
La columna del asador
Para aquellos a los que les guste prender el fuego y deleitarse con todo lo que se cocine allí deben tener además de su parrilla, una plancha de hierro pesado (de
8 mm de espesor, como mínimo). Pueden comprarla en un bazar o solicitar en una herrería un cuadrado de 40 cm. Hay distintas variedades: lisas de un lado y acanaladas del otro, las teflonadas o las de un material símil cerámica.
Las primeras planchas parrillas eran piedras que se calentaban para cocinar galletas, verduras y carnes. En especial, les recomiendo una para utilizar sobre las brasas. Haga un fuego con leña dura (por ejemplo, quebracho) y cuando tenga brasas, bien encendidas, distribúyalas en forma pareja. Después coloque a los costados dos ladrillos para hacer de base para la plancha. Esto favorecerá la cocción, ya que correrá mejor el aire por debajo y así no se apagará tan rápido el carbón. Cocine allí todo tipo de salteados con pollo, cerdo, arroz o verduras.
La temperatura de la plancha debe ser bien alta para dorar rápidamente cualquier alimento. Puede ayudarse con dos espátulas anchas (son ideales las de pintor con mango de madera). Le aseguro que será la mezcla perfecta entre un gaucho y un oriental de esos que utilizan dos cuchillas velocísimas. Filetes de cualquier pescado; vuelta y vuelta, jugo de limón; salsa de soja; sal y pimienta: ¿quién puede resistirse?
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Perdió al amor de su vida y encontró fuerza en el deseo que compartían: “Lo soñamos juntos pero me tocó a mí llevarlo adelante”
3Entre bodas arregladas y risas junto a moribundos, lucha por la libertad: “Una mujer con identidad puede defenderse de la violencia”
4Acudió a un alerta por una perra consumida por la sarna pero unos ojos oscuros que imploraban ayuda cambiaron sus planes: “No lo pude dejar”




