley Fohr y su nom de plume es Circuit des Yeux. Escribí un texto sobre su disco Reaching for Indigo. Amé tanto ese álbum, de verdad. Ella es increíble. Ha estado trabajando durante cuatro o cinco años pero tiene una carrera muy larga por delante.
Quería preguntarte sobre los orígenes de Sonic Youth, cuando todavía estaban haciendo esta música disonante que algunos tildan bajo la nomenclatura no wave. ¿Cómo eran sus vidas antes de pegarla? ¿Tenían trabajos de tiempo completo?
Seguro, todos trabajábamos. Yo era estudiante de pintura. Me había quedado en mi pueblo universitario un año extra porque estaba en un estudio, pero empecé a bajar a Nueva York, que me quedaba a tres horas de distancia. Todo esto fue durante el período del new wave y el no wave. Finalmente terminé de mudarme a la ciudad con un artista colega y estudiante de cine de Binghamton, pero nuestro motor principal fue el de ir a tocar música. Para ese punto ya teníamos una banda, y habíamos conseguido aparecer en Max’s Kansas City y en el CBGB. A través de estos shows tempranos conocí a Thurston. Nuestras bandas compartieron una fecha en el CBGB y ese fue el inicio de todo. Pero sí, teníamos trabajos matutinos. Yo tuve algunos muy afortunados. Primero entré a un restaurant gourmet vegetariano, que fue increíble. Después salí de gira con Glenn Branca, pero me despidieron y cuando volví a Nueva York necesitaba conseguir algo. Trabajé dos o tres años con un escultor poco conocido, haciendo fundición de bronce y desarrollando moldes. Eran labores interesantes que se adecuaban a mis antecedentes y él me pagaba muy bien. Thurston vendía sandwiches de helado con un carrito en una esquina del Midtown en Manhattan. Kim trabajó en una cafetería. Teníamos laburos medio pelo cada vez que queríamos hacer música.
¿Hubo algún momento específico donde hayan dicho: "lo logramos"?
No, siempre se está en el proceso de lograrlo. Cuando dejamos nuestros trabajos oficiales entre Sister y Daydream Nation, entre mediados y finales de los 80, creíamos que lo habíamos logrado ahí. Después firmamos con un sello más grande y creímos que lo habíamos logrado ahí. Y después nos fuimos de gira con Neil Young. Siempre es un proceso. Siempre lo estás logrando.
Daydream Nation cumplió treinta el año pasado. ¿Por qué crees que Daydream Nation es la respuesta consenso cuando se debate cuál es el mejor disco de Sonic Youth?
Daydream Nation es lo suficientemente amplio como para abarcar todas las cosas que habíamos aprendido hasta ese entonces: estábamos muy aceitados como banda entre EVOL, Sister y Daydream Nation. Siempre habíamos experimentado con la atonalidad, pero Daydream tenía canciones donde todos cantábamos, tiene piezas atmosféricas y otras totalmente destructivas como "Total Trash", y después cosas más organizadas como la suite y la trilogía. Es la culminación de todo lo que Sonic Youth había hecho hasta entonces, dando por cerrado el primer período de la banda.
Sonic Youth fue una alquimia perfecta de componentes. Por fuera de su proeza técnica y en términos más abstractos, ¿qué aportaba cada parte a la banda?
Había un montón de puntos donde nuestros intereses se encontraban, pero otros en los que no. Thurston estaba metido en el punk de Nueva York, y cursaba literatura con la aspiración de quizás ser escritor algún día. Kim y yo estudiamos arte en la universidad y nos mudamos a Nueva York. El padre de Kim era profesor en la UCLA, así que ella creció en la costa oeste, donde aprendió mucho de jazz. En ese entonces el resto de nosotros no teníamos lugar para el género, pero diez años más tarde nos interiorizamos en el free jazz de Coltrane, Miles, Monk y todo lo que se desprende de ahí. En lo personal, yo estaba fanatizado con lo que sucedía en downtown Manhattan, pero también adoraba bandas jam de San Francisco con el eje puesto en la improvisación, como Grateful Dead. Además me nutría de compositores del Siglo XX como Steve Reich, Varèse y Stockhausen. Nuestros trasfondos de intereses no se limitaban a la música. Kim amaba la decadencia de Jim Thompson, Harry Crews y todo lo que era gótico sureño. Yo leía a los escritores beat y a Raymond Carver. Por esa época estaba fanatizado con Robert Smithson, y al día de hoy lo sigo estando. En una de nuestras primeras giras europeas, arrastré a la banda al lugar donde está una de sus pocas obras hechas con tierra. Me han publicado un par de artículos al respecto. Ese fue un momento muy especial. Era una época muy fructífera donde vivíamos intercambiando ideas, perspectivas y todo lo que amábamos en el mundo del arte y la música.
¿Qué opinás de la idea bastante extendida de que sos el George Harrison de Sonic Youth?
[Sonríe] Acepto con gusto ser cualquiera de los Beatles. Siempre creí que Sonic Youth era una versión actualizada de los Beatles. No importaba tanto quién era quién, aunque Steve sin dudas sería Ringo. Los Beatles es la banda más importante de la historia, y nosotros siempre tuvimos una cualidad de cuarteto así que en ese sentido me parece justa la comparación. ¿Pero quién sería John?
Creo que Kim y Thurston alternan, pero vos tenés más autoridad en el tema. Estamos viviendo en una época donde mucha gente fue expuesta como decepcionante, y ustedes postularon muy temprano en su carrera que hay que matar a nuestros ídolos. ¿Sostenés esa creencia todavía?
La sostengo por completo, pero no quiere decir que no se pueda tener ídolos. Significa que hay que alcanzar un lugar con tu trabajo donde éste provenga más de adentro tuyo que de la inspiración que derivás del resto. Todo el mundo se inspira de otros artistas y parte del intercambio cultural se trata de eso: queremos ir a museos y a conciertos y al cine. Pero no hay que atarse a la tradición de alguien más. Tenés que forjar tu propia tradición y convertirte en tu propia voz. Este es un ejemplo fácil, pero gran parte del rock actual es una imitación del rock pasado, sea the Stooges, Nirvana o quien elijas para delimitar la raíz del árbol. Esta música no es igual de interesante que la original. Afortunadamente, después llega alguien como Circuit des Yeux, que tiene sus propias influencias pero sabe sintetizarlas en algo completamente nuevo y propio. Ella es alguien que ha logrado dar el salto a la parte de matar a sus ídolos.
Estoy seguro de que vas a responder muchas preguntas inevitables sobre una posible reunión de Sonic Youth, pero quería preguntarte por el presente de la banda. ¿Hablan seguido entre ustedes? ¿Tienen un chat grupal de Sonic Youth?
No tenemos un chat grupal de Sonic Youth. Hablamos todo el tiempo, no sé cuánto hablaran Thurston y Kim en privado pero el resto de nosotros mantenemos el diálogo.
¿Alguna vez sentiste que hayas tenido que tomar partido durante su separación?
No, en absoluto. Nunca iba a tomar parte, soy demasiado cercano a los dos. Aparte, todavía tenemos tanto negocio relacionado a Sonic Youth: canciones en películas, merchandise, reediciones. Sonic Youth es una constante para nosotros aunque hablemos mayormente a través de correos grupales anónimos. Nadie está pensando en una reunión. Estamos demasiado ocupados y entusiasmados en lo que estamos haciendo. En ese sentido creo que puedo hablar en nombre del resto. No es frecuente que en el marco de tres meses, tanto yo como Thurston y Kim estemos sacando discos que estén en la búsqueda de algo nuevo. Eso es increíble para mí: que después de todo ese tiempo estemos creando algo distinto de aquello que hacíamos en el pasado.
Voy a escuchar tu disco cuando salga en febrero pero el álbum nuevo de Kim, No Home Record, me pareció increíble.
Opino lo mismo, me encantó. El de Thurston también, el suyo son dos instrumentales de una hora y otro de media hora a lo largo de tres CD.
Para cerrar, ¿qué tenés para responderle a la hater ficcional Juno MacGuff que describió a Sonic Youth como "nada más que ruido"?
[Risas] Amamos eso en la película, y fue gran cosa para Sonic Youth: nos acercó a mucha gente que repentinamente nos descubrió gracias a Juno. Qué le diría a ella... Es su opinión. "Solo ruido" es como nos describían al principio de nuestra carrera y en aquel entonces no nos resultaba nada simpático. A esta altura del partido lo aceptamos con gusto.
Bartolomé Armentano
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