"¿Puedo andar en esto con tacos?", pregunta Troye Sivan mirando un scooter. Los tacos en cuestión elevan sus botas negras de Helmut Lang a cinco centímetros del suelo ("No sé si son de hombre o de mujer") y el scooter es de esos nuevos y populares que desbloqueás con una app de teléfono. Sivan se sube, y sale hacia adelante a los tumbos. Otra pregunta: "¿Cómo freno?".
Estamos a mediados de junio y Sivan, un fenómeno del pop de 23 años, está buscando un buen café en el lado oeste de Los Ángeles, la ciudad que actualmente considera su casa. Tiene un excelente nuevo disco en camino, Bloom; un nuevo simple, "Dance to This", con Ariana Grande, que se estrenó esta mañana; y una sesión de fotos a la tarde. Pero aprendió a hacerse tiempo para él, así que hoy, después de despertarse a las 7 a.m. en la casa en una colina que comparte con su novio –un modelo y fotógrafo llamado Jacob Bixenman– se dio un chapuzón en la pileta. A propósito, salió sin el teléfono. "Trato de no usarlo durante la primera hora del día", dice.
Muchos de nosotros tenemos varios niveles de dependencia respecto de la tecnología, pero Sivan no sería quien es hoy sin ella. Nacido en Johannesburgo y criado en la ciudad australiana costera de Perth, llegó a ser prominente como una estrella adolescente de YouTube. Primero posteaba covers de canciones, después monólogos carismáticos ante la cámara, que iban desde la comedia hasta la confesión estilo diario. Cuando se dio cuenta de que era gay, más o menos a los 14 años, las redes sociales fueron indispensables para darle forma a su identidad, aunque al principio de manera anónima: "Iba a YouTube, ponía el modo de búsquedas privadas y miraba videos sobre salir del clóset, uno tras otro". Luego de decírselo a sus padres y hermanos, que lo apoyaron, se hizo una identificación falsa y conoció tipos más grandes en bares. Fue un "período de autodescubrimiento" y "situaciones incómodas" ocasionales sobre las que canta en el primer tema de Bloom, "Seventeen". Pero fue en el territorio virtual donde realmente se transformó en un joven gay; en 2013 posteó su propio video de salir del clóset, que tiene casi ocho millones de visitas. "Estoy agradecido de haber tenido Internet", dice.
Sivan me habla sobre Bloom mientras caminamos. El álbum es el sucesor de su debut de 2015, Blue Neighborhood, que llegó al Top 10. "Ese era un disco sobre hacerse adulto, mientras que Bloom lo compuse después de una gira, mientras buscaba una casa, muy feliz con mi relación, y descubriendo cosas sobre mí. Salía mucho, escuchaba música que no había escuchado nunca, iba a lugares queer donde uno se siente completamente libre para hacer lo que quiere; donde, por primera vez, no te sentís como una minoría." El resultado es un set firme de 10 canciones que van desde temas electrónicos rápidos hasta baladas de guitarra acústica como "The Good Side". Frank Ocean es una de las influencias declaradas de Sivan; también The Replacements, Francis and the Lights, Kate Bush y Cocteau Twins. Eligió el sonido del clap digital de la canción de Bloom porque, en su evocación de la Madonna más clásica, le pareció que sonaba atractivamente "gay".
Pronto Sivan va a salir de gira por teatros, así que está tomando clases de baile para ponerse más cómodo sobre el escenario: "Pasamos la primera clase moviéndonos en cámara lenta durante, no sé, dos horas". Sin embargo, tiene razones para ser optimista. Cuando llegamos a un café, Sivan se pide un latte helado y recibe un mensaje de Grande, quien le transmite buenas noticias acerca de los resultados de su nueva canción en iTunes. Sivan me muestra el teléfono y se ilumina: "Me acaba de textear: ‘Top 10, ho’".
Jonah Weiner
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