Ninguno de sus invitados fue a su fiesta de cumpleaños, pero su mamá le salvó el día con un gesto incomparable

Todo lo que una niña deseaba al cumplir cinco años era festejar al lado de sus amigos. Su madre se encargó de los detalles, organizó todo y envió las invitaciones. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que no muchos podrían asistir. Era verano y algunos de los compañeros de escuela de su hija estaban de vacaciones con sus familias. Aun así, las respuestas negativas no las desanimaron, ya que en realidad había suficientes personas para divertirse.

El sábado pasado, la cumpleañera Willa Fitzgerald y su madre, Lex Fitzgerald, fueron a Hat Creek Burger Company, en Keller, Texas, con todo listo para disfrutar de un momento agradable. Entre los detalles especiales había colores, coronas, una torta y decoración. Mientras Lex se encargaba de dejar todo listo para los invitados, emocionada, Willa esperaba en su asiento a que el reloj diera la hora de ver a sus amigos.

“Perdí la noción del tiempo”, reconoció la madre en declaraciones para Wfaa, donde contó su historia luego de que nadie se presentara en el salón. “Fui a ver mi teléfono y eran las 11.20 hs. La fiesta debió de empezar a las 11 hs. La pobre Willa estaba sola”.

Preocupada, el primer pensamiento en la cabeza de esta madre de familia fue qué había hecho mal. Repasó mentalmente si había puesto la hora correcta en las invitaciones y pronto se dio cuenta de la realidad. “Digo para mí misma, no, esto no puede estar pasando. Como madre, lo último que quiero es que mi hija, por primera vez en cinco años, experimente ese tipo de rechazo social. Sinceramente, es lo que es”.

Al ver que ninguno de sus invitados cumpliría con su palabra tras haber confirmado su asistencia, la mujer abrió su cuenta de Facebook, le tomó una foto a su hija donde aparecía en la mesa decorada para la fiesta y la compartió en el grupo de vecinos de Keller. “Si alguien tiene niños pequeños y está buscando algo que hacer en este momento, nadie se presentó a la fiesta de cumpleaños de mi hija. Es su primera (y probablemente última). Nos encantaría celebrarlo con ustedes”, escribió Lex.

La respuesta de la comunidad virtual demostró que las redes sociales pueden tener impactos positivos, ya que, de pronto, comenzaron a llenarse las mesas vacías con vecinos desconocidos que cumplían una única característica: eran solidarios. En declaraciones al medio citado, la mujer describió el efecto con una palabra: “increíble”.

Entre los nuevos invitados había un despliegue de diferentes grupos de la sociedad que quisieron apoyar a Willa y disfrutar con ella en su cumpleaños. Había adolescentes, abuelos, padres cuyos hijos acababan de empezar la universidad e incluso el subdirector del colegio del hermano de la niña. Aunque su presencia ya había hecho la diferencia para esa familia, muchos llevaron regalos.

“Nos mudamos a Texas en general, y a Keller en particular, porque vimos ese sentimiento de comunidad. Tenían los pies en la tierra, eran amables, se preocupaban por apoyar a los demás. Y eso es exactamente lo que hicieron por nuestra familia”, reconoció la mujer. Ese pequeño mensaje que detonó una cadena de buenas acciones también podría generar relaciones duraderas, dado que madre e hija hicieron amistad con sus invitados inesperados y ahora asisten a sus fiestas.

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