El amor no concretado, luego de cincuenta años
Se estrenó una nueva versión de Príncipe azul, del gran Eugenio Griffero, sobre la relación inconclusa entre dos hombres
En sus distintas ediciones, el ciclo Teatro Abierto presentó una producción dramatúrgica muy ecléctica aunque algunos textos lograron adquirir una trascendencia notable. Si bien en el primero (1981) fueron convocados 21 autores para producir textos breves, al año siguiente se realizó un concurso de dramaturgia con la consigna de que debían presentarse obras que no podían exceder los 60 minutos. Una de las ganadoras fue Príncipe azul, de Eugenio Griffero.
La obra da cuenta de la historia de dos hombres que se encuentran 50 años después de haber experimentado la sensación de que entre ellos era posible una historia de amor. En su momento no se permitieron aceptarla. En el presente de la representación se describe cómo fueron creciendo sin verse, sin saber nada uno del otro. El reencuentro provoca una verdadera conmoción en ambos. En 1982 fue interpretada por Jorge Rivera López y Villanueva Cosse, con dirección de Omar Grasso; y se repuso en el Cervantes dos años después.
Desde entonces las puestas se multiplicaron en distintos escenarios del país, también en el exterior y hasta tuvo una versión musical. Príncipe azul volvió a ocupar un espacio en la cartelera de Buenos Aires. Se presenta en el Regina con Edgardo Moreira y Fito Yanelli, bajo la dirección de Thelma Biral, quien por primera vez transita ese rol.
El proyecto tiene una breve historia. Hace un par de años Biral convocó a Moreira y Luis Campos (habían compartido escenario en La herencia de Esther) para realizar una lectura dramatizada dentro del ciclo Teatrísimo. La experiencia resultó muy atractiva y junto al productor Víctor Agú, la actriz decidió montar el texto. Por problemas de salud Campos no pudo ser de la partida y se convocó a Yanelli.
Ambos intérpretes nunca habían trabajado juntos y Moreira cuenta que desde el primer encuentro se produjo entre ellos "una comunicación muy fluida, no forzada, sencilla y profunda". Eso llevó a fortalecer el vínculo afectivo entre los personajes. "Con el oficio se puede construir, armar, pero si el fluir de la emoción no está, no lo podés inventar. Entre nosotros se dio de manera natural".
Para Yanelli, Príncipe azul es una obra muy entrañable. "Esto no tiene que ver con el dinero, la fama -confiesa-, sino con el placer de estar trabajando. Lo que todos buscamos es encontrarnos antes, durante y después del trabajo. No competir en nada y esta pieza promueve eso. Si después de 50 años estos tipos vuelven a descubrir que esa magia que pasó a los 16 años sigue existiendo, tiene que suceder en escena".
Edgardo Moreira construye a Juan, un hombre que trabaja de mago en un cabaret decadente. Él tiene sexo con hombres y mujeres y cuando estos se duermen les roba. "No es un perverso -aclara-; es un niño que no ha crecido, está solo, no conformó una familia. Intentó buscar eso que sintió a las 16 años con el otro pero no fue posible. Se fue deteriorando y degradando". Gustavo posee una personalidad sumamente opuesta. Es un tipo miedoso, muy formal, que ha seguido los mandatos familiares. Tiene hijos, nietos, es juez. "Sin embargo toda su vida ha sido un bluff -describe Yanelli-. Un globo que se puede pinchar en el reencuentro con Juan. Los caminos se unen en la mentira que han sido sus vidas. Son conscientes de que aquello que no se animaron a vivir está latente. Luego de cincuenta años esta es la última posibilidad".Ambos remarcan el valor poético de esta historia que construyó Griffero y lo que significó exponer una historia homosexual en tiempos de dictadura militar.
"En esta pieza hay una conjunción que es muy difícil de encontrar, la poesía y el teatro juntos -dice Moreira-. Lo que construyó este hombre es enorme. Te impone recrear un mundo subterráneo. Es muy difícil, podés quedar atrapado en el melodrama o exagerar ciertos comportamientos de un gay. Tenés que ir por ese desfiladero y encontrar las respuestas internas para poder sostenerlo".
Príncipe azul
Dirigida por Thelma Biral.
Regina, Santa Fe 1235.
Martes, a las 20.30.