Una nueva versión de Educando a Rita

Después de hacer teatro de revista y de bailar por un sueño, Catherine Fulop decidió que quería probar algo distinto. Una obra que le permitiera enfrentar el desafío de construir un personaje y darle vida en el escenario. Cuando el libreto de Educando a Rita , de Willy Russell, llegó a sus manos, Fulop encontró lo que estaba buscando. "Quería algo que me hiciera sentir bien y poder disfrutarlo -explica-. También tenía ganas de crecer como actriz, aunque estuve haciendo cosas interesantes en teatro, como Monólogos de la vagina. También hice El show de las divorciadas , pero en los musicales no tienes tanto para desarrollar como personaje."

El productor de la obra y marido de la actriz, Osvaldo Sabatini, se ocupó de convencer a Víctor Laplace para que interpretara al profesor Fleming. "Me encantó la idea. Además la había visto a ella en teatro y me gustaba mucho -comenta Laplace-. Tiene algunas cosas que son fantásticas para la actuación y que no se pueden ni se deben explicar. Me sorprendió mucho en los primeros ensayos y me fui enganchando."

Ambos actores tienen un especial interés por trabajar en comedias, aunque afirman que les parece uno de los géneros más difíciles de hacer. En este caso en particular, ambos se sintieron atraídos hacia el texto de Russell, adaptado por Daniel Mañas.

"No es una comedia con obviedades, sino que tiene sutilezas entre lo que se piensa, lo que se hace y lo que se dice, que no es siempre correspondiente. Hay como una cosa subyacente que creo que es muy interesante para los actores y atrayente para el público", dice Laplace.

Basada en Pigmalión , de George Bernard Shaw, Educando a Rita es una comedia dramática que relata la historia de una joven peluquera de barrio que decide educarse y toma clases de literatura con un profesor alcohólico y peleado con la vida. Entre ellos, se desarrollará una relación que modificará sus vidas para siempre.

Según Fulop, lo más atrayente de la obra es la forma en que se desarrollan los personajes y los cambios que se van produciendo a medida que avanza la trama. "A partir de que se conocen comienzan a modificar su vida. Ella la tiene más clara porque tiene un objetivo -comenta Fulop-. El personaje de Fleming es maravilloso porque no se lo espera, estaba como entregado en la vida y ella lo viene a cambiar. Como dicen, la alumna termina enseñando al profesor, y qué noble es él al dejarse enseñar."

A Laplace le resulta particularmente interesante cómo el personaje de Rita, a pesar de todo, toma la decisión de educarse y progresar. "Hoy, la mujer está tomando roles muy ejecutivos y haciendo cosas muy importantes en todos los ámbitos. Me parece que es bueno seguir machacando sobre este tema, y eso es parte de lo que cuenta el autor. Una mujer que se supera y que porque se supera, progresa, y porque progresa, se va buscando otros objetivos", comenta el actor.

Fulop y Laplace comentan que vieron la versión cinematográfica de Educando a Rita , protagonizada por Michael Caine y Julie Walters. "Me fui encontrando con situaciones difíciles para trabajar y pensé que era mejor ver la película porque sentía que ellos no se iban a equivocar. Además, si Michael Caine lo hizo, ¡mi amor!", dice Fulop con admiración, y agrega que también le gusta mucho Julie Walters: "Somos totalmente distintas: ella es chiquitita, es inglesa, nada que ver conmigo, que soy caliente y caribeña".

Laplace señala que a él le interesaba ver la película para analizar cómo adaptar situaciones muy cinematográficas al espacio reducido del escenario. "En la película se ven cosas que le pasan a él, como que la mujer lo engaña, o cosas de ella, como la relación terrible con su marido. Teníamos que pensar cómo hacíamos para representar esa situación en teatro. Verla sirvió mucho en ese sentido, porque la adaptación logró apretar mucho los niveles de conflicto", explica el actor.

El final fue una de las cuestiones que más dificultad les presentaron en la adaptación, y admiten haber barajado varias posibilidades hasta encontrar la que les pareció adecuada. "Creo que a Russell no le gustó el final original y en la película lo mejora. Pero nosotros no lo podíamos hacer así, y tampoco nos gustaba el final original, porque nos parecía muy superficial", explica la venezolana.

En su salsa

A pesar de trabajar también en televisión y cine, a ambos actores les gusta poder volver a actuar en teatro. "Es hermoso poder desarrollar un papel de principio a fin, en una hora y media o dos horas. El proceso de buscar el personaje, de armarlo, es lo más lindo en el teatro. Estar en el escenario me emociona hasta las lágrimas. Venir aquí y hacer esto me da más vida que la que nunca tuve", asegura Fulop.

Para Laplace, el teatro es un verdadero refugio: "Uno se la pasa jugando arriba del escenario sin interferencias. Esto es un proceso de trabajo de mucha creación. Se establecen vínculos quizás un poco más sólidos que en una película o en la televisión. En el teatro se va teniendo un conocimiento de las personas, casi sin que el factor económico esté pesando. Entonces, tiene algo entre romántico y ensoñador que es fantástico".

Con ese espíritu, Fulop y Laplace se entregan al placer de jugar a ser alumna y profesor sobre el escenario, dirigidos por Eugenio Zanetti.