Reseña: No hablen de mí, por Sergio Chejfec

En uno de los recorridos que Claudio Magris realiza en El Danubio, entre los paseos cerca del río y el archivo, reflexiona acerca de la condición efímera de la existencia y, en paralelo, de la perdurabilidad de las cosas, y de los relatos que acompañan a las dos. “Las cosas duran algo más que la vida –dice el escritor italiano–, pero también están destinadas a desvanecerse, y frente al dolor de la muerte, tiene escaso sentido exaltar lo auténtico ante lo artificioso”.

La reciente muerte de Sergio Chefjec (1956-2022), sentida e inesperada como un trueno en un día claro, resignifica su último libro, No hablen de mí. Una vida y su museo, una serie de reflexiones, un paseo, una instalación alrededor del poeta Darío Cantón y su singular obra.

Resaltar la pulsión archivística de Cantón constituye un gesto auténtico. Antes de “La mirada documental”, un evento que dio pie al libro, organizado por el Malba en 2016, Chejfec ya había publicado semblanzas similares sobre otros colegas, como el libro sobre Joaquín Giannuzzi, al igual que Cantón, precursor de la llamada “poesía de los noventa”. Además de sus poemas objetivistas, Cantón, también sociólogo, se dedicó a acopiar desde 1960, en forma minuciosa, retazos diversos como fotos familiares, recortes de revistas, manuales de escuela, planos de casas, objetos memorables –como el cenicero de su padre–, cartas, dibujos de sus hijos, recibos. De la misma llama, una colección de ocho tomos, publicados entre 2000 y 2017, es analizada en sincronía con procedimientos ligados a Borges, Orhan Pamuk, Flaubert. Chejfec resalta la inquietud omnívora y clasificatoria del poeta, más cercana a la dinámica de un museo que a la configuración de un libro.

“La pregunta por la autenticidad –escribe Chejfec–, el préstamo o el robo es obsoleta en la medida en que pertenece a un tiempo anterior del objeto, el tiempo en que no estaba integrado al acervo. Dentro del mundo material de las listas y las clasificaciones de Cantón, algo puede ser robado o inventado a la vez”. En el peso del documento, lo excéntrico, el detalle, la obsesión manifiestan una ambigüedad, sobre todo porque en esa constelación abrumadora que es la serie de Cantón dice “hablen de mí”. Pero a la vez, apunta el autor de Lenta biografía, parecería que la voz narrativa se desplaza, se esconde y dice “no hablen de mí”, algo que lo vuelve completamente artificioso, una distorsión. De la misma manera, la tensión entre lo empírico, ubicuo, y lo enmudecido, “la propia cancelación”, le dan al proyecto De la misma llama un carácter conceptual, lo vuelven un museo narrado, una caminata continua, parecido a El arca rusa, la película de Alexander Sokurov. Y en esa mirada profunda, parafraseando a Cantón, Chejfec busca que quede imborrable la marca de su sello.

No hablen de mí

Por Sergio Chejfec

Malba Literatura

84 páginas, $ 860