Recetas servidas en jarra para beber al aire libre, en un ritual estival y conjunto.
Por Martín Auzmendi.
El devenir de la coctelería ha entronizado al cóctel como un objeto precioso para elegir, adoptar, y beber solo, en una mística que se construye con una banqueta alta, un hombre y una barra. Un tótem líquido, individual, pagano. Sin embargo, esta mitología oculta parcialmente una amplia tradición de preparaciones para compartir. Los ponches, fríos o calientes, las jarras de Gin tonic, las sangrías ibéricas y hasta las jarras de clericó que se toman frente al mar son parte de una práctica en que la combinación de bebidas alcohólicas y no alcohólicas, frutas, especias y otros elementos aromatizantes logra una combinación estimulante y refrescante. Sobre este olvido parcial, se montó el bastardeo que transformó preparaciones que pueden ser complejas y exquisitas en despojos, fórmulas vacías. ¿Dónde se puede beber en Buenos Aires una sangría con un vino elegido especialmente, brandy o cognac, quizás unas gotas de un buen licor de naranjas o vermouth rosso, canela y pieles de cítricos? ¿Dónde un ponche fresco para refrescar el horno estival? Estas preparaciones, que combinan frutas maceradas con spirits, hierbas y especias para luego sumarles vinos tranquilos o espumantes, son mojones en la historia de la coctelería y comienzan a ser liberadas nuevamente. Quienes han pasado por Bangalore, conocen el éxito de su jarra de Gin tonic, que rescata la fórmula original creada por los ingleses que luchaban en la India colonial. El Pimm’s es otra de las bebidas que recobraron su fuerza: también de origen británico, se toma en muchos casos en jarras que lo combinan con limonada o ginger ale, rodajas de naranja, limón, pepino y menta, para combatir la sed en eventos deportivos o musicales, al aire libre (es la bebida preferida en el Grand Slam de Wimbledon).
Para beber al lado de la pileta, en un parque junto al río (o navegándolo) o en un atardecer en la playa, le pedimos a Facundo Martín, encargado del desarrollo de algunos tragos en jarra para Casa Rica, bartender de ocho7ocho (Thames 878), que nos dé tres fórmulas originales. Claves para refrescar el verano:
Rojo ciruela
Cortar en mitades cinco ciruelas y extraerles el carozo. Machacarlas en el fondo de una jarra de al menos un litro con cinco cucharadas de azúcar. Llenar la jarra con hielo en pedazos. Agregar 150cc de gin, jugo de una lima y completar con jugo de pomelo recién exprimido. Revolver.
Aperitivo de duraznos
Licuar tres duraznos blancos sin cáscara con el contenido de media lata de lychees (los frutos y el líquido) hasta obtener una consistencia líquida espesa. Llenar una jarra de al menos un litro con hielo roto en pedazos. Agregar 125cc de vodka, 25cc de Cynar y completar con la preparación inicial.
Menta y almíbar
Machacar suavemente (no hay que destruir la menta, apenas extraer su perfume) seis ramas de menta con el jugo de dos limones y tres cucharadas de azúcar. Llenar la jarra con hielo en pedazos. Servir dos vasos de shot de almíbar de jengibre*, 150cc de ron y completar con una combinación de jugo de naranja y de maracuyá.
*Para preparar el almíbar de jengibre: calentar en una olla dos partes de agua por una de azúcar. Cuando llega al hervor, mantener al fuego durante un minuto y apagar. Entonces agregar ocho rodajas finas de jengibre fresco sin cáscara. Dejar reposar hasta que enfría, colar y guardar en la heladera, ya listo para usar.
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