"Cuando se ven chicos jugando y paseando solos en las calles, significa que esa ciudad está sana; cuando pasa lo contrario, se encuentra enferma". Quien repitió y sigue repitiendo esta frase en entrevistas y conferencias a lo largo del mundo es Francesco Tonucci, un investigador y psicopedagogo italiano conocido por el proyecto La Ciudad de los Niños, creado en 1991 en su ciudad natal, Fano, y que se fue expandiendo por el mundo.
Este programa consiste en convertir las ciudades en espacios más seguros y amigables para que los chicos vuelvan a tener la posibilidad de jugar en la calle y de moverse solos por sus barrios para desarrollar su autonomía. Tonucci plantea que para lograrlo es necesaria la creación de Consejos de Niños, donde sean ellos mismos los que propongan las mejoras a partir de sus experiencias y de sus miradas. Para eso, se creó una Red Internacional en la que distintas ciudades del mundo se comprometen a aplicar estas iniciativas públicas que, a veces, se reproducen de forma espontánea por los mismos ciudadanos. Aquí, algunos ejemplos.
LA EXPERIENCIA EN EL MUNDO
Sobre el mar y bajo tierra
En Alcobendas, un municipio madrileño, funcionan dos parques temáticos ubicados en el medio de la ciudad: uno en el Parque Galicia, llamado El Hormiguero –con área de juegos y un circuito compuesto por montículos, depresiones y caminos–, y otro en el Parque Arroyo de la Vega. Allí se inauguró, en 2008, el Barco de Aventuras, diseñado como si fuera un galeón en medio del océano. Ambos fueron construidos como espacios que incentivan la imaginación, la creatividad, el vínculo y el ejercicio.
Guía turística de chicos para chicos
En Lérida, ciudad antigua de Cataluña, se creó un Consejo Infantil compuesto por 108 niños llamado Plenario. Una de las iniciativas se llevó a cabo en 2017, cuando chicos de distintas edades armaron una guía turística. Para eso, primero eligieron 15 monumentos y espacios de la ciudad, y luego diseñaron un recorrido pensado para niños. Finalmente crearon la guía, que fue publicada en internet.
La calle como escuela
Entre 2013 y 2016 se llevó adelante el proyecto STARS (Acreditación y Reconocimiento de Desplazamientos Sostenibles para Colegios), impulsado por la Asociación de Transporte de Londres, que reunió a nueve ciudades europeas con el objetivo de que los alumnos usaran la bicicleta para ir a la escuela. En la iniciativa –de la que participaron Londres, Madrid, Edimburgo, Budapest y Milán, entre otras– se estimulaba a chicos de entre 11 y 19 años a través de diferentes programas: competencias intercolegiales, diseños de circuitos, cursos para armar bicicletas, etcétera. Hoy la experiencia se usa como ejemplo de formación ciudadana en movilidad sustentable.
El Mes de la Niñez
Bajo la premisa de que jugar en la calle evita el uso excesivo de la tecnología y promueve el respeto por los otros, en Colombia se declaró abril como el Mes de la Niñez y se impulsó a las diferentes ciudades a comprometerse con propuestas concretas para estimular a los chicos en el espacio público. En el departamento de Bolívar, por ejemplo, se creó una ludoteca itinerante que recorre distintos municipios. La Alcaldía de Bogotá, por su parte, inauguró la Biblioteca Pública El Parque, en el corazón del Parque Nacional Enrique Olaya Herrera, para que los niños tengan acceso a la mejor colección de libros infantiles de la ciudad y, además, puedan leerlos en medio de la naturaleza.
LA EXPERIENCIA LOCAL
La ciudad de noche
En la Argentina, algunas localidades recogieron la idea de Tonucci de crear consejos de niños para tener en cuenta sus necesidades. Según datos del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el 20% de la población porteña tiene entre 0 y 18 años. Actualmente funcionan consejos en los barrios de La Boca, el Abasto, Zona Sur, Chacarita, Caballito, Belgrano, Núñez y Saavedra (son 15 en total), donde se elaboran y diseñan propuestas que luego son presentadas a los funcionarios correspondientes. "Nos gustaría poder jugar de noche", se escuchó en varios consejos. Así surgió, en 2009, la Noche de los Chicos: una vez por año, espacios como el Planetario, museos y parques abren sus puertas de noche de manera gratuita. Otra iniciativa fue el Baficito, una de las secciones del Festival Internacional de Cine Independiente (Bafici), en el que durante una semana se proyectan alrededor de 15 películas animadas de todas partes del mundo en salas y al aire libre.
Senderos y rayuelas
También a través de Consejos de Niños y Niñas, en San Martín de los Andes los propios chicos realizaron croquis del recorrido a las escuelas, reconociendo los peligros y proponiendo ideas como sendas, bajadas accesibles y veredas para armar un trayecto en el que se sintieran seguros al recorrerlo solos. Desde la iniciativa pública, el año pasado se organizó una jornada para pintar rayuelas en las veredas. Entre los diseños, creados por los chicos, surgieron propuestas más inclusivas, como la posibilidad de jugar de a tres o de que se gane solo si se llega con los demás.
Recuperar el río
En la ciudad cordobesa de Arroyito, a 100 kilómetros de la capital, los chicos plantearon en las reuniones de consejo la importancia que tiene el río como espacio público para ellos. A partir de ahí surgieron proyectos para recuperar una franja del litoral.
Espacios verdes
En la ciudad de Santa Fe, los chicos también plantearon la necesidad de recuperar espacios públicos para convertirlos en paseos y campos deportivos. En una actividad desarrollada por las escuelas Malvinas Argentinas y Esperanza Solidaria, invitaron a más de 60 alumnos a jugar a ser urbanistas y a proyectar cómo deseaban que fuera Parque del Norte, el espacio verde más importante que tendrá la capital de la provincia.
Iniciativas espontáneas
Las propuestas no provienen solamente del sector público, sino también de acciones espontáneas de sus ciudadanos. Es así como Agostina González y Damián Segovia promovieron un evento en Facebook llamado Volvamos a las Calles. Añorando su tiempo de infancia, propusieron que en aquellos lugares donde se perdió esta costumbre, la gente vuelva a juntarse en la vereda para recuperarla, y que otra vez sea algo habitual. El resultado virtual fueron 46.000 personas que se mostraron interesadas y 39.000 quienes pusieron "asistiré". Fue así que la última semana de febrero de 2016, diferentes vecinos de todo el país implementaron la idea en sus barrios y, en la página del evento, publicaron fotos tomando mate en la calle, jugando con sus hijos, compartiendo una charla y hasta disfrutando de un asado en la vereda.
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