Francesca Gnecchi
¿Quién es? Licenciada en Periodismo, profesora universitaria y fundadora de Erotique Pink.
¿Qué hizo? Puso en marcha la primera boutique erótica pensada para la mujer, en la que además se brindan talleres con sexólogos.
¿Cómo lo hizo? A los pocos días de cumplir 18 años, Francesca Gnecchi (nombre de fantasía que utiliza para potenciar todo el universo erótico que promueve)le pidió a su madre ginecóloga que la acompañara a visitar un sex shop, que estaba estratégicamente ubicado en la oscuridad de una galería de la avenida Cabildo. Se sentía muy intrigada por todo ese universo que solo había visto en las películas. Juntas hicieron el recorrido más de una vez, lo que terminó convirtiéndose en diferentes lecciones de sexualidad.
Erotique Pink es licenciataria exclusiva en Argentina de las películas creadas por Erika Lust, la directora que está cambiando la forma de ver porno.
Años más tarde, ya graduada como licenciada en Periodismo, transformó esa curiosidad inicial en un interés permanente por todo lo que rodea el erotismo. "No fue muy difícil darme cuenta de que la industria del porno y todo lo relacionado con los productos de placer sexual plantea que el único que puede disfrutar es el hombre", explica Francesca en su boutique del barrio de Palermo, y agrega: "El placer sexual femenino, en general, está construido desde el miedo, desde el secreto y lo prohibido".
En gran medida esa búsqueda tomó forma profesional cuando hizo un diplomado en Sexualidad Humana en una universidad chilena y con la puesta en marcha de la primera plataforma de comercio electrónico de venta de productos eróticos exclusivos para la mujer. "Hay todo un mundo para desarrollar en esta categoría donde la mujer puede consultar libremente y sentirse contenida en sus demandas y deseos. De alguna manera venimos a cubrir todo ese gran espacio del medio que queda entre la comunicación científica sobre salud sexual y la incomunicación que hay hacia la mujer en temas de servicios y productos para su sexualidad".
Erotique Pink nació en 2017 como e-commerce con una inversión inicial de $100.000 y en 2018 abrió su local en Palermo, en el que se atiende con cita para mantener la privacidad de las clientas. Su facturación anual es de $500.000 y desde la configuración de la tienda, como la atención personalizada, intenta ser un espacio para que la mujer se sienta cómoda. En conjunto con la Sociedad Argentina de Sexualidad se brindan charlas y talleres con sexólogos o invitados especiales. En el local también ofrecen un espacio de consulta para mujeres que sufrieron de cáncer y tienen problemas para disfrutar su sexualidad plenamente.
Además, la gama de servicios y productos de la boutique cuenta con una curaduría de diseñadores de lencería. "Trabajamos con una diseñadora argentina de indumentaria, con quien asesoramos a nuestras clientas para que también sean innovadoras en el uso de ropa interior más desafiante y creativa. Y la clave, acá, es que no tenemos límites de talles, hacemos las prendas para todos los tamaños porque gran parte de nuestra filosofía tiene que ver con quebrar muchos pruritos sobre quién puede y quién no usar prendas sensuales de lencería", apunta Francesca.
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