Descubren que un delfín prehistórico tragó una lagartija gigante antes de morir
Un hallazgo de larga data salió a la luz en las últimas horas. Científicos descubrieron que un animal marino hambriento que aterrorizó a los océanos hace 240 millones de años fue desenterrado con un lagarto gigante en su vientre.
Un grupo de arqueólogos encontró un fósil de ictiosaurio parecido a un delfín de tiempos prehistóricos. Tras una larga investigación, pudieron descubrir que la criatura desgarró otro gran reptil marino y se lo comió poco antes de morir.
Los expertos dicen que el fósil es un ejemplo de megapredación. Esto es una demostración de cómo las criaturas grandes de la prehistoria se alimentaban de otros animales grandes.
El fósil fue descubierto en 2010 en una cantera en el suroeste de China, pero se convirtió en el centro de un nuevo estudio publicado recientemente en la revista iScience. Los científicos no pueden todavía determinar con certeza si la criatura, parecida a un lagarto, en el estómago del ictiosaurio fue atacada por otras causas. De cualquier manera, lo impresionante resultó ver una criatura de cuatro metros de largo dentro del estómago de otro monstruo de cinco metros.
El coautor de la investigación, Ryosuke Motani, profesor de paleobiología en la Universidad de California, explicó: "Si mirás a todos los reptiles marinos similares que vivieron en la era de los dinosaurios, nunca hemos encontrado algo articulado como esto en el estómago".
"El contenido del estómago de nuestro ictiosaurio no fue grabado por el ácido del estómago, por lo que debe haber muerto poco después de ingerir este alimento. Al principio, simplemente no lo creíamos, pero después de pasar varios años visitando el sitio de excavación y mirando los mismos especímenes, finalmente pudimos entender lo que estábamos viendo", contó.
Otro de los puntos que llamó la atención es que los dientes de los ictiosaurios son bastante desafilados en comparación con otros depredadores de la época, por lo que investigaciones anteriores sugirieron que no eran grandes depredadores.
"Está bastante claro que este animal podría procesar este alimento grande con dientes desafilados", aclaró Motani. A su vez, detalló que a partir de este estudio determinaron que dado el tamaño de la última comida del ictiosaurio, los humanos probablemente no tendrían ninguna posibilidad de sobrevivir si se enfrentaran a la criatura antigua, si todavía estuviera viva.
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