Incendios en California: la angustia que viven el autor Enrique Torres y su mujer Anabella Del Boca, y el actor Sebastián Miranda

Muchos son los actores, directores y autores que viven en Los Ángeles, Estados Unidos, y desde hace unos días viven la embestida de los grandes incendios en la zona y sufren la consecuencia. LA NACIÓN habló con Enrique Torres, autor de novelas como Antonella, Perla negra, Celeste y Celeste siempre celeste, quien vive en Los Ángeles desde hace muchos años con su mujer, Anabella Del Boca [hermana de Andrea] y su hijo Lucas. La pareja está en la zona de Hollywood y relató el minuto a minuto en redes sociales: “Pacific Palisades está ardiendo. Casas quemadas, autos, un colegio, brasas volando por todas partes. Lucas trabaja grabando para un noticiero desde un helicóptero. Y ahora nos avisa que hay otro incendio en Sylmar. Y eso está más cerca. Los vientos tienen ráfagas de 100 kilómetros. En Sunset Blvd. se quemaron las casas frente al mar. En 24 años tuvimos dos evacuaciones. Espero que no tengamos una tercera. Irte de tu casa con lo puesto es horrible… El fuego de Sylmar no nos llegó. Pero ahora hay otro que viene del norte. Se llama Lidia. A cada fuego le ponen el nombre de la calle en la que se origina. Y el viento también viene del norte. No le permitió a Sylmar alcanzarnos, pero Lidia se acerca. Estamos justo en su camino. Por ahora ‘se comió’ una sola casa. Lo están combatiendo. Igual tenemos los dos autos cargados y con espacio para los tres perros: la nuestra (Bella) y las de Lucas (Snow y Bonnie). Lucas está volando en el helicóptero, captando imágenes para el programa de noticias que está en vivo desde ayer al mediodía. Ojalá Lidia no llegue. Si se fijan en el mapa estamos entre dos fuegos: el Hurst y el Lidia. No llegaron a casa. Estamos bien. Lucas voló hasta medianoche y ya está con nosotros. Ahora, lo más grave está en Hollywood. Un desastre… En casa estamos todos bien. Ya controlan el fuego que nos amenazaba a nosotros. El de Pacific Palisades y el de Altadena siguen. Pero nosotros ya estamos más tranquilos, sacudiéndonos la angustia que nos invadió estos últimos dos días”, escribía angustiado.

-¿Cómo están este viernes?

-Por suerte, la angustia aflojó un ratito. Estábamos entre dos de los fuegos y anoche contuvieron el que estaba más cerca. Todavía no pasó el peligro y seguimos con el auto cargado y listo para irnos, si es necesario. Habíamos tenido dos evacuaciones cuando vivíamos en otra ciudad, pero era un incendio puntual que se acercó a casa. Yo no tenía experiencia y me peleé con los bomberos porque saltaron la reja de casa y empezaron a quemar la ladera de la montaña que estaba cerca. Pensé que estaban locos. Y no, cuando llegó el fuego ya no tenía más nada que consumir y se apagó. Pero yo no sabía eso. Jamás vi algo como esto. El fuego se llevó la casa de mucha gente, muchas estrellas de la NBA, la de Carlos Vela que es un jugador de fútbol mexicano que está ahora en Los Angeles Football Club. Y me partió el alma porque mi amigo y cardiólogo también perdió su casa y se quedó sin nada, con apenas dos mudas de ropa. Me decía que ni siquiera pudo agarrar las fotos familiares, su memorabilia.

-¿Todavía hay peligro entonces?

-Sí, porque hay muchos incendios vivos todavía, como el de Pacific Palidades o el de Altadena. Fui a al supermercado a comprar agua porque te dicen que pueden estar contaminadas las napas, y la gente anda con mascarillas. No se puede creer. Hay miles y miles de evacuados, hay muertos. Es una película de terror, sinceramente. Y la verdad es que todo es muy raro, hay pocas noticias. Estamos pasando un invierno atípico, yo estoy en remera, con una humedad de menos del 10%, si vas fumando en la calle te miran con ojos de asesino y hay ciudades en las que fumar está prohibido hasta en la calle porque una colilla puede ser el inicio de un incendio.

-¿Se sabe cómo se inició el fuego?

-Trascendió que todo empezó en un patio, pero la gente no se lo cree. Cinco incendios empezaron en menos del término de 24 horas, y en lugares alejados. California es tierra de incendios, no había suficientes bomberos, tuvieron que venir de otros estados. La angustia es tremenda. Recién anoche pudimos dormir un poco porque no dábamos más. Y a las cuatro de la mañana sonó una alarma de un fuego que pudieron contener. Mi hijo y su mujer dejaron su casa, porque viven cerca de Pasadena y la zona está complicada. Lucas trabaja como camarógrafo en helicópteros y está cubriendo todo para un canal de acá, que es la cadena ABC, así que con más razón tenemos los pelos de punta. Por otra parte, estamos pendiente de los amigos, como el actor Aníbal Silveyra y su esposa, o el periodista Javier Ceriani que viven en el North Hollywood.

Torres contó que hace poco más de un año se mudaron a Hollywood y que antes habían señado una casa en Altadena. “No la compramos porque Anabella dijo que tenía mala vibra, y nos enteramos que alguien había muerto allí. Hoy estaríamos sin casa, porque esa zona está arrasada. También habíamos buscado en Palisades. Creo que el destino nos trajo a esta casa por algo”, detalla el autor que en abril estrena su película en México, Lo que diga el corazón, cuyo protagonista es un niño autista.

“Me evacuaron dos veces”

LA NACIÓN habló también con Sebastián Miranda, actor argentino que reside en Los Ángeles desde hace más de 20 años; se fue en 2002 convocado por una productora para hacer ficción y se gana la vida remodelando y construyendo casas. “Yo estoy bien, pero todo es muy triste acá, y además el aire está contaminado y va a estas así por semanas”, dice, muy apenado. Y explica por qué todos los años esa zona de los Estados Unidos sufre incendios devastadores. “Es una zona árida, el verano es bien caliente, no hay casi humedad, no llueve nunca aunque últimamente está cambiando el clima y llueve un poco en la temporada de invierno. En esta época tenemos los vientos de Santa Ana que justamente soplan del área de Santa Ana, de Este a Oeste, y cada vez más fuertes, entre 120 y 150 km por hora. En una oportunidad sopló por dos semanas sin parar y llega un momento en que el ruido del viento te vuelve loco, las ventanas, las puertas... Hay todavía zonas que tienen cables de electricidad aéreos, el viento tira ramas, los cables caen, hacen chispas y se inicia el incendio. En otra oportunidad, se incendió un auto en la autopista y el fuego siguió. Y una vez que empieza el fuego, el viento lo aviva y no para. Las casas se incendian enseguida porque acá no son de ladrillos sino que es construcción seca, básicamente madera y Durlock y cualquier chispa las incendia. Este año se esperaban estos vientos, ya nos alentaron una semana antes. Tomaron precauciones, pero los fuegos son tan grandes esta vez que es imposible controlarlos. Este año tocó en Pacific Palisades, que es un área montañosa pegada al mar, una zona carísima en la que viven los que tiene mansiones de 50 millones de dólares. Ben Affleck contó que se le metió el fuego por el frente de su casa y tuvo que escapar por la ventana de atrás y pedir auxilio en la calle. Este año afectó a barrios super caros y hay fuegos también en zonas de clase media acomodada como Pasadina. A veces el fuego está a una cuadra, el viento cambia de dirección y en menos de un minuto se incendia la casa y en diez minutos está totalmente quemada. Así de grave es la cosa”.

-¿Te pasó alguna vez?

-En una oportunidad, el fuego llegó a una cuadra de mi casa, tuve la suerte de que el viento no cambió de dirección y no llegó. Pero no quita que el año que viene me pueda tocar a mí. Así se vive en Los Ángeles; es una ciudad con un clima hermoso, donde hay mucho trabajo en la industria, pero vivimos siempre pensando en que puede haber terremotos, que últimamente son esporádicos y no tan fuertes, e incendios todos los años, solo hay que ver en qué zona toca. A mí me evacuaron en dos oportunidades y me fui a casa de amigos aunque también hay lugares a los que se puede ir y que los pone el gobierno o alguna asociación privada que ayuda a la gente. Es tristísimo porque ves cómo tu casa desaparece en unos minutos. De solo pensarlo me pongo muy triste. Viene el sheriff para decirte que van a evacuar y tenes cinco minutos para cargar lo que puedas. Yo cargué a mis dos perros, mis documentos, fotos familiares y listo. Mirás la casa por última vez y no sabés si vas a volver a verla en pie. Este año ya habían alertado sobre el fuego, yo estoy a dos horas y media y acá no hay nada esta vez y la calidad de aire es buena porque no llegan el humo y las cenizas. Pero en la ciudad de Los Ángeles, sentís el olor a madera quemada constantemente y ves el humo. Hay mucha gente con máscaras inclusive adentro de las casas. Hay un amigo que vive en esa zona y que vino casa; otros amigos también me piden ayuda para venir por unos días porque les cortan la luz, para evitar más incendios. No hay clases en las escuelas y la gente está muy triste. En las noticias se ven cosas terribles. Pero acá estamos, hay que lidiar con esto y enfrentarlo.

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