Esas imágenes que son un tesoro
La historia fotográfica definitiva de los Rolling Stones, en un libro realizado en conjunto con ellos. El editor Reuel Golden habla del desafío de sumergirse en sus archivos
Con ese aire volátil, tirando al desequilibrio y el tropiezo, enfundados en una estética de rebeldía y provocación, pocos hubieran apostado a comienzos de los ‘60 que los Rolling Stones superarían el medio siglo de vida. Mientras las estrellas de la época elegían cambiarse el nombre y arreglarse los dientes, ellos –tacones, delineador de ojos, encanto y extravagancia– se dedicaron a desarrollar su extraordinaria presencia escénica al tiempo que empezaron a crear, sin prisa, sin pausa, sin caer en contradicciones y mucho antes de que el mundo los tomara seriamente en cuenta, la imagen única del mito en el que se terminaron convirtiendo. "A los padres no les agradan los Rolling Stones. No quieren que sus hijas se casen con ellos. No son del tipo de gente que se lave las manos antes de comer", decían los diarios conservadores ingleses por 1964. Pero a pesar (o no tanto) de ese modo desaliñado y obsceno de moverse por el escenario hoy son la banda más importante, constante y longeva de la historia del rock. Por muchísimo menos, artistas jóvenes de géneros musicales más castos han derrapado con sus carreras, hundidos en el lodo del escándalo barato por sus papelones sobre el escenario.
"A medida que pasaban los años, el registro fotográfico de los Stones se fue haciendo casi tan significativo como el fonográfico", dijo el crítico y escritor Luc Sante. Sobre la base de esta afirmación es que la editorial alemana Taschen decidió producir el libro The Rolling Stones. Son más de 500 páginas de fotografías, muchas de ellas inéditas, rastreadas por archivos de medio mundo, trabajado artesanalmente en formato XXL, creado en colaboración con la banda y lanzado en tres ediciones específicas: una comercial, que ya se vende en librerías argentinas; una Collect Edition de 1600 ejemplares, cada uno de ellos firmado -se pueden encargar- por los miembros del grupo, que vale 5000 dólares; y una Art Edition, también autografiada, en caja de madera, con una foto aparte enmarcada y un precio que no baja de los 10 mil dólares. Verdadero tesoro para los amantes de sus satánicas majestades y del arte, el resultado es, según Jagger, Richards, Watts y Wood, su historia fotográfica definitiva. Pero es también un homenaje a las varias generaciones de fotógrafos que ayudaron a inmortalizarlos desde los convulsos ‘60 hasta estos días de arrugas indefectibles y certeras y que lograron darle un lugar en la historia a la cultura del rock and roll.
LA BÚSQUEDA
La desmedida misión de bucear en centenares de bancos de imágenes estuvo en manos del inglés Reuel Golden. El prestigioso editor fotográfico le cuenta a la nacion revista desde su casa en Nueva York: "Un amigo mutuo de Mick Jagger y Benedikt Taschen los presentó. El libro surgió de una serie de encuentros sucesivos que se fueron dando entre ellos. Es una especie de testamento natural de nuestra reputación como editores que los Rolling hayan confiado en nosotros para producirlo".
¿Cómo fue el trabajo de selección?
Entre idas y vueltas pasamos 18 meses buscando el material. Visitamos archivos en Los Angeles, Alemania, Dinamarca, Francia... Además, los Rolling nos dieron libre acceso a los suyos propios, en Londres y Nueva York. De las varias de cientos de miles de fotografías que debemos haber visto hicimos una selección inicial de alrededor de 10.000, que luego se achicó a 3000, de las que quedaron las 500 que terminaron conformando el libro.
En conjunto, ¿cree que las fotos muestran una linealidad en la esencia y la estética stone a lo largo de estas cinco décadas? Me refiero a si el mensaje que el grupo quiso dar desde la imagen fue consistente a través del tiempo.
Los Rolling fue la primer banda que supo reconocer el enorme poder de la fotografía y qué importante era ésta para promover y mantener una imagen, lo que hoy en día llamaríamos una marca. Si te vestís bien y tenés un cabello estupendo y cierta fanfarronería, entonces disfrutás siendo fotografiado. Esto fue así en el caso de los Stones. Si confiaban en el fotógrafo, el fotógrafo se volvía parte de su círculo, un amigo, un confidente, pero también alguien que seguía manteniendo un rol específico. Antes de los Rolling, los músicos no se preocupaban realmente por la fotografía ni respetaban lo que se lograba con ella. Ahora bien, en una brecha de 50 años es inevitable que la banda haya evolucionado, que haya pasado por diferentes etapas y por supuesto, que haya madurado y envejecido. Lo que sí perdura es que a pesar de la fama loca, la adulación y el dinero todavía se note autenticidad en ellos. Los chicos vivieron, amaron, se entregaron, escribieron e interpretaron muchísimas canciones increíbles. Estas fotografías son la evidencia de lo que significó haber sido un rock and roller a los veinte, a los treinta, a los cuarenta y así hasta ya pasados los setenta.
¿Su imagen se construyó cuidadosamente desde el marketing o la fueron encontrando en el camino?
Su manager en los primeros tiempos, Andrew Loog Oldham, fue fundamental porque es quien les construyó esa reputación de chicos malos. Y ellos también pusieron su parte. Tenían el instinto, el gusto y la estética para ello. Además de algo que suele pasarse por alto: eran muy disciplinados y estaban muy enfocados en cada aspecto de sus carreras, algo que hoy sigue siendo así.
¿Cuánto de mito y cuánto de verdad hay en la rebeldía y el desaliño que transmitieron desde su estética?
Rebelarse y no conformarse ha sido siempre el motor del rock & roll y los Rolling son parte de esa tradición. No creo que sea un mito o algo ideado, sino algo que viene desde adentro. Es importante analizar a la banda en el contexto histórico social de su época. La de la Inglaterra de los ’50 era todavía una sociedad conservadora que aún no se recuperaba de la Segunda Guerra Mundial. Los ‘60 llegaron con una nueva actitud, de la mano de una generación de chicos que básicamente querían ser creativos, divertirse y cambiar las cosas: el escenario perfecto para los Stones. Pero cuidado, la rebelión y la postura te pueden llevar lejos, pueden hacer que los demás te noten, pero no sirven para mantener una carrera musical por demasiado tiempo. Ellos tenían el carácter, pero también el talento y la versatilidad para ser influenciados por distintos estilos musicales, para poner su toque personal a un género y para ir evolucionando musicalmente.
Usted tuvo un par de encuentros con ellos. ¿Encontró algo de aquellos chicos con fama de meterse en problemas que históricamente han mostrado en imágenes?
El motivo por el que los Stones fueran fotografiados tan bien y que hizo que este libro sea tan interesante es que son precisamente una banda dentro de la cual siempre hay alguna dinámica diferente. Mientras un miembro puede estar o parecer aburrido, el otro puede mostrarse más comprometido o más enojado. Chicos malos que tomados individualmente hasta son vulnerables. Entre ellos hay tensión, cariño, indiferencia, cada uno tiene sus días buenos y malos. Mostrarlos fue como mostrar un álbum familiar.
Se formaron en los días de gloria de la fotografía. ¿Piensa que si hubieran contado entonces con recursos como Instagram o YouTube habrían logrado la misma fama y mantenido el mismo perfil estético?
Eso es difícil de contestar, pero para nuestra buena fortuna se desarrollaron justo cuando la fotografía ganaba importancia como una forma legítima y creíble de arte por derecho propio. Tanto ellos como los fotógrafos talentosos que los rodeaban tenían hambre de dejar su propia huella.
Detrás de cámara
El libro, prologado por Bill Clinton, refleja los trabajos de más de sesenta profesionales, incluyendo el de cinco fotógrafos fundamentales en distintos momentos de carrera del grupo: Gered Mankovitz estuvo con ellos entre 1964 y 1966, los años clave en los que se convirtieron en superestrellas internacionales; David Baile, uno de los más grandes retratistas de todos los tiempos y gran amigo de Jagger, los captó en sus comienzos y en 1968, cuando lanzaron Jumpin Jack Flash; Ethan Russell fue quien expuso la vida turbulenta que llevaban on the road, durante sus tours legendarios de 1969 y 1972; Dominique Tarle les tomó las bellas imágenes en el sur de Francia mientras grababan Exile on Main Street; y Anton Corbjin logró los sofisticados retratos de los Stones de las últimas dos décadas, en los que se ven como viejos estadistas del rock, pero con el poder de fuego y la alegría en la imagen todavía intactas.
Conciertos, ensayos, fans, backstages, viajes, momentos íntimos y sesiones memorables entre las que se encuentran la famosa foto de Jagger conduciendo con un leopardo como copiloto, o con el rostro cubierto por un vaporoso pañuelo de seda, emulando a Katherine Hepburn en La reina de África y que terminó siendo portada del disco Goats Head Soup, de 1973. O la de Keith Richards junto a un letrero que dice: Paciencia. Una América libre de drogas viene primero.
¿Cómo, entre miles de imágenes, se decidieron por esa tapa?
Elegir una foto de portada es siempre un desafío, por varios motivos. Desde el punto de vista técnico tiene que tener alta calidad. En este caso, además, tenía que estar en formato cuadrado y no demasiado atestada así quedaba espacio para los títulos. La que pusimos es de un descarte de una sesión de fotos muy famosa que hizo Gered Mankowitz en Londres para la tapa del álbum Between the Buttons. La banda parece peligrosa, sexy y cool, hay contacto visual directo, y es muy representativa del Swinging London de los ‘60. Mankowitz trabajó muchos años con ellos y se nota en la imagen que había una dinámica mutua real. Esta foto parece haber cumplido todos los requisitos y es la única que fue seriamente considerada para la tapa del libro.
¿Debería tener este libro alguien que es fan de los Rolling pero no entiende sobre arte? ¿O arriesga a que detalles absolutamente fundamentales se escapen de su percepción?
Es un libro para ser disfrutado por los fans y también por los amantes de la gran fotografía. No creo que deban entender cada foto, pero sí los van a atrapar de inmediato.
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