Leyenda de la música negra
El músico norteamericano habla de su historia, sus pasiones y sus proyectos antes de llegar por primera vez al país, para actuar el 12 de diciembre en el estadio de Vélez
Stevie Wonder podría dormirse en los laureles, pero no. A los 63 años, el hombre al que bautizaron Stevland Hardaway Judkins en alguna iglesia de Michigan llegará por primera vez a la Argentina no sólo para interpretar material de su abundante y apabullante wonder book, sino para presentar material de tres (!) nuevos discos que serán editados el año próximo. Ten Billion Hearts y When The World Began (en el que canta sus clásicos junto a una orquesta sinfónica), cuentan con la producción del veterano David Foster. El tercero se titula Gospel Inspired By Lula, y sobre este último comienza hablando el legendario multiinstrumentista, en contacto telefónico con LA NACION.
"Es un material que empecé a componer en 2006, tras la muerte de mi madre, Lula –dice Wonder, con la voz algo agrietada por el paso del tiempo. Ella siempre quiso que yo grabara un disco de gospel. Son canciones tradicionales, con arreglos. Allí, por ejemplo, canté algo en árabe, porque el mensaje del gospel debe ser accesible a todos. De manera que es algo distinto a lo que el público podría esperar."
Prodigio del sello Motown, orgullo de Detroit, Stevie Wonder, que grabó su primer simple a los 12 años, fue un engranaje más de aquella impresionante fábrica de música negra.
Wonder compartió giras con los principales artistas de Motown: Marvin Gaye, The Supremes, Gladys Knight y The Temptations, entre otros. Eran "paquetes" del catálogo que Berry Gordy, dueño y estratega del sello, bautizó Motown Revue. En 1967, Stevie grabó "I Was Made To Love Her", un tema que definiría su estilo. El éxito trepó a la cima de los charts hasta ser desbancado por "Light My Fire", de The Doors. Dos años después, Wonder iría más lejos, con una balada que arranca con un estribillo tarareado, etéreo, inclasificable. Y así tuvo su propio "Yesterday".
"Recuerdo bien la noche que compuse «My Cherie Amour» -cuenta, deleitado por el recuerdo. Estaba de gira con la Motown Revue y en un momento me quedé solo en el camarín de un teatro de Detroit. Era Navidad y me vinieron a la mente el estribillo y la melodía. Terminé la canción al día siguiente."
Con la nueva década, siguiendo los pasos de Marvin Gaye y Smokey Robinson, Wonder obtuvo de Gordy el control completo de su material. No sólo cantaba y componía; tocaba casi todos los instrumentos, producía y mezclaba las cintas en el estudio. El primer resultado fue Music Of My Mind , de 1972. Ya desde el título, Stevie desafiaba los cánones de pop y soul en un disco de texturas, con un sonido conceptual que entretejía sus logradas incursiones en teclados eléctricos, sintetizadores Moog, Arp ("amo ese instrumento", exclama al recordarlo) y sus refinados fraseos de piano y armónica. A fines de ese año, redobló la apuesta en Talking Book , clásico que incluye su hit más recordado, "Superstition" (cuyo febril, incisivo staccato en clavinet pobló las huestes del funk y las arcas de la empresa Hohner).
La colaboración de Jeff Beck y una posterior gira con los Rolling Stones selló el amor entre Wonder y el público de rock. Pero Talking Book estaba más endeudado con el jazz, especialmente con Miles Davis.
"Miles tuvo una gran influencia en mi música -reconoce. Su estilo influyó en mi modo de armar estribillos; por ejemplo, en «You've Got It Bad Girl», de Talking Book . Esa canción demuestra cuánto lo estaba escuchando [risas]."
Otra influencia, menos perceptible por poco conocida, fue la de Malcolm Cecil y Robert Margouleff, quienes grababan bajo el seudónimo Tonto's Expanding Head Band. Creadores del primer sintetizador multitímbrico, los británicos asistían a Wonder en la producción y programación de Moog desde Music Of My Mind . En Innervisions , de 1973, la sociedad alcanzó su cima creativa al fundir canciones en una paleta sonora y de ritmos que aún hoy suena innovadora.
"Cuando escuché [el álbum de Tonto's] Zero Time, inmediatamente quise conocerlos -recuerda Wonder. Fui a su estudio, que estaba lleno de sintetizadores. Yo tenía 21 años y buscaba sonidos distintos para la música que imaginaba. ¡Dios!, claro que los encontré. En un mes, con Bob y Malcolm hicimos más de cincuenta canciones. Muchas no se usaron; otras eran música y melodía, cuya letra escribí al momento de grabar."
La balada que titula Innervisions (la mejor de su carrera) sugiere a Stevie cantando desde un páramo irreal, Solaris o las dunas de Frank Herbert. "Higher Ground" es "Superstition" en 78 RPM y la funky "Living For The City" incluye un estribillo mutante de "My Cherie Amour". Otras canciones, como el pop barroco de "Saturn" y el funk sintético de "All Day Sucker", aparecerían más tarde en Songs In The Key Of Life , la monumental obra (85 minutos) que el rock oficial considera el pico de su carrera y un hito en la música popular.
"Me pone feliz haber hecho ese material -reflexiona. Me siento igual de excitado con lo que hago actualmente, pero agradezco y reconozco el impacto que tuvieron esos discos en la gente. Cuando vuelvo a escucharlos, descubro dos cosas: que aún me gustan y que emocionalmente soy la misma persona."
Lo interesante es cómo entrabas y salías de cualquier género. Quizás en aquella época los sellos eran más tolerantes...
-Creo que eso sigue ocurriendo. No tengo el grado de apreciación de quienes ponen categorías a la música. La música es buena o no. Dicen que mi amigo John Legend hace rhythm & blues, pero John no es sólo eso, es un extraordinario artista. Y nadie diría que "Eleanor Rigby" es rhythm & blues; sin embargo, yo percibo esa textura en la sección de cuerdas. Ahí está la versión de Ray Charles, para probarlo. En última instancia, siempre se trata del sentimiento.
-Pero te gusta contrariar expectativas. En 1980, mientras tus colegas hacían papelones con la música disco, vos sacaste "Master Blaster", el reggae de Hotter Than July .
-[Se ríe] Siempre sentí gran aprecio y admiración por Bob Marley. Compuse esa canción en Los Ángeles y dos días después la grabé con mi banda. Fue divertido. Luego conocí a Bob en Alemania; le dije cuánto disfrutaba su música y le hice escuchar "Master Blaster", que le gustó. Iba a acompañarme en la presentación de Hotter Than July , pero desafortunadamente enfermó. Murió mientras yo estaba de gira.
-Habiendo influido en artistas como Prince y Michael Jackson, en los años ochenta seguiste algo de su estilo; sobre todo en In Square Circle , de 1985. ¿Sentiste algo así como una sana competencia?
Nunca hubo un desafío. Fui y sigo siendo un fan de Michael y Prince, pero nunca sentí que competía. Me puso muy contento el éxito de Michael cuando sacó Thriller . Recuerdo que compré diez copias, porque me pareció una enorme obra de arte. Y lo mismo opino de [el clásico de Prince] Purple Rain .
-Al volver a escucharlo se nota que no envejeció, quizá porque recorriste estilos que viste nacer. Como "Part-Time Lover", que parece un homenaje a los girl groups como The Supremes.
Es una suerte de homenaje, aunque no lo pensé así en su momento. Ese tema refleja la influencia de [el trío de compositores] Holland-Dozier-Holland en mi música. Otra influencia es el ritmo, que popularizó [el primer baterista de Motown] Benny Benjamin. Hoy haría un cover. Casualmente, estoy grabando una versión de "Will You Still Love Me Tomorrow", que Carole King escribió para The Shirelles [sorpresivamente, Stevie deja el teléfono y toca la melodía con la guitarra]. Si uno es capaz de extraerle emoción es porque esa canción resistió el paso del tiempo.
El amor y la necesidad de tomar conciencia
En su período clásico de los años setenta, Stevie Wonder habló de amor, amor universal, pero también de injusticias, cuestiones de color y desigualdad social. Muchos años después, ese legado fue recuperado por numerosos artistas de hip-hop.
"Haber inspirado a una generación de músicos jóvenes fue algo positivo –afirma. Pero sería equivocado circunscribir mi mensaje a una cuestión racial. Porque la inequidad a veces es un tema de raza y otras veces es un tema social. Hay blancos pobres; los hay de todas las razas. Los prejuicios y las categorías de clase son inaceptables. En el mundo hay más de 350 millones de discapacitados, sin acceso a las facilidades más comunes y eso es también inaceptable. Los artistas debemos mirar adelante y llevar un mensaje de unidad, por el bien de la humanidad."
Buena parte de esa temática fue especialidad de la música soul. Basta recordar, sin ir demasiado lejos, la fundamental obra de Marvin Gaye What’s Going On. Wonder, sin embargo, es algo escéptico sobre el tema. "En el soul, hay un gran espectro, desde canciones de amor hasta canciones sobre pasarlo bien en la disco –dice. Y canciones como «Love Train», de The O’Jays, que transmiten un mensaje universal de paz y entendimiento. La gente canta sobre cuestiones políticas, espirituales y también sociales. Pero lo importante, en definitiva, es hablar sobre lo que está bien y lo que está mal. Y todos conocemos la diferencia."
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