Pronóstico del tiempo: la derrota del dragón
Escenas del capitulo anterior
La ciudad fue atacada por las tropas del norte. El Dragón lanzó sus bocanadas de fuego convirtiendo a Buenos Aires en una verdadera embajada del infierno. Desde las trincheras, solo se veía al horizonte deformado por la acción del aire caliente. Casi sin oxígeno, la resistencia tuvo que replegarse, mientras sus suelas se derretían al contacto con el pavimento. “El piso es lava”, gritaba la bestia de fuego burlándose de la retirada del ejercito local. Mientras, en un sótano, se preparaba el más brutal contraataque: una contraofensiva que permitiera la recuperación de la ciudad e infringiera una derrota casi definitiva al calor. El plan era ambicioso, no solo se trataba de repeler al Dragón, sino de traer de vuelta al frío en pleno enero. El coloso de fuego se retiraba con sus fauces humeantes sin sospechar la emboscada que le esperaba. Si la novedosa arma funcionaba y el plan era ejecutado a la perfección, el calor sería erradicado del estuario por más de una semana. Pero el combate sería duro, y las tormentas y la actividad eléctrica darían cuenta del fragor de la batalla.
Jueves: el calor baja un cambio
Si bien la ciudad todavía se encuentra bajo el dominio de las altas temperaturas, hoy no sufriremos registros extremos. Bienvenidos a una jornada donde el calor aprieta, pero no ahorca. Comienzan a poblarse de nubosidad el cielo porteño con el claro objetivo de anular al Sol. El termómetro marcará 31°C a la tarde, con amenaza de algunos chaparrones aislados desde el atardecer hasta el final del día. Los insurgentes pueden dar el primer golpe con algunas tormentas, dando aviso al ejercito veraniego de que ya no tienen el completo control de la ciudad.
Viernes: chaparrones al amanecer
Desde las primeras horas de la madrugada hasta media mañana se pueden esperar algunas tormentas intermitentes. La mínima de 22°C avisa que la contraofensiva está en marcha. El Dragón bancará la parada con una victoria pírrica que ya no le deje resto. La máxima escalará hasta 30°C, la tarde exhibirá pasajes soleados y la noche transcurrirá sin estridencias, con 25°C, lo que hará pensar que la rebelión fue sofocada. Pobre Dragón, la que le espera.
Sábado: la batalla por Buenos Aires
Llega el día D. Desde muy temprano, empieza la recuperación de la ciudad con el desembarco de un potente frente frío. El Sol es el primero en rendirse, apagándose por completo tras ser rodeado por una tropa de elite de frondosos nubarrones que no le dejan otra opción. Las ráfagas frías recuperan las calles de la ciudad y el calor se repliega con una máxima estimada de 27°C. Hacia la tarde, comienza la batalla final, que llevará casi veinte horas de combate meteorológico. Algunos informes de inteligencia señalan la capitulación hacia la noche del sábado, otros agentes consignan que los combates pueden hacerse extensivos hasta el mediodía del domingo. El Dragón peleará hasta el final en un verdadero escenario de furia atmosférica.
Domingo: en tu cara, verano
El potente viento frío ya acabó con todo vestigio veraniego en la ciudad. El domingo se toma revancha de su pasada edición; y de mostrar un calor sofocante, pasará a un escenario de ráfagas frescas. El Sol seguirá encarcelado y el termómetro marcará solo 26°C vespertinos, todo un grito de liberación. Las tropas del Yeti recorrerán las calles saludadas desde los balcones por aquellos que puedan resistir a la ola de calor. Bajo el grito de “Liberté, Égalité, Inviernité”, se acabará la invasión y la ciudad recuperará su libertad. Los porteños se fundirán en un abrazo de gaulle (de gol).
Spoiler alert
“La única lucha que se pierde es la que se abandona”, dirá un comandante de la revolución térmica. Las tropas del frío mantendrán lejos al calor con sus ráfagas heladas y sus tormentas intermitentes. No habrá descenso de aire caliente en toda la semana y el mercurio podría no tocar los 30°C por bastante tiempo.
Eso es todo amigos. Después de cocinarnos a la tarde y de no poder dormir por la noche, el #TeamInvierno tendrá su revancha a partir del fin de semana. En una suerte de Yin Yang térmico, nos iremos de un extremo a otro. El verano ya tuvo su demostración de fuerza con una corto evento de calor extremo que ni siquiera puede compararse a las ediciones pasadas: la ciudad supo de olas de calor mucho más hostiles y extensas. Todavía seguimos expuestos al peligro y, si el Dragón se decide a mostrarles su verdadero poder, solo espero que Dios los encuentre confesados.
Hasta la semana que viene.
@JopoAngeli
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