A los 80 años murió Sergio Velasco Ferrero
El reconocido locutor y conductor de televisión Sergio Velasco Ferrero murió en el día de hoy tras sufrir una descompensación cerca del mediodía. "Sí, falleció hoy. Estamos muy pero muy tristes", le confirmó a LA NACION María Eugenia Zorzenón, exesposa de Velasco y madre de su hija, Camila.
Conductor, animador, humorista, escritor y hasta periodista. Sergio Velasco Ferrero fue un todoterreno del espectáculo. Aunque su última etapa profesional tuvo mucho más que ver con la conducción e incluso con la explotación de su imagen (prueba de esto es su participación en 1988 en Atracción peculiar, última película de Alberto Olmedo), un hombre de carácter como Sergio siempre supo que a los medios se entraba como fuera necesario: por la puerta, por la ventana o a los topetazos.
Los primeros pasos de Velasco fueron en radio, primero en Mar del Plata y ya en la década del 70 en Radio Rivadavia. El secreto de su éxito, que muy pronto lo diferenció de sus colegas fue su timbre de voz, su histrionismo, y su sólida formación cultural producto de una licenciatura en Ciencias Políticas que obtuvo en la Universidad del Litoral, y una avidez profunda por la lectura.
Su estrella fue en ascenso, y en 1972 ya ponía un pie en la pantalla chica nacional (luego de haber trabajado en Mendoza) en Radiolandia en televisión, versión televisada de la revista de chimentos que tenía a Lucho Avilés en la conducción. Así, el conductor fue creciendo, hasta logró en 1979 ponerle su nombre a un ciclo: El show de Velasco Ferrero). Pocos recuerdos quedan del programa, y no son todos buenos.
Con la idea de no desaprovechar oportunidad el animador también se le animó al teatro. Ya en pareja con Claudia Lapacó, con la que estuvo durante prácticamente toda la década del 70, llegó a incursionar en teatro: Payasada (1975), Sexy Bon (1976) y Velasco presidente (1982), entre otros experimentos. La televisión también se aprovechó de sus dotes histriónicas más que actorales. A comienzos de la década del 80 protagonizó S.T. empresario de estrellas, y unos pocos años después aceptó la invitación de Juan Carlos Calabró para ponerse en la piel del Guasón, en la parodia de Batman que el capocómico hacía en Calabromas.
Sin embargo, lo que toda una generación recuerda fue su ciclo Venga a bailar, aquel exitoso ciclo vespertino que invitaba a la gente a mostrar sus dotes para la danza. A la distancia no cuesta demasiado emparentarlo con el Si lo sabe… cante de Roberto Galán, donde la situación era más o menos parecida pero a viva voz. Y curiosamente no sería la primera vez que esos dos nombres se cruzaran por cuestiones de "inspiración". Años antes, Galán había señalado pública y privadamente que el otro gran ciclo comandado por Velasco, La gran ocasión, era sospechosamente parecido a un éxito suyo de los 60, Remates musicales. Nada se pierde, todo se transforma.
Es en La gran ocasión donde conoció a Adriana Salgueiro, una hermosa actriz en ascenso de 25 años. Sergio no tenía compromiso formal en ese momento, y Adriana se convirtió en su segunda mujer famosa. La relación fue tan breve como tormentosa. Salgueiro recordaba ese episodio de su vida en una nota, en septiembre del año pasado. Y aunque nunca quiso dar detalles de lo que ocurrió, sus declaraciones fueron elocuentes.
A fines de los 70 e inicios de los 80, Sergio Velasco Ferrero ya era un ícono popular, qué lógicamente llamaba no solo la atención de la gente sino también del poder de turno. El costo de su crecimiento durante aquellos años oscuros lo pagó con la vuelta de la democracia. Su llama luminosa comenzó a menguar hasta que un día le dijeron que ya no estaba en la prioridad de ninguna agenda televisiva. Él se lo había visto venir, dicen que poco antes de las elecciones de 1982 reunió a su equipo y les dijo: "Muchachos, prepárense porque gane quien gane nos van a echar".
Su mal augurio sucedió pero, nuevamente, el carácter y la sangre caliente hicieron lo suyo y el conductor salió a denunciar el avance de "una patota cultural" que, según él, quería avasallar lo popular. De paso, arremetió también con aquellos que ganaban espacios y, de alguna manera, comenzaban a ocupar su lugar. Así lo reproducía la revista Libre en 1985: "Estoy cansado de que me traten como su fuera un kelper o un ciudadano de segunda categoría. Lo único que quiero es tener en mi país las mismas posiblidades que tiene cualquier extranjero. Mirá si no a Juan Carlos Mareco, que es uruguayo y ocupa un horacio central. Lo mismo sucede con (Carlos) Perciavalle, Víctor Hugo Morales y muchos más".
Con una etiqueta de "anticultura" (como él solía decir) en la frente, ya sin pantalla luego de un frustrado proyecto llamado El señor alegría, en 1983, Velasco se refugió en la radio, pero ya nada era lo mismo. A comienzos de la década del 90 cumplió con una amenaza que venía haciendo desde hacía tiempo, dejar al país que él sentía que le había dado la espalda luego de brindarle su vida, y partir rumbo a Estados Unidos.
Aunque el derrotero profesional de Sergio Velasco Ferrero goza de suficientes picos de éxito como para apoyarse en él sin temor al derrumbe, las últimas tres décadas cambiaron el eje. Específicamente desde que conoció a María Eugenia Zorzenón, madre de su hija Camila, una historia que comenzó siendo de amor y con los años se convirtió en un escándalo mediático de enormes proporciones.
La abogada y el conductor vivieron juntos algo más de cuatro años. desde principios de 1986 a mediados de 1990 (un año antes de que el animador se fuera a vivir a Estados Unidos). El final de la relación no solo significó que Sergio dejara de ver a su hija, sino que abrió un sinfín de puertas legales y cruces entre ambos, que no solo perjudicaron la salud de la pareja y de su entorno, sino que también se convirtieron en el alimento mediático de todos los programas de televisión.
Causas por el no pago de alimentos, una orden para abonar 120 mil dólares que se demoró en cumplir, el remate de la vivienda de la calle Mendoza 1423 donde madre e hija vivían, acusaciones cruzadas sobre ocultación de bienes, calumnias, injurias y hasta una denuncia de Velasco a su ex por "corrupción de menor" (luego de que Camila, con veinte años, hiciera una producción hot en una revista de actualidad), el devenir del affaire Velasco-Zorzenón parecía no tener fin. Incluso pervive en la memoria aquella imagen de 2003, cuando el conductor ya de regreso en nuestro país denunciaba públicamente que no lo dejaban ver a su hija, y María Eugenia le contestaba a los gritos y escupiéndole en la cara mientras él se mantenía impertérrito. En los últimos años los ánimos se calmaron, y hasta circularon fotos de Sergio, María Eugenia y Camila en armonía.
A mediados de 2010, Sergio Velasco Ferrero sufrió un ACV que complicó su movilidad y debilitó seriamente su salud. Con el tiempo las secuelas se intensificaron, se sumaron problemas neurológicos y dificultades para el habla. El conductor falleció este domingo, luego de descompensarse en su casa. A un mes de cumplir 80 años, Sergio Velasco Ferrero partió y dejó tras de sí la huella de un personaje polémico, carismático e inconformista, que aprendió lo suficiente de la tele como para poder manipularla a su gusto en pos de su audiencia incondicional y, por qué no, de su propia figura.
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