Junto a su hijo Benicio, fruto de su matrimonio con el empresario Sebastián Eskenazi, la subcampeona del reality habla de su costado menos conocido
Fue un gran año para Analía Franchín (48). En 2020, se lució en Masterchef Celebrity –logró el segundo puesto en la final con Claudia Villafañe– y se descubrió como una cocinera de alto vuelo. Luego de compartir una tarde de patines y bicicleta con su hijo Benicio (10), que tuvo con su marido, Sebastián Eskenazi (56, ex CEO DE YPF, hoy ocupa cargos directivos en el Grupo Petersen, el poderoso conglomerado familiar), Analía se confiesa en una charla íntima con ¡HOLA! Argentina.
–¿Quién te enseñó a cocinar?
–En casa mamá siempre nos enseñó a hacer de todo. Lunes, miércoles y viernes se pasaba la aspiradora, todos los días la ayudábamos a preparar la comida. De ayudarla tanto, aprendí. Igual ella no cocinaba adentro de la cocina, lo hacía en el jardín para que no quedara olor. Y no niego que ahora soy muy obsesiva con los olores y la limpieza de mi casa. En el campo, tengo una huerta enorme que armé en la cuarentena para comer más saludable, sin agrotóxicos. Además, Beni prácticamente no come carne, nunca le gustó. Pero siempre fui muy hincha de que comiera todas las verduras, las frutas y las legumbres para que no le falte ningún nutriente.
"En casa mamá siempre nos enseñó a hacer de todo. Lunes, miércoles y viernes se pasaba la aspiradora, todos los días la ayudábamos a preparar la comida. De ayudarla tanto, aprendí mucho"
–¿Cuál es el plato preferido de tu marido?
–Él come de todo y variado, ninguno es muy carnívoro, pero si hay asado también somos felices. Yo cocino, pero tengo a Vero, que hace muchos años está con nosotros, y le enseñé un montón de recetas, hasta hizo un curso de cocina y ahora es una genia total.
EN TOTAL LIBERTAD
–¿Cómo influyó la cuarentena en la pareja: los unió o hubo peleas?
–La verdad es que no nos podemos quejar y la sobrellevamos muy bien. Estuvimos instalados en el campo, entonces no sentíamos el encierro. Yo estaba con la huerta, mi marido con los caballos, cada uno tenía su espacio. Al haber estado en un lugar así, nos sentíamos en total libertad. Tuve varias charlas con mi hijo para explicarle que muchos de sus compañeros no la estaban pasando como él, que somos muy afortunados de poder pasarlo en un lugar tan lindo.
–¿Te autoevaluás como mamá?
–Quisiera ser más liberal y creo que la terapia me está ayudando a soltar, pero cuando Beni era bebé, era muy estructurada. Nunca le cambiaba las rutinas, lo he llegado a bañar hasta en aeropuertos para no modificarle el horario. Ahora trato de hablarle mucho y mostrarle que no todas las familias son iguales, que tener una mamá que está siempre a su disposición y con sus comodidades, no es el común denominador. La familia de Sebastián es muy prolija y disciplinada, en cambio la mía es una montaña rusa. Me parece bien que tenga esa mezcla de realidades y que no sea un chico que vive en una cápsula.
–¿A quién lo ves parecido?
–Físicamente es una mezcla entre los dos, pero de carácter creo que se parece más a mí. A él le encantaría ser youtuber, quiere tener su canal, tener Instagram y su celular con WhatsApp, pero ya le dije que aún no está en edad para esas cosas. Tiene un carácter fuerte, no le gusta que suba fotos de él a mis redes, y si lo hago, le tengo que pedir permiso y mostrárselas.
–Sebastián tiene tres hijos de su primer matrimonio. ¿Cómo te llevás con la familia ensamblada?
–Siempre es difícil, pero es así o nada… O aceptás el combo completo o te tenés que borrar. Cuando conocí a Sebastián, él ya tenía hijos de 12, 14 y 17 años. Estaban en plena adolescencia… Me costó. porque pasé de no tener hijos, a tener tres adolescentes. Vivían con nosotros, los llevaba al colegio, al médico y todo eso me dio ganas de tener un hijo.
“CLAUDIA ES UNA MUJER EXTRAORDINARIA”
“Siento un gran orgullo de haber formado parte un programa que volvió a unir a la familia frente al televisor. Me abrió camino frente a otras generaciones”, sostiene Analía al hablar de su paso por MasterChef.
–Llegaste a la final con Claudia Villafañe, a quien vos ya conocías desde hacía muchos años…
–Yo la conocía como la ex mujer de Diego y ella a mí como la ex de Guillermo Coppola. En los conflictos entre ellos, obviamente, cada una tiraba para su lado, pero nunca tuvimos una discusión puntual. La única que vez que fue claro que no estuvimos de acuerdo fue cuando se dio el debate de las camisetas de Maradona. Yo dije y lo sostengo, que para mí eran pertenencias de Diego y las debía tener él. Capaz eso le puede molestar, pero no voy a cambiar mi pensamiento, y eso no quita que crea que Claudia es una mujer extraordinaria.
–¿Tuvieron alguna charla?
–Sí, el día de la final. Las dos llegamos muy temprano al canal, veníamos casi sin dormir por la ansiedad. Sabíamos perfecto el menú de cada una, pero los nervios estaban presentes y aprovechamos para decirnos: “Qué bueno que pudimos conocernos verdaderamente sin las ex parejas”. Creo que ella no tiene más ganas de que la relacionen con Diego. De hecho, hasta le cuesta nombrarlo y dice: “El papá de mis hijas”.
"‘Qué bueno que pudimos conocernos verdaderamente sin nuestras ex parejas’… Eso nos dijimos con Claudia antes de empezar a grabar la final del programa."
–¿Cuáles son tus planes para 2021? ¿Vas a integrar algún panel en televisión?
–Preferiría no volver al periodismo. Me doy cuenta de que me gustan más los programas que tienen alguna competencia. Quedé en conversar con Telefe, pero creo que seguiré por este camino.
Maquillaje y peinado: Joaquina Espínola