Una ópera verdadera
Hoy, a las 17, Oscar Edelstein estrenará su ópera Eterna flotación: Los monstruito , así, con el apóstrofo que disimula el plural ausente y que, en realidad, proviene del título de un poema de Rodolfo Fogwill. El nombre compuesto, con los dos puntos en el medio, es el resultado de la suma de "Contra el cristal de la pecera" y "El antes de los monstruito", dos de los tres poemas que integran el libro Lo dado , de Fogwill. Con la participación de Juan Peltzer, Lucas Werenkraut y Marisú Pavón, en los papeles principales, y con la suma de una orquesta, un ensamble y una murga, dirigidos por Edgardo Palotta, esta obra, que Edelstein no duda en calificarla de "verdadera ópera", sube a escena en el Margarita Xirgu, un teatro más que apropiado para este tipo de experiencias que está utilizando el Centro de Experimentación del Teatro Colón como espacio alternativo.
En la conversación, el compositor insiste en que Eterna flotación es, decididamente, una ópera y no una pieza de teatro acústico, un tipo peculiar de espectáculo escénico como los que él ha venido trabajando desde hace casi una década. Edelstein explica las diferencias: "El teatro acústico es un sistema que vengo utilizando en distintas obras y que consiste, sintéticamente, en una serie de conductas, tomas de conciencia, medidas y estudios que permiten conformar una arquitectura sonora de un ámbito puntual. Pero en Eterna flotación... he respetado los formatos y modos de la ópera tradicional. Hay arias, dúos y canto de conjunto; hay episodios vocales o instrumentales que incluyen fugados y stretti ; los temas circulan y tienen su propia evolución; se plantean desarrollos que contemplan principios de variedad y también hay pasajes hablados o una especie peculiar de recitativo. Pero hay una metaforización y una crítica implícita de esos procesos estilísticos en concordancia con la poesía de Fogwill y el argumento. Obviamente, desde la elaboración inicial del libreto y en cada instante de la composición, aquel sistema del teatro acústico está subyacente y no dejo de pensar en la conformación de un tipo de espacialidad".
Realismo
Edelstein explica los contenidos textuales de la obra. " Eterna flotación es una ópera que nos involucra a todos y que describe la degradación moral argentina. Con alegorías y también de un modo absolutamente realista y explícito los hechos transcurren en la década menemista. Hay alusiones a políticos concretos y a situaciones muy nuestras que revelan esa caída. Se utiliza como recurso la degradación de la poesía en sí misma para aludir a la ruina progresiva de los discursos políticos que, en definitiva, pueden ser tomados como un emergente de la declinación colectiva".
Yendo a los componentes sonoros, agrega: "Con este libreto, la música popular es imprescindible. La rítmica y la tímbrica, en especial la de la música del Litoral, del cual yo provengo, están muy presentes. Pero como la obra toma distancia metafórica de la realidad, también hay lugar para otras músicas, ajenas a lo estrictamente tangible. Más allá de las voces, se alternan o coinciden una orquesta, de una decena de instrumentos acústicos y tradicionales, una banda de guitarra eléctrica, bajo, batería y teclado programado, y una murga. El lenguaje de Fogwill es muy sólido, muy bien asentado, pero también tiene momentos que abren la posibilidad para instancias más próximas a la improvisación. Aquí es cuando los tres organismos se reúnen para alcanzar otras relaciones tímbricas, dinámicas y expresivas".
Edelstein se siente cómodo en el Margarita Xirgu: "Me encanta este teatro. Para esta obra, es ideal porque vincula a Eterna flotación: Los monstruito con la tradición y, al mismo tiempo, permite plantear, desde adentro, los disensos y la crítica a ciertos procedimientos que se han tornado obsoletos y que requieren una revisión". Y para acercar al público a esta experiencia diferente, concluye: "Es una ópera argentina que habla de la indecencia moral del entorno y esto nos alude. Pero para que no todo quede en el ocaso, la frustración y el dolor, sobre el final, más que nada por un deseo estético, aparece musicalizado «El río», un poema exquisito de Juan L. Ortiz, que nos permite tomar una distancia de esa realidad agobiante a la cual hemos llegado y poner a las cosas en un lugar diferente, artístico, simbólico y poético".
El estreno será hoy y cuenta con la dirección escénica del compositor. Por lo demás, parece muy saludable que, por fuera de los canales más habituales que pueden proveer el cine, el teatro, la literatura o la ensayística, entre otros más, también desde la ópera se pueda tener una aproximación a nuestra realidad.
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