
El Quijote por sus lectores
Cumple 400 años el año próximo, pero luce cada vez más joven y necesario. Aquí, para anticiparse al festejo, seis voces autorizadas revisitan la inagotable novela de Cervantes y acercan consejos para principiantes
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pinaba el escritor italiano Italo Calvino que un clásico es un libro inagotable, una obra que nunca acaba de decirnos todo aquello que tiene que decir. En esa rara y mágica cualidad reside hoy, cuando se cumplen cuatrocientos años de la publicación en Madrid de su primera parte, la vigencia del Quijote. Para conmemorar la efeméride, la Revista ha convocado a un puñado de apasionados lectores de Cervantes para que hablen del espíritu y de las enseñanzas de una de las novelas más leídas de todos los tiempos. Una novela inmortal que el escritor brasileño Machado de Assis calificó como una obra escrita con la pluma del humor y la tinta de la melancolía… Tienen la palabra César A. Molina, Jorge Edwards, Ignacio Arellano, Marcelo Estefanell, Héctor Tizón y Hu Zhencai.
La trama
“Un hidalgo pobre y metódico, que vive en algún lugar de La Mancha que no sabemos cuál es exactamente, lee tantas novelas de caballerías que se le derrite el seso… Se vuelve loco de tanto leer y se mete en la caballería andante en una época en la que ya no hay caballeros andantes, porque la caballería es un oficio que desapareció con la Edad Media… El hombre hace una salida, se unge caballero en unas circunstancias ridículas que él no ve así porque está loco, regresa a su casa y se consigue un escudero, porque dicen los libros que no puede haber un caballero sin escudero.” Jorge Edwards (JE)
“Trata de un señor que comete el pecado de creer que todo lo que lee es cierto. Y como cree que todo lo que lee es cierto, idealiza la novelas de caballeros… Idealiza el oficio de caballero y se empeña en creer que, imitando esos libros, va a salvar el mundo.” Marcelo Estefanell (ME)
“Es la historia de un caballero que se pasa las noches en vela leyendo libros de caballería, que por entonces eran libros de difusión tan popular como ahora lo serían, tal vez, las novelas policiales. Y, en base a ellas, trata de convencerse de que la realidad es la que describían esos libros, y no la que lo circunda.” Héctor Tizón (HT)
“Hidalgo y escudero hacen muchas aventuras: salen, regresan, vuelven a salir, y en el camino les pasan cosas absolutamente fantásticas… Don Quijote cae a la famosa cueva de Montesinos, que está por ahí en La Mancha, cerca de las Lagunas de Ruidera, y ve el paso de la Edad Media en un desfile mágico… Y después no se sabe si lo soñó, lo vio, lo inventó… Pero él igual pide que le crean. Al tiempo, los dos protagonistas llegan a casa de unos duques que les hacen unas bromas bastante crueles; siguen camino hasta Barcelona y, finalmente, Don Quijote muere… Cerca de la muerte, el hidalgo se ha puesto cuerdo, y vuelve a ser aquel hidalgo de campo que era antes. En cambio, Sancho Panza llora mucho; porque se ha contagiado de las lecturas de su amo, y sigue muy entusiasmado con las aventuras: quiere seguir acompañando a su caballero andante por el mundo.” (JE)
Los protagonistas
“Me parece que Don Quijote y Sancho son la misma persona, que a veces está encarnada en uno, y otras veces en el otro… Los dos se complementan a la perfección: uno aparentemente loco, que sueña, o que delira; y el otro aparentemente zafio, pero que comprende profundamente a su señor. Y que de pronto se hace partícipe activo de los propios desvaríos de su amo.” (HT)
“Don Quijote es la capacidad de creer siguiendo una lógica de buenas intenciones… Su aprendizaje surge a través de los libros. Si algo lo leyó, es cierto y existe; si algo no lo leyó, no existe. En cambio Sancho, que también persigue su sueño, el sueño de la ínsula famosa, parte siempre de la realidad cotidiana.” (ME)
“Los dos protagonistas se suelen contraponer, pero se parecen bastante. De Don Quijote ya se han dicho algunas cosas; de Sancho se suele decir que es práctico, materialista, buen comedor. Pero ¿qué hombre práctico puede acompañar al loco del hidalgo? Para servir a Don Quijote con fidelidad hay que compartir algo de su locura. Y buen comedor lo es, pero casi nunca puede comer a su gusto. Lo dos son, pues, héroes. Y nada tontos: algo locos, sí, pero quitando a Don Quijote de su manía es sumamente discreto; y Sancho deja muy mal parados a quienes se burlan de él demostrando que es un excelente gobernador.” Ignacio Arellano (IA)
“Don Quijote es alto, seco. Enteco. Sancho es gordo, rojo… Son dos contrastes físicos, pero también mentales, morales.” (JE)
“Don Quijote, tan honesto e inocente como un bebe, odia lo malo y ama lo bueno, y todo lo que dice y hace depende sinceramente de su propia conciencia. Ahora el mundo está repleto de personas inteligentes y astutas, pero queremos más donquijotes, aunque él sea loco y tonto.” Hu Zhencai (HZ)
Los secundarios
“Muchos de los amigos directos del Quijote, como el cura y el barbero, quedan muy ridículos en la novela. Representan aparentemente lo cuerdo y lo correcto en la vida, pero se comportan en realidad como unos completos zopencos. E incluso cometen locuras peores que las de Don Quijote: como aquellos que se disfrazan de mujeres para engañar al Quijote.” (ME)
“Hay algunos personajes que son medio antipáticos: el bachiller o el cura, y sus amigos del vecindario, me parecen un poco insistentes y un poco intrusos… Hay un campesino que recoge a Don Quijote y lo lleva a su pueblo, después de que el caballero haya sufrido una pateadura, que es muy buen personaje… No, buenos personajes aparecen a cada rato: algunos de los caballeros que se encuentran con Don Quijote y también gente del campo, popular. Hay incluso delincuentes simpáticos.” (JE)
“Hombre, a mí me gustaría recordar a ese mozo de campo y plaza que se menciona en las primeras líneas de la novela y ya no vuelve a salir. ¿Qué vida habrá llevado y qué tendría Cervantes contra él para olvidarlo tan completamente?” Ignacio Arellano (IA)
El narrador
“Lo mejor del Quijote es el tono del narrador: un narrador que toma distancia, que se ríe, que hace muchas bromas con el lector, que se inventa otros narradores. Es un narrador que pretende hacernos creer que no conoce bien el lugar donde nació su personaje, que no sabe bien ni siquiera su nombre, porque le da varios nombres: según algunos, dice, se llamaba así; según otros, se llamaba asá… Es un narrador que juega con las relaciones entre la realidad y la ficción, entre la fantasía y lo objetivo… Y es un escritor muy humano y muy cercano.” (JE)
Modernidad e innovación
“Casi todos los recursos de la novela moderna ya están creados en el Quijote: la superposición de la ficción con el mundo real entre comillas, el sentido del tiempo en el que transcurre la novela, la forma del relato (quién relata la novela), el hecho de que personajes de la novela que aparecen en la primera parte aparezcan también en la segunda diciendo que han leído un libro que se llama El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha. El hecho de que Cervantes se aproveche de un álter ego como Cide Hamete para endilgarle la autoría… Todo eso son recursos que después las grandes novelas han ido recogiendo y recreando, pero que ya están expresamente utilizados en este libro”. (HT)
“La primera vez que la leí quedé impactado: yo, que soy de la generación del boom de la literatura latinoamericana –García Márquez, Vargas Llosa, Cortázar– encontré que la primera novela moderna ya estaba prefigurada 370 años antes.” (ME)
“El Quijote es contemporáneo. Este mismo año se vuelve a publicar numerosas veces.” (IA) Û
“En el Quijote están prácticamente todos los géneros literarios. Y conseguir eso era difícil de imaginar en el siglo en el que fue escrita la obra. Eso es lo que, de alguna manera, hizo más tarde James Joyce con el Ulises, metiéndole dentro todos los géneros y añadiéndole ese diálogo interior que también está en el Quijote… Hay en el libro una modernidad permanente que trasciende todos los tiempos. Su manera de narrar lo hace contemporáneo. Y es además una obra que nunca se acaba de leer. Una obra que, independientemente del momento en que se lea, siempre sigue siendo contemporánea.” César Molina (CM)
“Cervantes es el padre de la novela moderna en el mundo. En el Quijote, Cervantes trata la verdad con imaginación, la seriedad con humor, la exactitud con exageración. Luego está su sistema de cajas chinas: una historia contiene otra historia y ésta a otra y así… Por otra parte, está la intervención personal del autor en la novela, entre otras audacias. Todos estos recursos son usados todavía por los escritores contemporáneos.” (HZ)
Espíritu y valores
“El Quijote tiene una cierta cosa lúdica, pero también es una obra de meditación. Una obra casi senequista. Es decir, aquella en la que al final el protagonista se conforma con lo que es, con lo que ha podido ser, y renuncia a todas las aventuras.” (CM)
“Es el choque del espíritu con lo terrestre, con el sentido común.” (JE)
“El Quijote plantea un problema eterno y universal: el conflicto entre lo ideal y lo real.” (HZ)
“Don Quijote es un loco, y por eso estropea todo lo que toca, porque lo hace sin sensatez. Pero a diferencia de muchos políticos, ideólogos y dirigentes actuales, Don Quijote actúa siempre con buena intención, y si fracasa siempre, no siempre es por su culpa. Sancho es otro héroe. Y los dos sienten curiosidad por el mundo y gustan de las aventuras. Y todo eso quiere decir que el Quijote se basa en la dignidad y en la libertad. Y por esas cosas y otras semejantes Don Quijote está dispuesto a luchar con quien sea: este espíritu de lucha para defender las cosas en que cree es el espíritu del Quijote.” (IA)
“Hay una identidad del lector con alguien que aparece vencido, con alguien que quiere cambiar el mundo y le resulta imposible.” (CM)
“Como la humanidad aspira a la luminosidad y rechaza la oscuridad, Don Quijote siempre castiga la maldad y propaga la bondad. Eso coincide con la mentalidad de la mayoría de la gente, y por eso la novela tiene una significación universal.” (HZ)
Vigencia
“La clave del éxito del Quijote es la misma que la del éxito atemporal de todas las grandes obras maestras: su capacidad de sobrevivir a los cambios circunstanciales, porque va más allá de ellos y apela a cuestiones que siguen pareciendo esenciales: la ilusión, la aventura, el fracaso, la lucha contra las injusticias, el error en el juicio de las cosas y los hombres, la amistad y la generosidad.” (IA)
“Si yo leo un libro humorístico antiguo, generalmente no me río. El humor antiguo ya no sigue funcionando... En cambio, hay momentos del diálogo entre el Quijote y Sancho en los que uno se ríe… Se ríe espontáneamente, a carcajadas, porque las salidas de Sancho son muy divertidas. Y el contraste entre los personajes es divertido, tiene actualidad, tiene vigencia… Creo que es el contraste entre el tipo que no ve bien la realidad frente al que la ve. Y ése es un tema de hoy.” (JE)
“Me parece que ese espíritu de la novela de Cervantes estará vigente siempre. La pregunta es en quiénes: ¿estará vigente sólo en los Quijotes de hoy, es decir, en gente loca o considerada como tal? Hoy y siempre hay gente dispuesta a salir a luchar para detener las injusticias, enderezar tuertos y defender a los necesitados. Pero es cierto que también ha habido y hay, especialmente en nuestra época, muchos que no tienen ni entienden ese espíritu: y es que Don Quijote era un individuo muy peligroso y muy poco dialogante, que enseguida echaba mano de lanza y espada… se hubiera llevado muy mal con la ONU.” (IA)
En suma
“Es una historia profunda sobre la aventura del espíritu humano. Y el libro con más sentido universal que se ha escrito hasta la fecha.” (HT)
“Como lector, diría sólo que es un libro maravillosamente entretenido, lleno de personajes, aventuras y palabras inolvidables, serio y cómico a la vez, trágico y risible, i-nol-vi-da-ble.” (IA)
Agradecimiento: Sra. Marta Rolón de Roncetti-Biblioteca Popular de Azul “B. J. Ronco”.
Para saber más:
www.donquijotedelamancha2005.com
Los lectores
Jorge Edwards (Santiago, Chile, 1931) Escritor, premio Cervantes 1999
Llegó al Quijote a través de la lectura que hicieron del clásico ilustres escritores, como Miguel de Unamuno y Vladimir Nabokov. Reivindica el genio de Cervantes y desmiente la idea de que Don Quijote es una criatura que supera a su autor. "Cervantes es un gran humanista, y todos estos personajes que inventó son proyecciones suyas", afirma.
Ignacio Arellano (Corella, Navarra, 1956) Cervantista y director del Grupo Investigación Siglo de Oro, vinculado a la Universidad de Navarra, España
Cuando tenía diez años, una tía le regaló su primer Quijote, un volumen con ilustraciones de Gustave Doré que aún conserva. Previene a los futuros lectores sobre los propagandistas modernos, esos que, sin haber leído a los clásicos, dicen que éstos son "aburridos y difíciles".
Hu Zhencai (Xian, China, 1950) Editor de las Obras Completas de Cervantes en chino
Se encandiló con las andanzas Don Quijote en los años setenta, cuando empezó a estudiar español en la universidad. Cuenta que en China existen dieciocho ediciones de la novela más exitosa escrita en lengua castellana. Está convencido de que "esta sociedad de aspiraciones materiales en la que vivimos necesita más héroes idealistas como el Quijote".
Héctor Tizón (Yala, Jujuy, 1929) Escritor, juez, periodista y diplomático
Incursionó por primera vez en la historia de Alonso Quijano a través de una edición resumida que, ahora recuerda, "tenía ilustraciones de color sepia". Fue durante una convalecencia, a los catorce o quince años. "Y realmente no pude dejar de leerlo hasta que llegué a la última página…", rememora.
César A. Molina (A Coruña, España, 1952) Periodista y director del Instituto Cervantes
Su admiración por el Quijote nació durante sus años escolares, de la mano de las lecturas que imponían las clases de literatura. Releyó la novela en la universidad, y asegura que desde entonces no ha habido año en el que no haya hecho una relectura al menos parcial. "El Quijote es un libro sabio: lo abras por donde lo abras, siempre te va a decir algo", señala.
Marcelo Estefanell (Paysandú, Uruguay, 1951) Editor gráfico y escritor
Descubrió al famoso hidalgo en la cárcel, mientras cumplía condena por su militancia en el grupo Tupamaros. Maravillado por el espíritu de la obra, en 2003 cometió el "atrevimiento" de retomar el personaje en su libro Don Quijote a la cancha. Y reincidió este año con una secuela. "Cervantes relató, sin querer, lo que todos llevamos adentro", dice.
Cervantes, entre las armas y las letras
Aunque no escasean los datos documentales que permiten trazar la biografía de Cervantes, es tal el interés que siempre ha despertado todo lo referente al gran escritor que se ha derrochado mucho ingenio y mucha fantasía para llenar las lagunas de información cierta y fehaciente”. Como advierte Martín de Riquer en una de las ediciones canónicas más recomendables del Quijote, la vida del más universal de los autores en lengua castellana bien podría componer un trepidante novelón de aventuras. Nacido en Alcalá de Henares, en el seno de una familia acostumbrada a las estrecheces económicas, Miguel de Cervantes y Saavedra (1547-1616) pretendió hacer carrera militar antes de decidirse finalmente por el oficio de las letras. Como soldado, guerreó en la famosa batalla de Lepanto, en 1571. La mala fortuna quiso que, mientras regresaba por barco a España, el madrileño fuera apresado por piratas turcos y conducido como prisionero a Argel. Allí permaneció cautivo durante cinco años, hasta que el pago de varios rescates hizo posible su liberación. De vuelta en España, a partir de 1587 trabajó como “comisario de provisiones” de la Armada Invencible (ocupación de la cual no salió demasiado bien parado, ya que su aparente ineptitud para los números le acarreó más de una noche en prisión). Entretanto, hacía ya tiempo que el escritor venía velando sus armas literarias. Pero las mieles del éxito terminaron llegándole sólo con la publicación, en 1605, de la primera parte del Quijote. Según cuenta Martín de Riquer, el 10 de junio de ese año, durante la celebración de los festejos por el nacimiento del príncipe don Felipe (el futuro rey Felipe IV), se organizó en Valladolid un espectáculo en el que figuraban dos personajes disfrazados de Don Quijote y Sancho. Habían pasado tan sólo unos meses desde la publicación de El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha, y sus protagonistas ya eran famosos. Como lo siguen siendo 400 años después. Miguel de Cervantes murió en Madrid, el 22 de abril de 1616.
Consejos para principiantes
- “La peor actitud que se puede tener antes de abordar el Quijote es el temor reverencial. El Quijote ha sido escrito no para eruditos, sino para los millones de lectores que el libro viene teniendo desde que se editó hasta ahora: ha sido escrito para la gente común.” Héctor Tizón
- “El único consejo que se puede dar es que lo abran y empiecen a leerlo. Si una vez empezado no les interesa, menos me van a creer a mí que a Cervantes. Pero creo que si un lector lo empieza no lo dejará. Si es algo vago, puede saltarse sin miedo algunas novelas intercaladas y seguir de cerca a Don Quijote y Sancho. Merecerá la pena.” Ignacio Arellano
- “La única forma de que uno se convenza de la excelencia del Quijote es leyendo. O escuchando su lectura. Es lo que traté yo de hacer casi siempre con mis nietos. Para los niños, hoy en día, darles un libro es una especie de agravio personal… Y sin embargo, cuando uno les relata oralmente una historia como la del Quijote, ellos piden siempre saber más.” (HT)
- “Lea, amigo, el Quijote. En esta sociedad de aspiraciones materiales, necesitamos más héroes idealistas como Don Quijote.” Hu Zhencai
Ediciones curiosas de un clásico
Amberes, 1697
Publicada en Bélgica por Enrico y Cornelio Verdussen, esta edición fue ilustrada con 32 estampas
Madrid, 1765
Cuatro tomos editados “en la oficina de D. Manuel Martín y a sus expensas”, ilustrada con 44 estampas
París, 1841
La edición, a cargo de la Librería Europea Baudry, posee un facsímil de un autógrafo de Cervantes
Amsterdam, 1768
Versión en francés, editada en seis tomos encuadernados en cuero y con 32 láminas
Londres, 1900
Editada por John Lane, la obra está abreviada por Judge Parry y lleva ilustraciones de Walter Crane
París, 1920
Con el título “Don Quijote para la juventud" los Hnos.Garnier editaron una adaptación de la novela
Nueva York, 1922
Una edición para niños hecha por John Lane, abreviada por Judge Parry e ilustrada por Walter Crane






