¿Yo la plata la hice trabajando?
Desde que tengo memoria, y podría decir que desde antes también, me llenaron la cabeza con directivas y mandatos de todos los tonos. Pero mi espíritu rebelde siempre pone resistencia a las máximas que huelen a podrido o a mentira, máximas que aparentan ser luminosas y altruistas, pero que responden a las estructuras que nos llevan por los caminos conocidos del mundo salvaje donde perseguimos zanahorias para comer y a la vez escapamos para salvarnos el pellejo. Siempre me hizo ruido la idea del trabajo como valor fundamental de una sociedad.
"El trabajo dignifica" o "Lo que la gente necesita es trabajo" son, en muchas ocasiones, ideas recurrentes que se usan como perchero de donde se cuelgan los oradores de turno. Y no es que sea falso, solo que tendríamos que definir mejor de qué trabajo estamos hablando, porque no creo que cumplir un horario impuesto por un superior para cobrar un sueldo que solo cubre los gastos sea dignificante. Más bien es cansador y frustrante, por no decir esclavizante (qué antigüedad).
Ahora bien, yo entiendo como trabajo la idea de tomar los elementos con los que me rodeo y hacer con ellos algo productivo para mi propio crecimiento conciente. Eso sí me dignifica, porque me vuelvo creador de mis propios recursos y perfecciono mi ser... el trabajo es un hecho productivo y creativo donde pongo en funcionamiento mis habilidades, las desarrollo y logro así la expansión personal, en el sentido que sea.
Esa expansión traería abundancia material, emocional, intelectual, etc. En este sentido hasta me parece legítimo el hecho de trabajar únicamente para hacer dinero, pero de ninguna manera me cierra la idea del trabajo por el trabajo mismo como idea para forjar el progreso de una sociedad. ¿De qué progreso estamos hablando? ¿Quiénes son los beneficiarios? ¿Cómo son las medidas para cada uno?
En este momento tengo una plusvalía zumbándome en el oído. Voy a intentar ahuyentarla con naftalina marxista. No quiero decir que nos llenen la cabeza deliberadamente. Es sencillamente el paradigma en el que estamos parados hace miles de años, desde que comenzó a construirse todo alrededor de la agricultura, el comercio y el consumo.
"Tu parirás con dolor, tu trabajarás con el sudor de tu frente!"... ¿¡What!? El trabajó solo seis días... Y nos puso a todos a construir imperios, ¡¡¡dictaminó que la pereza es un pecado capital y que Diógenes se pudra en el infierno!!!
La jubilación para todos es algo que apareció hace muy poquito. De todos modos, eso de "para todos" es un desparpajo porque es notable que existan rangos de privilegio y eso sí que no es "para todos". Ahora finalmente nos acordamos de los olvidados y asignamos 180 pesos a los menores de 18 años.
La verdad, un mundo próspero y maduro sería aquel en el que asignaran a todos por igual unos 3000 pesos por mes desde el año 0 hasta el final. "Hay que trabajar para vivir"... ¡Andá a cagar! "Hay que vivir para vivir". Y es el Estado, o sea nosotros mismos, el que debe bregar por la "vida" digna, y no por el trabajo digno. ¿Es más digno trabajar que vivir? Viví, y si después querés expandir tu ser, andá y trabajá, creá, y ganá dinero, comodidades, conocimiento y destino.
Hace solo 150 años se repartieron violentamente todas las tierras argentinas (y las otras también) entre 20 familias... ¿Me van a decir que no hay 3000 pesos para cada uno de nosotros? Ah, no, cierto que en este año hubo sequía...
Hace poco tiempo escuché decir a un poderoso candidato a diputado en un anuncio de televisión (que le debe haber costado carísimo): "YO LA PLATA QUE TENGO LA HICE TRABAJANDO"... Luego de escuchárselo a él, aparecieron talentosos conductores de la televisión repitiendo dicha parafernalia para defenderse de sus eventuales acusadores. Los mismos que paradójicamente denuncian la inseguridad. No lo desmiento, es más, lo ratifico... estoy seguro que sus fortunas son producto del esfuerzo, el ingenio y la estrategia. Yo también trabajo y gano dinero producto de mi propia labor... pero si tengo que decirle a la chica que me ayuda con la limpieza en casa que la plata que gano me la gano "trabajando" me parece cruel, injusto y hasta ridículo.
El esfuerzo, la oportunidad, y la abundancia son variables que no necesariamente guardan relación entre sí. Y por respeto a nosotros y, sobre todo, a los que "levantan bolsas en el puerto" prefiero dejar a un lado la idea de una posesión sobre lo que he construido para dejarle espacio a otra retórica. Una especie de base comunista con libertad absoluta de los crecimientos individuales.
Reinhold, dixit
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