Reseña: Cacería de niños, de Taeko Kōno
Mujeres desencantadas, sumisas o perversas, siempre traumadas, las protagonistas de los nueve cuentos de Cacería de niños, de la japonesa Taeko Kōno (Osaka, 1926-Tokio, 2015), encarnan la experiencia de un Japón quebrado por la posguerra, entre la rigidez de las tradiciones patriarcales y el desamparo.
Lo primero que llama la atención de los relatos es el contraste entre las historias perturbadoras y la escritura directa, depurada, con que se las cuenta. Esto es notorio desde el cuento que le da el título a la colección: sigue a una mujer que detesta a las nenas de entre tres y diez años, pero tiene una obsesión por los varones de esa misma edad. No quiere tener hijos, solo le gustan los ajenos. Para estar con ellos, les compra ropa exquisita y se acerca a sus madres. En paralelo, se muestran los encuentros sexuales sadomasoquistas que tiene con su pareja. Imposible no vincular esos temas con un deseo siniestro que la protagonista no enuncia, pero roza con su fantasía.
La autora japonesa buscaba conmocionar a una sociedad que en apariencia reconocía la igualdad de derechos entre los géneros, pero imponía a la mujer un sometimiento total a los designios, primero del padre y luego del marido. Con frases agudas, que la traducción de Hugo Salas (realizada al parecer del inglés) despliega con transparencia, Kōno capta en su obra lo que su país ocultaba bajo un manto de hipocresía.
Uno de los rasgos clave de Cacería de niños es la manera que tiene de mostrar el deseo de no ser madre cuando nadie se atrevía a nombrarlo. En especial, surge en relatos como “Nieve”, con una madre cruel que se proyecta en su hija adoptiva y le transmite una herencia infernal; y también en “Una colonia de hormigas”. El mundo de Fumiko se desmorona cuando cree estar embarazada. Su realidad empieza a contaminarse de sus fantasías al enterarse que su pareja, contrariamente a lo pactado, desea un hijo. Ella se ríe de su futura maternidad, con imágenes que se mezclan en una escena de brutalidad espeluznante.
Kōno, por cierto, no estaba sola: es una de las principales exponentes de la llamada “Nueva literatura femenina” que surgió en Japón en los años sesenta y tuvo como propósito escandalizar a través de la introducción en sus relatos de violencia directa, sexualidad e imágenes salvajes para temáticas tradicionales como la infancia y la vida cotidiana.
Hay algo más que une los relatos, una estrategia en común que desplaza el presente de las historias para instalar en el centro el pasado de los personajes. Siempre mirando hacia atrás, las narraciones concluyen de modo desconcertante. Los finales, más que cerrar los cuentos, los interrumpen con una imagen que genera un eco en sordina, y siguen resonando en el lector con sentidos nuevos mucho después de cerrado el libro.
Cacería de niños
Por Taeko Kōno
La Bestia Equilátera. Trad.: H. Salas
285 páginas, $ 1600