Rolo Sartorio, de La Beriso: "No tenemos banderas políticas, no estamos al lado de nadie"
Nada indica que Rolo Sartorio tenga ganas de estar acá. Sentado en un bar de Palermo a punto de comenzar una rueda de entrevistas y sesiones de fotos para promocionar 20 años celebrando, el nuevo disco de La Beriso . Bosteza, mira el celular, se refriega los ojos y avisa que no quiere posar para la cámara. "¡¿No van a empezar a romper los h... con las fotos?!", le dice a una de las personas que trabaja en la prensa y comunicación del grupo. "No son dos fotos, son setenta para que elijan una, no me gusta. Ya sé que es su laburo, pero no me gusta, me siento incómodo".
Y es que, aunque como lo dice el nombre de su nuevo trabajo, La Beriso cuenta ya con 20 años de vida, su instalación como la última gran banda de estadios del rock argentino y su consiguiente exposición mediática no deja de ser algo nuevo. El punto de quiebre tiene fecha exacta: 12 de diciembre de 2015. Es día, lo que iba a ser un show en el estacionamiento del Estadio Único de La Plata terminó siendo su recital consagratorio dentro del propio estadio, para 40.000 personas. Desde entonces fueron tocando en cuanto lugar se les cruzara en el camino, como si de llenar un tablero de TEG se tratara. "Fue algo natural, pero también sabemos que fue plantar a la banda", explica Sartorio sobre los shows del alta convocatoria en Ferro, Vélez y River.
"Se te van achicando los lugares para ir", cuenta el cantante, que ya es un personaje público reconocido por las masas. "Pero sería renegar de algo que buscaste, qué sé yo, eso no me incomoda". Si bien el éxito de un artista no es algo que pueda planificarse con resultados asegurados, sí es cierto que La Beriso estuvo atenta a los pequeños detalles que les aseguraran no pasar inadvertidos. En su libro Pararte y dar pelea, el cantante cuenta que para la presentación de Culpabe (2009) decidió que el grupo tocara en el Teatro de Flores y no en el Auditorio Sur porque, aunque en ambos lugares entraba la misma cantidad de gente, un show en el recinto de la Avenida Rivadavia los iba a poner en la consideración de los medios especializados.
Una vez llegada la masividad gracias a canciones que tienen tanto de la impronta de Callejeros como del melodismo de Joan Manuel Serrat -una suerte de rock barrial ATP-, Rolo Sartorio no tuvo problemas en compartir los avatares de su vida, siempre y cuando fuere bajo sus propios términos y condiciones. Tanto en sus letras de alto contenido autorreferencial como en su libro, se planta como un ejemplo de lucha y autosuperación. La muerte de sus dos hermanas, el desencanto con el mundo del fútbol cuando hizo las inferiores en Independiente, y el duro transitar de una banda de zona sur se muestran como mojones en la vida de un cantante que levanta la bandera del sacrificio como respuesta a todo. "Está bueno que sepan tu historia, porque hay gente que cree que un día te levantaste, escribiste dos temas y llenaste River", cuenta. "Nosotros tenemos 20 años de sacrificio, entonces tenía ganas de que al que le interese que lo lea, y vea cómo pusimos el lomo durante tanto tiempo. Nos hicimos bien de abajo".
Vienen los Stones, que a mí me encantan, y hacen la misma lista desde el 95. Entonces digo, capaz que no quieren que saquemos discos, que sería lo más fácil para una banda, porque no hay riesgo
—En el libro contás que viste cosas muy turbias en el ambiente del fútbol y eso te sacó las ganas de seguir jugando, ¿en el mundo del rock nunca viste nada raro?
—Cosas turbias no, pero lo que pasa es que acá le gente es la que decide, no es como en el fútbol, que depende de lo que elige un director técnico y capaz deja afuera a uno que es un fenómeno. Sí pasaron muchas cosas que me podrían haber desanimado, pero se ve que el rock me gustaba más que el fútbol, porque seguí adelante. En las radios no nos querían pasar nunca, recién cuando llenás el Luna Park se interesan, pero eso le pasa a todas las bandas.
Pero ahora esas canciones suenan en la radio, en todos lados y Rolo parece tener la receta mágica para que esas melodías compuestas en una habitación con una guitarra acústica sean coreadas por 60.000 personas en River. Y así, el gusto del público parece ser la única vara con la que mide la calidad de su obra: "La presión hoy pasa por armar una lista de temas que le guste a la gente, querés darle el mejor show porque pagaron la entrada", cuenta. A la hora de crear nuevo material, sabe que el riesgo de no contentarlos aumenta. "A veces creo que quieren que no saquemos discos nunca más. Es como un 'Ya está, ya nos gustaron estas canciones'. Vienen los Stones, que a mí me encantan, y hacen la misma lista desde el 95. Entonces digo, capaz que no quieren que saquemos discos, que sería lo más fácil para una banda, porque no hay riesgo. Pero si no sacás temas nuevos, no tiene sentido... a uno le gusta hacer canciones nuevas todo el tiempo".
En su rol de único compositor, Rolo Sartorio tiene la responsabilidad de elegir cuáles de las canciones que compone formarán parte del repertorio de La Beriso. Y entonces viene de nuevo el pensar más en ratificar su masividad que en explorar nuevos caminos bajo el riesgo de perder público: "A veces hacés canciones que te parecen buenísimas pero que no son para la banda. Las grabo y las tiro en las redes pero no las tocaría nunca con La Beriso. La gente quiere otra cosa. Capaz podríamos grabarlas con los pibes y ponerle otro nombre a la banda. Son canciones muy tranquilas y para La Beriso decís "no, pongamos unos rocanroles".
Sin embargo es el perfil melódico de las canciones de La Beriso el que hace que sus shows sean un evento al que concurren familias enteras. El rock barrial está en su ADN, pero la propuesta del grupo invita más a cantar que ha manifestarse de manera corporal. Y por eso, la preocupación de Rolo Sartorio por el bienestar de un público que abarca muchas edades es constante. "Cromañón provocó un cambio, como la tragedia de Once. Ahora vas en el tren cerca de la puerta y con cuidado", razona. "A todas las bandas nos pasó, ya no dejás que se prendan bengalas ni nada. A nuestros recitales podés ir tranquilo, yo de pendejo fui a shows que te daban miedo posta, que pensabas «de acá no salgo»".
Cemento era un lugar patético, cuatro paredes, un camarín horrible. Y sin embargo tocar ahí era lo que todos querían
—¿Creés que se terminó con la idea de asociar al rock con algo que tiene que ser necesariamente peligroso?
—En una época se pensaba que cuanto más antro era un lugar, más rockero. Cemento era un lugar patético, cuatro paredes, un camarín todo horrible, todo meado. Y sin embargo tocar ahí era lo que todos querían... bueno, era la idea de ese momento. Parecía que cuanto más peligroso, más rockero y cuanto más tranquilo es más pop. Yo igual casi no estoy yendo a shows, pero hay que cambiar, creo que la gente cambió bastante y hay que lograr que sigan cambiando.
Desde Cromañón, el cuidado por el público pasó a ser una prioridad para la mayoría de las bandas de rock argentino. "Es muy estresante organizar un show para mucha gente", afirma Sartorio. "La pensás más de una vez antes de hacer un estadio, buscás lugares más chicos. También pasa que vas llegando a un techo, ya hicimos seis estadios, es un montonazo. En un año hicimos nuestro Único, dos Ferro, doce Auditorio Sur y tocamos con los Stones".
—Parece que La Beriso ya agotó todos los lugares para tocar en la Argentina, ¿sentís que en ese aspecto ya no tienen desafíos?
—El vacío del artista está siempre, tocás en un estadio y cuando te vas en el auto te vas con un silencio tremendo. Disfrutás del show... después ya está. Se bajó el telón y volvés a tu casa. Es raro, pero cuando llegás a tu casa volvés a ser, no estás más en el personaje. Se disfruta de las dos cosas.
—¿Alguna vez te preguntaste por qué de tantas bandas del estilo, ustedes son la más convocante?
—Nunca me pregunté por qué a nosotros, le gusta a la gente y ya está, es eso. A mí me gusta mucho el rock en español, de afuera muy pocas bandas y estoy convencido de que a la gente le gustan nuestras letras. A mí me gusta que la letra me diga algo.
—La masividad también los hizo estar expuestos a las críticas, ¿les prestás atención?
—Cuando son de mala leche, me pasa que los iría a buscar, cuando es constructiva, aunque no le guste la banda, está bueno aceptarla. Ya casi no leo críticas, sólo algunas cosas que me mandan, porque para hacerme mala leche por b... que habla la gilada, que no tienen vida y se dedican a la maldad... Sí escucho al publico nuestro, y estoy en contacto con ellos, que son lo mejor que podés tener al lado.
Fin de año en Vélez, "sin banderas políticas"
Manejar una cantidad tan grande de público en tiempo álgidos para la política y la economía argentinas, es algo con lo que deben lidiar hoy los canantes de rock. Y Rolo Sartorio no estuvo exento de eso. Durante el recital que La Beriso dio en Vélez a fin de año, el cantante agradeció al público pagar la entrada en un contexto de un país "casi destruido". De inmediato, desde las tribunas bajaron cantos contra el presidente Mauricio Macri, a los que Rolo Sartorio interrumpió: "No puteen a nadie porque no lo dije para que hagan eso, sino porque realmente está mal", señaló, para luego aclarar: "Nosotros venimos a disfrutar, no tenemos banderas políticas, así que disfrutemos y dejemos disfrutar, no vayamos en contra de nadie". Ante las críticas posteriores de que había prohibido manifestarse a su público, Sartorio aclara: "No fue así, yo lo único que comenté fue que no dije algo para que griten, para que arenguen. Era la segunda vez que lo cantaban en el show, no fue por eso. Ahí aparecen los mala leche que que dicen que los hice callar. En ningún momento dije no. Creo que si es un show está bueno que disfrutemos. Cuando salimos tenemos tiempo de putear de toda la mierda que nos pasa. Los que dijeron eso fueron dos o tres mala leche que quieren publicar algo con un titulo que arruine a la banda. No tenemos banderas políticas, no estamos al lado de nadie, no tengo amigos políticos y no sé de política. Yo hago la mía".
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