En busca de los orígenes del payaso
"La risa del pueblo" de Juan José Badra. Intérpretes: Cristian Cavo, Juan Badra, Valeria Beltramo, Micaela Franchino, Sebastián Ozdoba y Marcos Ontivero. Escenografía y utilería: Rafael Reyeros. Vestuario: Alejandro Babiaczuk y Mirta Cave. Iluminación: Francisco Sarmiento. Música original: Raúl Lavandenz. Dirección: Juan José Badra. En el Teatro Nacional Cervantes.
Nuestra opinión: bueno.
Interesados en investigar el origen del payaso la compañía de teatro La Huella, de Córdoba, rastreó su historia hasta llegar al Renacimiento. Allí el mundo de estos artistas se cruzó con el de los bufones y luego encontró continuidad en la Comedia del Arte italiana.
El autor, actor y director Juan José Badra elaboró así una dramaturgia que muestra esa trilogía y lo hace apelando a los recursos más puros que cada disciplina posee en su quehacer. La gracia en el payaso, la crítica mordaz en el bufón y el juego de enredos, con sus personajes prototípicos, en la Comedia del Arte.
El espacio utilizado es el de una plaza, un ámbito que los intérpretes de estos géneros conocen muy bien. Una estatua será la encargada de presentarlos por ser, sin dudas, el gran testigo de cuanto acontecimiento artístico ha tenido y tiene lugar a su alrededor.
Breves escenas de payasos dan lugar a un espacio en el que tres bufones desterrados de palacio (Maccus, Sannio y Pappus) se empeñarán en hacer de las suyas más cerca del pueblo. Torpes, irónicos y mordaces, darán sabia cuenta del acontecer social y político del momento, que -vaya coincidencia- mucho se asemeja al que está atravesando la Argentina actual. Finalmente, los clásicos personajes de la comedia italiana jugarán una rutina en enredos en la que se fortalecerá una historia de amor.
El espectáculo, que dentro del ámbito de una sala resulta demasiado encorsetado, tiene mucho rigor en su investigación histórica, es ingenioso en su puesta, duro en sus críticas y sabio a la hora de buscar la risa del espectador.
El mayor reparo está en que las interpretaciones no profundizan lo suficiente en los valores que hacen a la actuación del bufón y la Comedia del Arte. Las máscaras son muy importantes, pero también es necesario que los actores descubran los verdaderos resortes internos que hacen a esos géneros, porque de lo contrario todo se queda en un juego muy na•f.
Es muy lograda la escenografía que propone Rafael Reyeros a partir de ese juego de telones pintados que sintetiza los diversos espacios, a la vez que redescubre con rigor los más profundos valores plásticos de aquellas propuestas populares.
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