El Preámbulo fue el eje a desarrollar por un concurso de dramaturgia muy particular

¿Alguien hubiera imaginado alguna vez un concurso de textos dramáticos organizado por la Cámara de Diputados de la Nación? Tal vez, no. ¿y por qué no sucedería? Si tienen la llegada federal, los recursos para hacerlo y si, como corresponde, tiene una dirección de Cultura. En sentido estricto, es lo que hizo el Congreso por los artistas en el marco de la pandemia. ¿Quiénes pudieron participar? Ciudadanos argentinos y extranjeros residentes con más de cinco años en el país. Hubo premios en dinero y la publicación de las obras.

Se logró la realización del concurso pero todavía no hay un verdadero reconocimiento del valor de la ficción, de su incidencia simbólica. Se trata del Concurso Nacional de Obras Teatrales “Potencia y política”. Un lindo título para abrir el juego. Fue organizado por la dirección de Cultura de la Cámara de Diputados y tuvo como objetivo crear un vínculo entre la comunidad artística y esa dirección de un modo “alternativo”.

El punto de partida fue el Preámbulo de la Constitución. ¿Cómo se ancla en situaciones concretas todo lo que dice el preámbulo? Pensar una norma en particular hoy, ya que el Preámbulo es de 1853, qué vigencia tiene, cómo dialoga con el siglo XXI, acercarlo, todo eso a través de un texto dramático.

Empecemos por el jurado que eligió las obras ganadoras de esta primera edición, es un argumento insoslayable de que fue un  concurso con todas las de la ley: la selección de las obras ganadoras estuvo a cargo de Mariela Asensio (Ciudad de Buenos Aires), Elena Bossi (Jujuy), Gladis Gómez (Chaco), Raúl Brambilla (Ciudad de Buenos Aires) y Mauricio Kartun (Ciudad de Buenos Aires), personalidades de reconocida trayectoria en el quehacer teatral y cultural del país, evaluaron la calidad en la escritura de los textos.

¿Un concurso molesto? Probablemente, ya que nadie quiere escuchar las leyes puestas en contexto. Y ni qué decir si están cruzadas por el humor. Es necesario resaltar que los ciudadanos no tienen oportunidad de opinar, ni siquiera de pensar los marcos jurídicos del país. Las obras elegidas tienen, sistemáticamente, una instancia de denuncia. En general se conocen las leyes en abstracto. Ponerlas en el marco de una situación dramática, implica, necesariamente contextualizarlas. Situaciones que ponen blanco sobre negro, más los grises, de lo que propone la norma y el acontecimiento cotidiano. A veces, se ve que hay cosas que deberían ser modificadas.

Es una manera alternativa de generar agenda. Ciudadanos y ciudadanas poniendo en juego el conocimiento y la reflexión sobre las normas desde otro lugar y pudiendo entenderlas desde otro lugar. Es una invitación a tensionar, a ver si esas normas se adecuan a lo que se necesita y a lo que se es. La Cámara de Diputados es el lugar donde están representadas todas las provincias, es el lugar más federal del país. Qué mejor que ese lugar para plantear ese concurso porque querían que participara la mayor cantidad de gente del país. Todas la voces posibles, todas las miradas posibles

El primer premio fue para la obra teatral Antígonx impronunciable, de Patricio Ruiz (Azul); el segundo, para Vacaman, de Diego de Miguel (La Plata); y el tercero para Pibitxs del río, de Fabián Díaz (Ciudad de Buenos Aires). Asimismo, se entregaron seis menciones especiales sin orden de mérito: Colectivo, de María Laura Fernández; El pueblo unido jamás, de Lucía Laragione y Marcelo Cosin; El resto de los otros, de Mariano Saba; Ingobernable, de Leonel Giacometto; El mundo es un pañuelo, de Alejandro Robino; y El color del viento, de Julieta Correa Saffi.

Es muy importante señalar que se recibieron 230 obras de autoras y autores de Ciudad de Buenos Aires, Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Tucumán, Salta, Mendoza, Corrientes, Chaco, Tierra del Fuego, Entre Ríos, San Luis, San Juan, Río Negro, Neuquén, Entre Ríos y Chubut, provenientes de 84 localidades del país, que cumplieron la consigna de contextualizar los valores y fines del Preámbulo a través de las más diversas temáticas sociales e históricas.

Las obras premiadas serán editadas y publicadas por la Imprenta del Congreso de la Nación. En principio, las obras están publicadas en el portal y hay un proyecto de biblioteca virtual que ya está en marcha en el que se publicarán las obras que ganen el Concurso.

La subdirectora general de la Dirección de Cultura, Natalia Calcagno, anunció que el concurso “Potencia y política” tendrá una segunda edición en 2022, y “es una apuesta a que el encuentro del arte con la política pueda generar nuevas agendas”. El cronograma se comunicará próximamente y el tema a abordar será el medio ambiente. Se puede acceder desde aquí: https://www.diputados.gov.ar/secparl/dcultura/FDA/obraspdf