Cómo fueron los orígenes de Game of Thrones, la serie que cambió todo
A punto de estrenarse la nueva temporada, el 14, los creadores cuentan el recorrido de la historia, que comenzó con una reunión con el hosco George R. R. Martin; cambios sustanciales en el piloto y las bajas expectativas de éxito
Todo el mundo conoce el final feliz de Game of Thrones . No el de la serie, claro, ya que nadie sabe cómo terminará, excepto por un puñado de personas involucradas en la producción de la ficción que dará inicio a su octava y última temporada el 14 de abril por HBO . Pero el final que ya está establecido y reconocido es el de la historia fuera de cámaras.
Hace más de diez años, cuando David Benioff y D. B. Weiss, dos guionistas y novelistas sin experiencia en televisión, se embarcaron en la aventura de adaptar la saga de la novela de George R. R. Martin, Canción de hielo y fuego, y nadie podía imaginar que se convertiría en uno de los grandes hits de la TV del siglo XXI. Menos aún lo imaginaron los amigos de los creadores de la serie y los ejecutivos de HBO que vieron un episodio piloto desastroso que no presentaba buenos augurios para el futuro de Game of Thrones.
Llegar a ese primer episodio no había sido nada fácil. Benioff y Weiss tuvieron que conseguir la autorización de Martin. El dúo, cuya amistad comenzó cuando ambos estudiaban en Irlanda, tenía pasión por el trabajo de Martin y pensaba que era el material ideal para una serie. Se lanzaron a intentarlo a pesar de solo tener experiencia como guionistas de cine y escritores de novelas. La clave para convencer al escritor, según cuentan Benioff y Weiss, fue un buen bife y su fanatismo muy informado.
"Creo que disfrutó mucho el bife -dijo D. B. Weiss, en una entrevista con Variety-. Todos los estudios o canales con los que él se sentara le iban a decir lo mismo: 'Es genial. Nos encanta tu trabajo. Pensamos que sos un genio'. Me parece que él se dio cuenta de que nosotros no teníamos que recurrir a falsedades. Nos habíamos obsesionado con sus libros de forma instantánea y genuina, a tal punto que sabíamos todos los detalles. Después, él nos hizo la pregunta sobre quiénes son los padres de Jon Snow. Tal vez si la hubiésemos contestado mal, nos hubiera dejado hacer la serie de todas maneras. Era obvio que amábamos esto, queríamos hacerlo más que nada en el mundo y lo íbamos a respetar y honrar. Creo que haber dado la respuesta correcta nos ayudó".
Lograr que HBO le diera luz verde al proyecto también fue un desafío. Para la señal de Los Soprano, The Wire y Sex and the City incluir en su producción una serie de género fantástico era una apuesta arriesgada. Richard Pepler y Michael Lombardo habían sido nombrados presidentes de HBO poco tiempo antes y decidieron confiar en que sería un producto de calidad que encontraría su público. "Una mañana estaba en el gimnasio y lo vi a Weiss en una de las bicicletas -contó Michael Lombardo, en una entrevista con Fast Company-. Tenía en las manos una copia de Canción de hielo y fuego y un marcador amarillo. Pensé: 'Dios, él no sabe que estoy acá, debe haber leído ese libro más de veinte veces y sigue...'. Fue ese nivel de concentración lo que me hizo creer que eran los tipos ideales para hacer esta serie".
Todo este proceso llevó unos cuatro años hasta que Benioff y Weiss tuvieron todo preparado para grabar el piloto de la serie, entre octubre y noviembre de 2009. El primer episodio tiene la difícil tarea de presentar el universo y a los personajes, de forma tal que el espectador se interese y quiera ver cómo sigue la historia. Eso mismo tiene que sucederles a los productores, que deciden sobre la base de este primer capítulo si siguen adelante con el resto de la primera temporada.
Cuando el piloto estuvo listo, Benioff y Weiss se lo mostraron a tres de sus amigos, Craig Mazin, Ted Griffin y Scott Frank. Según Benioff, ver a estos exitosos guionistas de Hollywood mirar el episodio fue una de las experiencias más dolorosas de su vida. Cuando terminó la proyección, Mazin les dijo: "Muchachos, tienen un problema enorme". Y los creadores de la serie anotaron el comentario en un cuaderno.
Los ejecutivos de HBO decidieron seguir adelante con la primera temporada de Game of Thrones, pero exigieron cambios en el piloto que había dirigido Tom McCarthy, director de la ganadora del Oscar En primera plana. Según los creadores de la serie, tuvieron que volver a filmar el 92 por ciento del episodio, bajo la dirección de Tim Van Patten. Hubo además drásticos cambios en el casting, incluidos el rol de Daenerys Targaryen, que pasó de Tamzin Merchant a Emilia Clarke; y el de Catelyn Stark, interpretada por Jennifer Ehle y luego reemplazada por Michelle Fairley. Un cameo de George R. R. Martin también quedó fuera del episodio.
Aunque el fallido piloto original nunca haya visto la luz, varios periodistas y fanáticos se ocuparon de investigar cuáles fueron los cambios, más allá del director y del casting, de aquel primer intento a lo que se vio al momento del estreno. Una versión del guion original apareció en la web y un periodista del sitio Huffington Post encontró en la biblioteca de la universidad A&M de Texas otro guion distinto que Martin guardó allí. Sobre la base de estos documentos pudieron dilucidar cuáles eran las diferencias.
Son varias y tienen distinto nivel de importancia en las siguientes temporadas: la pluma que Robert deja sobre la tumba de Lyanna Stark era quemada por Cersei; los Caminantes Blancos hablaban; y Jon Snow se emborrachaba; entre otras cosas. Las escenas de sexo entre Jamie y Cersei y la de Daenerys y Khal Drogo tenían sus diferencias en cuanto al consentimiento, confuso en la primera versión y explícito en la segunda, lo cual fue cambiado porque a los guionistas les pareció que el abuso de su esposo aumentaba la empatía del espectador hacia Daenerys. La relación incestuosa entre los Lannister tampoco había quedado clara. Con un nuevo piloto terminado, Benioff y Weiss lo presentaron a aquellos amigos que habían visto el anterior y otras personas antes del estreno oficial de "Winter is Coming", el 17 de abril de 2011.
"Quedé estupefacto –recordó Mazin junto a los creadores de Game of Thrones, en un episodio de su podcast Scriptnotes, sobre el momento en el que vio el nuevo piloto–. Y recuerdo muy específicamente salir y decirles: 'Ese fue el rescate más grande de la historia de Hollywood'. Porque no es que habían solamente salvado algo malo y lo convirtieron en algo bueno; salvaron una mierda absoluta y la transformaron en algo brillante".
El rodaje de la primera temporada continuó siendo un desafío. "Los primeros números de rating no fueron buenísimos -explica Benioff en una entrevista con Fast Company-. Estábamos un poco decepcionados. De a poco fueron subiendo a medida que pasaba el año. El momento en que sentimos que estaba funcionando bien fue cuando ejecutan a Ned Stark en la primera temporada. Parecía como que Internet había estallado, nos llegaban muchísimos mails en los que nos preguntaban: '¡¿Qué hicieron?!'. Weiss completa la idea de su socio contando que se dio cuenta de que la serie iba a funcionar cuando vio online el video de un hombre que filmaba a su amigo volviéndose loco al ver la muerte de Ned. A partir de entonces todo fue cuesta arriba para Game of Thrones, un fenómeno que ven decenas de millones de personas en todo el mundo. El piloto que no fue quedó como un recuerdo agridulce y una herramienta para que Benioff y Weiss torturen a Kit Harington, a quien suelen amenazar con subirlo a YouTube... ¿qué tan mal se vería Jon Snow en aquella escena de borrachera? Nunca lo sabremos.
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