La divina comedia de Gloria
Se la conoció, hace tiempo, como la Madonna argentina. Ahora, la cantante y actriz volvió con todo: un disco, un papel en Culpables y una obra de teatro
Divina está en la gloria. Con un disquito -no es una falta de respeto, sino que el CD es realmente pequeño, de tres pulgadas- recién salido del horno; con el inminente estreno (el próximo fin de semana) de la versión femenina de Extraña pareja, en el teatro Lola Membrives; con la noche de los jueves dedicada a los standars de jazz en Niceto y con una participación -chiquita y jugosa- en Culpables. A pesar de ello, Divina Gloria todavía encuentra tiempo para aburrirse. Lo dice y ríe; tampoco ella lo cree. Es que además está Lenny, su bebé de casi un año que la espera en cada intervalo de sus múltiples actividades; un novio; una vida...
Lejos de estar agotada, mufada o estresada, Divina considera que está en su mejor momento. Ese es el tipo de vida que le gusta:a mil, con una cosa detrás de otra, sin tener la obligación de "inventarse" algo para llenar la agenda.
Divina elige recibir a VIA LIBRE en la oficina de su representante, que se ubica dos pisos más arriba de su propia casa en el corazón del barrio de Once. La puerta de su departamento se abre lo justo y necesario como para que Divina salga al pasillo; la pequeña abertura deja ver decenas y decenas de juguetes en el alfombrado piso del living. "Soñé un hijo, pero el sueño era otra cosa. Esto es mucho trabajo y nadie me avisó que fuera así. Además yo no curtí tanto bebito, siempre fui una tía pop con mis sobrinos, pero era por un ratito. Tiempo completo te mata...., pero soy feliz", resume Divina, convertida en toda una idische mame con León, su bebe al que llama Lenny: "Le podría haber puesto Lenny, pero León es más fuerte". Otro bebe más pequeño es su último disco ultrapop, Lo divino y lo dorado , un simple con dos temas que integra la serie de CD que sacó hace menos de un mes el sello Frágil Discos.
Habla muy rápido, casi sin respirar y con frases que suenan cortitas. "El disco sale de un deseo muy fuerte de Leo García de hacer una versión nueva de Mil kilómetros de amor (el segundo corte), un tema del primer disco que hice con Cachorro López, en 1984. Evidentemente al niño -por entonces Leo tenía once años- le seguía sonando." El primer tema, que le prestó el nombre al CD, es el resultado de un trabajo mitad y mitad: Divina, letra; Leo, música. "Fue muy fácil porque tenemos la misma energía. En realidad, tenemos mucho talento y muchas ganas los dos -dice y se ríe sin aclarar qué parte de lo que dijo le causa gracia-. Además fue interesante que saliera en esta serie de discos de Frágil porque somos todos artistas nuevos."
-Pero vos no sos nueva...
-Ya lo sé, pero nunca había hecho música electrónica.
-¿Cómo emparentás el pop que hacés con la electrónica?
-Por los arreglos de Leo. Además, tenemos la misma fuente de inspiración, nos gusta Virus, nos gusta Michael Jackson. Nos gusta que lo que hacemos se parezca a lo que nos gusta. Por eso digo nuevo, el disco tiene una cosa muy 2000.
El entusiasmo del trabajo con García la lleva a más actividades. Uno de sus próximos proyectos es "hacer un disco más grande, no uno tan de juguete como éste, que es divino, parece una polverita".
La escritura se le presenta a Divina casi como un acto de sanación. Hace algunos años leyó en un libro de Julia Cameron -ex mujer de Francis Ford Coppola- sobre una técnica de desbloqueo para artistas. Resulta, o al menos debería resultar, una rutina que consiste en escribir tres páginas cada mañana, como primera actividad. De la depuración de esos textos nacen sus canciones, a las que lamenta no poder ponerle música: "Me hubiera encantado estudiar música, eso me falta, porque oído tengo y uno muy bueno".
A pesar de estar con los extenuantes ensayos generales de la pieza de Neil Simon, Extraña pareja , en la que acompaña a las dos protagonistas -Patricia Palmer y Catherine Fulop- desde la piel de Micky, una mujer policía; de las esporádicas grabaciones de Culpables con las que se queda con gusto a poco -"me hubiera encantado tener un papel más grande, porque los libros y el elenco son bárbaros" y, en definitiva, de ser la actuación su faceta más conocida, es la música la que le da más gratificaciones. O al menos la que le produce más ansiedad y excitación, algo fundamental para ella.
"Amo la música y me encanta estar con músicos, es mucho más relajado que estar con actores. Creo que los músicos son de la piel para adentro, para ellos no es tan importante lo visual", dice, y no siente contradicción alguna cuando el fotógrafo comienza su tarea y Divina pide que la saque alta y flaca. "Hoy me dejé los pelos más latinos, si no siempre salgo muy lacia -y vuelve a cambiar de tema-. Yo, regatearía ", dice sin esperar respuesta y segundos antes de treparse a la pared de la terraza del edificio en el que vive.
Le encanta que le saquen fotos, se mueve delante de la lente casi sin ninguna indicación. Las manos, los ojos, la boca. Todo lo mueve como buscando un aire madonnesco . Pero frente a la inevitable pregunta niega cualquier similitud:"Nunca salió de mí ninguna comparación con Madonna. Nunca pude estar tan loca como para decir algo así. No es serio. Siempre me vino desde afuera, desde los medios".
-Pudo haber salido desde la admiración.
-También admiro mucho a Buster Keaton y nunca nadie me dijo que me parecía a él. También me encanta Curly de Los tres chiflados y nadie me dijo que me parezco a Curly..., aunque yo sé que me parezco a él y de bebe me parecía más.
Perfil del personaje
- En su pequeño cuerpo, Divina Gloria concentra una energía capaz de realizar tres, cuatro, cinco... y más actividades en forma simultánea. Es la vida que le gusta, una que no la deje parar.
- El nacimiento de su hijo Lenny casi no modificó su estilo de vida, pero el trabajo día y noche que él implica ya le hizo tomar la decisión de que será el único.
- Aunque se la consideró durante años una pequeña Madonna argentina -sobre todo por el look que llevaba en los años 80-, la actriz y cantante niega que tal idea haya salido de su cabeza.